≽˖՞💜 ۫ ۫։ຼ ۪۪۫۫ mingi atrapó un beso
volador, riendo como
un niño avergonzado.
yunho sonrió encantado,
hasta que el siguiente beso
fue aplastado como a un...
╰──➢ en donde yunho le pide a su novio que pose para él, pero los planes cambian totalmente
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Mingi caminó durante doce minutos debajo de la lluvia, había olvidado su bolso en casa así que no tenía dinero ni con qué llamar a alguno de sus amigos, cuando a mitad de camino una fuerte tormenta llegó de repente. Primero pensó en refugiarse en un café y pedirle prestado el teléfono a alguien, pero después de reconsiderar cuánto le faltaba caminar, y el hecho de que ya estuviera mojado, creyó que caminar hasta el estudio de su novio no sería gran cosa.
Llegó arrastrando los pies, tiritando del frío, con la cabeza fija en sus pies, asegurándose de no pisar ningún charco.
Ingresó al edificio y subió hasta el piso de Yunho, donde seguramente estaría esperándolo. Yunho había llamado temprano y le había dicho que fuera al estudio por la tarde, porque quería pintarle, que se tenía que asegurar de llevar la ropa que Yunho había escondido ―aunque ahora estuviera completamente empapada, esperaba que no fuera gran problema.
Mingi tocó la puerta del estudio y esperó, soltando un pequeño bostezo. La caminata y el sonido de la lluvia le había ocasionado somnolencia. Por lo menos, los truenos apenas ahora empezaban a oírse, ahora que ya estaba a salvo con su novio, no tenía qué temer.
Yunho le abrió y la sonrisa en sus labios se borró apenas verle. Se hizo a un lado y Mingi ingresó, arrastrando sus pies.
―Lo siento, amor, arruiné el outfit ―dijo, abultando los labios después de soltar una risita nerviosa.
Yunho negó, riéndose, restándole importancia al outfit con un gesto con la mano. Tomó al menor del brazo y lo llevó hacia el calefactor, colocándolo justo frente a este para que pudiera calentarse.
―Quítate la ropa, princesa. ―Yunho besó sus labios y su frente―. Veré si encuentro algo por aquí.
Yunho buscó entre sus cosas, pero lo único que pudo encontrar fue su propia ropa. Agarró el suéter que se posaba sobre su silla, mismo que él había llevado, y se lo alcanzó a su novio.
―Déjate sólo esto ―dijo, con dulzura en su voz―. Mientras ponemos a secar tu ropa ―murmuró, ayudando al menor a quitarse las prendas húmedas que se habían adherido a su piel.
Lucharon con los pantalones de mezclilla y con los calcetines de algodón. Mingi se quedó en boxers, sonriendo tímido, viendo hacia todos lados en búsqueda de algún mirón. Se colocó el suéter de Yunho y finalmente, se quitó la ropa interior.
Yunho colocó toda su ropa sobre una silla y acercó esta al calefactor, lo suficientemente lejos como para no ocasionar ningún accidente.
Mingi se sintió un poco tonto al haber arruinado los planes de su novio.
