#038 𝐌𝐈𝐍𝐒𝐎𝐎

1K 93 68
                                    

❁ཻུ۪۪⸙͎.' hongmin

038 ꒰ 𝙙𝙖𝙣𝙜𝙚𝙧.
mingi tiene tid, e intenta comprar golosinas con billetes falsos.

Min observó a Hongjoong durmiendo en el sofá, tenía la parte inferior de su cuerpo cayendo al suelo y su cuello parecía a punto de romperse, Min se acercó a él y colocó un cojín, acomodándole la cabeza y haciendo una caricia en su frente antes de ...

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Min observó a Hongjoong durmiendo en el sofá, tenía la parte inferior de su cuerpo cayendo al suelo y su cuello parecía a punto de romperse, Min se acercó a él y colocó un cojín, acomodándole la cabeza y haciendo una caricia en su frente antes de dejar un beso en la misma.

Buscó su abrigo, una gorrita, sus guantes, buscó los billetes debajo de la mesa y, por último, se acercó al hall y tomó sus zapatitos, comenzando a colocárselos. Dio una última mirada hacia el sofá, Hongjoong seguía durmiendo.

Apretando los billetes en su mano, Min caminó cuesta arriba hacia el seven eleven que solían frecuentar, sólo tenía que caminar recto y doblar hacia la izquierda cuando viera la casa bonita con las estatuas de perritos.

Sus pasitos eran lentos, el viento hacía que caminar fuera un poco difícil, y se distraía con los copos de nieve que caían sobre él.

―Ah ―Min abrió la boca hacia el cielo y algunos copos cayeron dentro de su boca, luego la cerró haciendo una mueca, puesto que un gatito pasó entre sus piernas―. ¡Gatito!

Min intentó tomar al gatito, pero este huyó rápidamente. Bufó y vio la casa con estatuas de perros, miró los billetes en sus manos y los apretó contra su pecho, recordando que había salido a comprar gomitas y chocolate.

Al llegar a la tienda, ingresó con precaución. Miró hacia todos lados antes de acercarse a la caja, el señor Choi le miraba con curiosidad.

―Hola ―dijo tímidamente, dejando los billetes arrugados sobre la estantería―. Esos ―señaló las golosinas que quería.

―¿Mingi? ―El repositor frunció el ceño, abriendo los billetes que Mingi le había dado―. Estos billetes no sirven.

Min frunció el ceño y miró hacia los lados, Mingi no iba con él.

―¡Soy Minsoo! ―gruñó arrugando la nariz―. Esos, ¿me das? Por favor ―preguntó con dulzura, señalando nuevamente las golosinas.

―¿Minsoo? ―Choi San frunció el ceño nuevamente, pues no conocía a esa personalidad, sin embargo, la actitud de su vecino le causó mucha ternura―. ¿Qué edad tienes, Minsoo?

Min sonrió mostrando sus encías y levantó la mano, mostrando cuatro deditos.

―¡Eres tan pequeño! ―San apretó sus propias mejillas entre sus manos, atacado por la ternura ajena―. Pero, lindura, estos billetes no sirven...

Min arrugó la nariz y sus ojos comenzaron a llenarse de lágrimas, sus labios empezaron a temblar y San supo que el llanto era inevitable.

―No llores, lindura ―San salió de detrás del mostrador y se acercó a su vecino―. Puedes llevártelos, pero no intentes comprar cosas con billetes que no sirven, puedes meterte en problemas. ―Tomó una bolsita y puso las golosinas que el menor quería, sonriendo al ver que este dejaba de llorar―. Te llevaré a casa, toma mi mano.

Mingi sonrió limpiando sus lágrimas torpemente, para finalmente tomar la bolsita y la mano de San. Sin embargo, no lograron salir de la tienda puesto que las puertas de esta se abrieron con violencia y un desesperado Hongjoong ingresaba a tropezones.

―¿Minsoo?

Hongjoong corrió a sus brazos y rodeó su cuerpo en un abrazo aliviado, soltando una maldición en voz alta. El pecho del más bajo subía y bajaba con rapidez.

―Lo siento, me dormí ―Hongjoong se separó ligeramente y revisó las mejillas frías del menor―, ¡lo siento mucho! ¿Qué haces aquí? Qué suerte que los vecinos te vieron venir a la tienda ―dijo con alivio, masajeando su pecho donde su corazón todavía latía como loco.

Min mordió sus labios y asintió, levantando las cejas ligeramente en un gesto de arrepentimiento.

―Kimmie ―murmuró Min, levantando las golosinas que San le había dado―. Mira, vine solito. Kimmie estaba durmiendo, no quería molestar.

Hongjoong miró la bolsa con golosinas y luego a los ojitos llorosos del menor.

―¿Tomaste mi billetera de nuevo, pequeño bárbaro?

―No, señor Kim ―dijo Choi San rápidamente, temiendo que regañaran al pequeño―. Minsoo trajo billetes de juguete.

Min asintió y estiró los brazos para que Hongjoong le cargara. Ya se había cansado de caminar.

―No, tu castigo por escaparte de casa es caminar hasta la casa.

Mar

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Mar., 11 de mayo 2021

bueno hola, siempre quise escribir sobre tid

OH, BOY ⸺yungi & hongmin。2019Where stories live. Discover now