≽˖՞💜 ۫ ۫։ຼ ۪۪۫۫ mingi atrapó un beso
volador, riendo como
un niño avergonzado.
yunho sonrió encantado,
hasta que el siguiente beso
fue aplastado como a un...
╰──➢ en donde mingi está lesionado y no puede dejar de pensar en su amor
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Hongjoong ingresó a la habitación de Mingi luego de un largo día de trabajo duro, el chiquillo estaba recostado casi atado moralmente a la cama debido a los reclamos de Hongjoong porque se mantuviera así tras la visita forsoza del médico de la empresa.
―¿Cómo te sientes, bebé? ―preguntó Hongjoong, recostándose al lado del menor, dejando una suave caricia en su frente.
―Mal ―dijo Mingi despacio, abultando los labios en espera a que su novio le llenase de mimos y besos.
―¿Te duele mucho? ―Hongjoong se puso de rodillas en la cama, incorporando medio cuerpo encima del menor, con ambos brazos a cada lado de la cabeza ajena.
―Sí, no sé qué me pasa ―Mingi continuó con su berrinche, atrapando al mayor entre sus brazos para que se recostara a su lado.
―Chiquito... ―Hongjoong besó los suaves belfos ajenos, dejando una pequeña mordida en el labio inferior después de llenarle la cara de caricias.
―¿Quieres quedarte? ―preguntó Mingi en voz baja, para nada se parecía al chico hiperactivo y sonriente de siempre―. Me sentí solo y aburrido todo el día ―murmuró con pesadez.
Hongjoong miró la puerta y luego a la cama vacía que le pertenecía al compañero de su novio, San, quien no se había aparecido por ahí todavía. Kim aún debía quitarse toda la utilería de encima y bañarse, además no había comido tampoco.
―Está bien, pero déjame ir al baño a ducharme primero ―dijo Kim en tono infantil, volviendo a dejar un beso suave en los esponjosos belfos ajenos―. Vendré y comeré algo aquí, ¿tú ya comiste?
Mingi negó con la cabeza.
Hongjoong dejó al menor en la habitación con algo de resistencia y se metió a la suya buscando su pijama y toalla. Debía darse una buena y rápida ducha para poder estar con el más alto todo lo que su energía dure antes de caer rendido.
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Hongjoong ingresó a la habitación de Mingi, encontrándolo con los ojitos cerrados y aferrado con fuerza al enorme oso de peluche que él le había obsequiado por su primer victoria. Los piesitos del menor estaban aferrados entre ellos buscando calentarse debido a que había perdido las mantas por ahí al moverse. Hongjoong sonrió enternecido y se acercó a la cama, subiendo sobre ella como un gato.
Con cuidado, Hongjoong acarició las mejillas delgadas del menor antes de taparle nuevamente y meterse bajo las mantas con él.
La respiración suave de Mingi causaba en Hongjoong cierta tranquilidad que llenaba su pecho con ansias por seguir de aquella forma. El día había sido duro por el hecho de que Mingi había amanecido con un terrible dolor en el cuerpo y ni siquiera podía pararse sin quejarse; Hongjoong se había preocupado como el infierno, incluso había llorado junto al menor gracias a la frustración por no poder hacer algo para que su novio estuviera bien.
Seonghwa tuvo la idea de llamar al mánager y este al médico, así las cosas comenzaron a tomar un color más bonito, aunque Mingi seguía sin poder recuperarse. Era horrendo porque estaban en fechas de promoción, pero Hongjoong (y el mánager) prefería que el chiquillo se quedase en casa que exponerlo a que empeore.
Con lentitud, Hongjoong tomó el brazo que rodeaba al oso y lo puso sobre su propio cuerpo, acercándose más al alto para fundir sus cuerpos cálidamente, con los suyos abrazándole por los hombros. Hacía mucho frío esa noche.
―Pensé en ti todo el día de ayer ―dijo Mingi apenas vio que Hongjoong abría los ojos, este le prestó suma atención―. Ni siquiera me daba la cabeza para imaginar escenarios divertidos, pero cada vez que cerraba los ojos veía tus lindos labios, tus ojitos, tu naricita. Quería que estuvieras conmigo, pero todos tenemos responsabilidades. Incluso al dormir, tú seguías invadiéndome en sueños.
Mingi soltó una risita traviesa. Un día entero en completa soledad había hecho que pensara en cosas que no tenía que pensar, había estado atormentado la mayor parte del tiempo.
―No entraré en detalles ―murmuró con las mejillas rojas―. Eres muy lindo y siempre quieres cuidarme. ¿Qué he hecho yo para ti? Me siento mal por eso...
Hongjoong parpadeó varias veces antes de restregarse los ojos con los puños y dedos, observando a Mingi como si hubiera dicho algo realmente tonto.
―No tienes idea ―murmuró Hongjoong, con su particular voz cantarina―. Trabajé muy duro para poder ser quien soy hoy, pero fue difícil y siempre sentía que caía sin fuerzas para levantarme de nuevo. Entonces fuiste el primero en decirme que era el mejor, que todo estaba bien, que lo estaba haciendo increíble.
La voz de Hongjoong fue bajando gradualmente.
―Hiciste que quisiera seguir persiguiendo mis sueños. Cuando pasaba noches enteras llorando, tú estabas ahí abrazándome, cuando no tenía inspiración, tú estabas ahí contando viejas historias de tu niñez. No me enamoré de ti por nada, Mingi...
Mingi mordió sus propios labios aguantando las ganas por llorar; se había sentido tan triste y poca cosa enfermando por nada, arruinando la formación del performance y demás. No obstante, Hongjoong lograba hacerle entrar en razón siempre, sobretodo cuando le recordaba lo importante que era para él.
―¿Por qué te enamoraste de mí? ―preguntó Mingi con la voz rota, en realidad no esperaba una respuesta.
Hongjoong continuó viéndole, con los ojos brillosos admirando la expresión de plena sumisión del menor.
―Por el simple hecho de ser tú.
Hongjoong tomó la cara de Mingi con cuidado y le acercó a su rostro, atrapando los esponjosos belfos entre los suyos con cariño y amor mientras se fundían más uno al otro bajo las mantas.
También he pensando en ti todo el día.
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