≽˖՞💜 ۫ ۫։ຼ ۪۪۫۫ mingi atrapó un beso
volador, riendo como
un niño avergonzado.
yunho sonrió encantado,
hasta que el siguiente beso
fue aplastado como a un...
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Hay muchas cosas que realmente le gustan a Mingi, pero una de las más destacables era, sin dudas, ser un consentido, un mimado por cada uno de sus amigos. Negaría en voz alta que amaba cuando le decían cosas lindas, cuando Wooyoung apretaba sus cachetes y murmuraba lo tierno que era o cuando Seonghwa le acariciaba el cabello y le trataba como un bebé.
Jongho solía huir del skin-ship, pero secretamente, se apegaba a los demás cuando quería un abrazo y Mingi siempre estaba dispuesto a darlos. Como en esta ocasión, Jongho se hallaba sentado de piernas abiertas con Mingi entre ellas, abrazándolo mientras acariciaba su pancita y apoyaba el lado izquierdo de su rostro en la amplia espalda del mayor.
Poco tardó Mingi en darse cuenta de que su novio y Seonghwa estaban viéndole atentamente.
―¿Qué? ―preguntó Mingi bajito, ladeando la cabeza hacia Yunho.
Seonghwa desvió la mirada.
―Ven aquí, princess ―pidió Yunho, palmeando su regazo con un ligero tono de súplica.
Mingi abultó los labios sin saber qué hacer, por un lado, estaba muy cómodo entre las piernas de Jongho y por otro, le daba mucha pena tener que despegarse de este. Con cuidado, sacó su teléfono del bolsillo de la sudadera, y escribió un mensaje para su novio.
"Jongho no se siente muy bien". Decía, en letra pequeña, dándole una mirada de disculpa al mayor. "Creo que quiere que me quede aquí, o sea, si trato de irme, no me pedirá que me quede. Ya sabes cómo es...". Trató de explicar, mandando caritas de disculpas y corazoncitos de diferentes colores.
Yunho sonrió mordiendo su labio inferior, asintió y guardó su teléfono dejando de insistir en tener al compañía de su novio. La pequeña reunión acabó pocos minutos después, enviando a más a de uno a sus habitaciones. Sin embargo, Jongho no se levantó ni estuvo dispuesto a soltar el torso de Mingi.
Jongho llevaba varios días en un estado de letargo preocupante, dormía poco y nada y su rendimiento era bajo. Todos estaban preocupados por él, pero sabían que no podrían hacer nada por ayudarlo si este no hablaba primero. Jongho era un poco difícil de tratar en cuanto a sentimientos se refería. Solía fingir que odiaba a todos (aunque nadie se lo creía de todos modos), y sólo se abría cuando era realmente necesario.
―¿Qué te preocupa, Go? ―preguntó Mingi con dulzura, poniéndose de costado sin levantarse del regazo ajeno, rodeó al menor con el brazo derecho y besó su frente.
