≽˖՞💜 ۫ ۫։ຼ ۪۪۫۫ mingi atrapó un beso
volador, riendo como
un niño avergonzado.
yunho sonrió encantado,
hasta que el siguiente beso
fue aplastado como a un...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Hongjoong tenía la sombra de una sonrisa triste en sus agrietados labios, todavía estaba angustiado y no podía conciliar el sueño. El cuerpo entre sus brazos temblaba ligeramente, sudor perlaba la piel ajena y Hongjoong lo secaba cuidadosamente cada tanto.
El pecho de Hongjoong se contraía en dolor, sentía cosquillas en la punta de sus dedos y un nudo en la garganta que no le dejaba respirar.
Mingi jadeó repentinamente y se encogió en su lugar, su cuerpo entero tembló con violencia y Hongjoong lo sujetó con más fuerza, temiendo que sus espasmos musculares le causaran lesiones. Lastimosamente, esta era una noche común en la vida de Kim Hongjoong, pasaba noches enteras despierto velando por el sueño de su novio, con la angustia de saber que no podía hacer nada ante las pesadillas que sufría.
Habían veces en las que Mingi despertaba gritando, llorando o simplemente temblaba y gimoteaba como un animal herido. Hongjoong no podía hacer mucho más que abrazarlo y tratar de reconfortarlo, mientras que en el fondo quería echarse a llorar con él y destrozar el mundo entero.
―¡No! ¡Ya basta! ―Mingi empujó el cuerpo de Hongjoong con fuerza y abrió los ojos, horrorizado, su pecho subía y bajaba rápidamente con temor―. Por favor ―sollozó fuerte, perdiendo la voz.
Hongjoong tomó distancia, sus facciones se contrajeron en angustia y sólo murmuró en voz baja y tranquila un par de palabras. Mingi parpadeó varias veces, sus ojos húmedos y rojizos se fijaron en Hongjoong y llevó una mano a su boca, asustado.
―L... Lo siento, no quería empu... no quería empujarte... Yo ―Mingi llevó sus manos temblorosas a las ajenas y las tomó por las yemas, apretando ligeramente las uñas de Hongjoong antes de entrelazar sus dedos―, lo siento, hyung.
Hongjoong sonrió intranquilo, se acercó lentamente y dejó un beso en la frente de Mingi, antes de cuidadosamente acercarlo a él y rodear su amplio pecho en brazos.
―Está bien amor, todo está bien. ¿Quieres que te traiga algo?
Mingi negó tímidamente con la cabeza y sólo volvió a acercarse al mayor, fundiéndose en esos protectores brazos, aunque sus extremidades todavía temblaban. Hongjoong besó su cabeza y lo sujetó contra su cuerpo cuidadosamente, tranquilizando así incluso, su propio corazón.
Hacía mucho tiempo que conocía a Mingi, y Hongjoong jamás se arrepentiría de haberse acercado a ese tímido y asustadizo muchacho que con sus pequeños ojos negros sólo pedía ayuda.
(...)
Hongjoong era un estudiante de bellas artes cumpliendo veinticuatro años. Sus compañeros lo llevaron a la cafetería cerca de su universidad a último momento para celebrar, puesto que (se habían olviado) habían estado muy ocupados para hacer algo antes.
Hongjoong no era una persona que gustase de salir, prefería quedarse en casa y trabajar en lo suyo ya que que era muy apasionado en ello. Sin embargo, desde ese momento, visitó esa cafetería cada día. La razón era simplemente preciosa.
