≽˖՞💜 ۫ ۫։ຼ ۪۪۫۫ mingi atrapó un beso
volador, riendo como
un niño avergonzado.
yunho sonrió encantado,
hasta que el siguiente beso
fue aplastado como a un...
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Mingi estaba confundido. Había aceptado hablar con Hongjoong y Yunho, pero antes de poder hacerlo, debía aclararse primero. Dejó que los dos durmieran en su habitación tras una promesa.
No sabía qué debería decirles, cómo debería comportarse. Todavía sentía culpa por lo que había sucedido con Seonghwa y temía que ellos se molestaran por lo que había hecho, después de todo, los había engañado.
Mingi sabía que tarde o temprano ellos se enterarían, no podría ocultarlo mucho tiempo. Sin embargo, hablar sobre eso sin morir de la vergüenza era todo un tema. Si tan solo no hubiera sido egoísta, quizás nada habría ido tan lejos.
Seonghwa asomó la cabeza viéndole desde detrás de la puerta y alzó una ceja.
Mingi vio a Hongjoong recostado a un lado suyo y acarició su mejilla antes de levantarse de la cama. El mayor se había dormido aferrado a él como un bebé que teme que su mamá se vaya.
―¿Hablaron? ―preguntó Seonghwa tomando las mejillas de Mingi entre sus manos, preocupado por él.
El menor negó con la cabeza, sin poder mirarle a los ojos. Se sentía una mala persona, sentía que había usado a Seonghwa. Les debía a todos una disculpa.
―Estoy asustado ―susurró Mingi de regreso, poniendo sus manos sobre las ajenas en su rostro―. Debo decirles, ¿pero qué pasará si se molestan?
Las piernas de Mingi cedieron, temblorosas, deslizándose ligeramente por la pared. Seonghwa sostuvo sus caderas, aferrado a ellas.
―Ellos tienen que entender... ―susurró el mayor, quien deseaba que todo aquello terminase de una vez.
Seonghwa necesitaba que todos estuvieran bien, y por sobretodo, que Mingi dejara de sentirse excluido de su propia relación. Si él fuera su novio, Seonghwa jamás lo dañaría.
―No hiciste nada malo ―murmuró Seonghwa, acercándose suavemente, rodeando la cintura delgada del menor con sus brazos―. Déjame la responsabilidad a mí, diles que te besé sin que lo quisieras.
Mingi negó varias veces con la cabeza.
―Eso sería mentir, seguir mintiendo ―renegó bufando, y se aferró a los brazos que lo sostenían.
Mingi se sentía a salvo en los brazos de Seonghwa.
―¿Sí querías eso? Mingi ―Seonghwa levantó el mentón del más alto, lo suficiente para que sus ojos se conectaran―. No te sientas afligido. Fue mi culpa.
Seonghwa se tragó sus sentimientos, las lágrimas que se acumularon en sus ojos, y sonrió. Una confesión sólo confundiría a su pequeño Mingki aún más, y lo que menos quería hacer era sobrecargar esa cabecita suya.
