≽˖՞💜 ۫ ۫։ຼ ۪۪۫۫ mingi atrapó un beso
volador, riendo como
un niño avergonzado.
yunho sonrió encantado,
hasta que el siguiente beso
fue aplastado como a un...
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Hubieron algunas discusiones cuando el mayor de los tres se dio cuenta de que el bebé tenía que llevar un apellido. Uno solo.
Hongjoong apostaba a que su bebé sería un Kim, sin embargo, Yunho decía que sería un Jeong. Hablaron sobre ello al rededor de dos días hasta que Mingi le dio un fin a aquella discusión que ya comenzaba a los arañazos y empujones ―juguetones, de todas formas.
―Yo lo voy a parir, así que llevará mi apellido. ―Mingi se llevó la taza de café a los labios con seriedad―. Cuando ustedes tengan que pasar por un parto, eligen su apellido. Pónganse de acuerdo en un nombre.
Yunho y Hongjoong se miraron entre ellos con una sorpresa que no pudieron disimular, ya que Mingi nunca les había hablado con tanta rudeza. Claro, si usar su voz gruesa y mirada neutra era rudeza, puesto que estaban acostumbrados a escucharlo hablar con amabilidad y sumo cariño.
―Me gusta Minho.
La voz de Hongjoong salió bajita cuando miró a Yunho de regreso.
―Bien, ¿y si es niña? ―preguntó Mingi viéndoles con diversión.
―¿Jeongyeon? ―preguntó Hongjoong alternando la mirada entre Yunho y Mingi.
Ya habían hablado sobre esos nombres hacía unos meses.
―Ahora dense un besito y pídanse perdón por empujarse ―señaló Mingi terminando su café, sonriendo cuando Yunho se acercó a la mejilla de Hongjoong y dejó un tímido beso en ella.
―Perdóname, Hyung.
Hongjoong respiró profundamente antes de negar con la cabeza y devolver otro beso, tomando la gran mano de Yunho con la suya.
―Está bien, y perdóname también.
Yunho frotó su cabeza con la de Hongjoong, riendo al ver las mejillas encendidas de su mayor.
Mingi se levantó de la silla y dejó un beso en los labios de cada uno antes de caminar hacia el sofá, llevando su portátil con él. Hongjoong y Yunho ya habían terminado de desayunar hacia rato, así que le siguieron a pasitos de pingüino.
―¿Tienes clase ahora?
―No, sólo debo corregir unos exámenes. ―Mingi estiró las piernas y las apoyó sobre la mesa ratona―. No me molesta si se quedan aquí.
Hongjoong y Yunho trabajaban en lugares diferentes uno del otro, mientras que Yunho era gerente de un hotel, Hongjoong daba clases de fútbol a niños pequeños y educación física en una escuela secundaria, solían estar de seis a ocho horas fuera de casa. Mingi sin embargo, no se movía mucho de allí, impartía clases en línea de japonés e inglés, y sus esposos respetaban mucho su espacio de trabajo.