Noventa y cuatro; pov

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—Definitivamente esta va a ser nuestra habitación. —Dicté al ver las maravillosas vistas de aquella estancia.

Me dirigí de inmediato a las puertas de cristal que daban al pequeño balcón de la habitación y las abrí, dejando que la suave brisa marina impactase contra mi rostro. Desde allí se podía ver el jardín de la casa —con su amplia piscina— y había unas impresionantes vistas del mar, situado a apenas dos minutos de allí.

—Lo que la señora mande. —Escuché decir a Justin y al volverme vi que entraba a la habitación, dejando su maleta junto a la mía.

Volví a adentrarme en la estancia y esta vez me dirigí hacia la puerta que había junto al vestidor, topando con el baño al abrirla.

—Vaya, es mejor que en las fotos... —murmuré sorprendida.

El baño era enorme y contaba con una gran ducha y una amplia bañera de hidromasaje.

—Hmmm... —Sentí como Justin me abrazaba por la espalda— Se me ocurren unas cuantas cosas que hacer aquí —susurró en mi oído arrancándome una sonrisa.

—Cómo no... —Volví un poco la cabeza para mirarle y Justin rió antes de besarme.

—Ya me conoces. —Se encogió de hombros y soltó mi cintura cuando yo avancé unos pasos para adentrarme en el baño.

—¡Se ve el cielo! —Señalé hacia arriba.

Sobre mi cabeza todo el techo estaba fabricado de cristal, así que se podía ver con claridad el cielo totalmente libre de nubes. Justin se acercó a mí de nuevo y alzó la cabeza, admirando las vistas.

—Qué original —comentó.

—Una noche podríamos darnos un baño viendo las estrellas, ¿no crees? —propuse mientras observaba un pequeño estante que había junto a la bañera, donde habían dejado sales de baño y algunas velas.

—Claro, podríamos hacerlo mañana para celebrar la entrada del año, ¿no? —sugirió.

—Suena genial. —Sonreí volviéndome hacia él.

—Pues adjudicado para mañana por la noche —Pasó su mano por mi cintura y me apegó a su cuerpo—. Pero... ¿qué podríamos hacer ahora? —Alzó una ceja.

—Hmmm... —Golpeé mi mejilla con mi índice, haciendo ver que pensaba en ello— Yo creo que deberíamos empezar a deshacer las maletas, ¿no? —Ladeé mi cabeza.

—No, yo creo que no. —Negó con la cabeza sonriente y terminó con la distancia que nos separaba para besarme.

Yo sonreí contra su boca, pero de inmediato llevé mi mano hasta su nuca, para evitar que se separase de mí y le seguí el beso. Justin tampoco se quedó quieto y no tardó en deslizar sus manos hasta mi trasero para poder alzarme en brazos y hacer chocar mi espalda contra la pared del baño, arrancándome un jadeo que rompió nuestro beso.

—Si no recuerdo mal anoche dejamos algo pendiente —susurró contra mi boca.

—Fuiste tú el que prácticamente me obligó a irme a dormir. —Le recordé alzando una ceja.

—¡Pero si estabas que te caías del sueño! —Me acusó divertido.

—Bueno, pero no te quejes ahora cuando fuiste tú —Apoyé mi dedo índice sobre su pecho—, el que me mandaste a la cama.

—Pues mira, creo que voy a volver a mandarte a la cama.

Sin decir nada más, me apartó de la pared y regresó a la habitación, donde me dejó caer sobre la enorme cama que ocupaba el centro de la estancia.

All These Years • jb [3]Where stories live. Discover now