≽˖՞💜 ۫ ۫։ຼ ۪۪۫۫ mingi atrapó un beso
volador, riendo como
un niño avergonzado.
yunho sonrió encantado,
hasta que el siguiente beso
fue aplastado como a un...
╰──➢ mingi quiere saber qué tan al tanto están sus hyungs de lo que él hace mediante un método extraño pero eficiente.
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El chico de mejillas gigantes estaba sentado sobre su novio en la sala de estudio, estaba aburrido y agotado, ya quería ir a casa. Sin embargo, Yunho ya se había ido hacía rato y Mingi no quería dejar a Hongjoong solo con una tormenta torrencial cayendo sobre Seúl.
Mingi apoyó la cabeza en en hombro de Hongjoong y se acomodó, juntando su pecho con el ajeno en un rápido movimiento.
―Min... ―se quejó Hongjoong, apoyando una mano en la espalda baja de Mingi para que no volviera a moverse.
―¿Mm?
Hongjoong negó con la cabeza y volvió a prestar atención a su computadora. Mingi resopló y tensó el cuerpo sobre Hongjoong, haciendo que este volviera a quejarse.
―Min, no te muevas, estás pesado ―dijo removiéndose en la silla giratoria―. ¿Ya terminaste tu trabajo?
Mingi levantó la cabeza y señaló las hojas con manuscritos, algunas arrugadas y con muchos rayones, otras un poco más pulcras.
Hongjoong sonrió y asintió, volviendo a acomodar la cabeza de Mingi en su cuello. Mingi intentó levantarse, puesto que probablemente el mayor ya se sentiría entumecido por peso extra sobre sus piernas, pero Hongjoong sujetó sus caderas con firmeza evitando su huida.
―Quédate, en un ratito nos vamos a casa ―dijo en un tono más tranquilo, fregando su ojo con sus dedos y soltando un largo bostezo.
Mingi asintió y volvió a apoyarse en el mayor. Pronto irían a casa. Mingi se durmió así que no recuerda exactamente a qué hora fue arrastrado hasta la camioneta rumbo a los dormitorios, no había revisado, sólo se había dejado marchar con la firme mano de Hongjoong como guía.
Cuando Mingi despertó al día siguiente, Yunho estaba levantándose y Hongjoong ya estaba saliendo por la puerta de la habitación que compartían. Ninguno de los dos se despidió de él y eso le molestó, haciendo una rabieta frente a sus demás hyungs a la hora del desayuno.
―Mingi, come ―pidió Seonghwa, acercando a su boca un palillo con carne de cerdo que fue negado por el menor―. ¿Qué pasa, Minnie? ―dijo el mayor con una voz más dulce.
