Cuarenta y cuatro; Quiero irme a casa

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Blair's POV:

Un pitido constante inundó mis oídos y poco a poco empecé a ser consciente de todo mi alrededor. Mis párpados pesaban muchísimo, pero me forcé a mí misma a abrirlos, topando con el blanco y luminoso techo de aquella habitación de hospital.

—Hey —Una voz llamó mi atención y al volverme vi a una enfermera mirándome sonriente—, ¿cómo te encuentras?

—Aún algo atontada —admití antes de carraspear al notar mi garganta algo seca.

—Bueno, es normal —Quiso tranquilizarme. Aparté la vista de ella para poder observar la habitación. No, allí solo nos encontrábamos ella y yo—. Están esperando a que les avisemos. —La enfermera volvió a hablar, provocando que me girase nuevamente.

—¿Cómo? —Fruncí ligeramente el ceño.

—Tus amigos —aclaró—. Están en la sala de espera.

—Oh... Vale, gracias. —Sonreí débilmente.

—Iré a avisar a las doctoras para que te hagan una rápida revisión y luego podrán entrar, ¿vale?

Yo asentí.

—¿Antes de irte podrías darme un poco de agua, por favor? —Le pedí.

—Lo siento, pero por temas de la anestesia tendrás que esperar un poco para comer o beber cualquier cosa. —Torció sus labios en una mueca.

—Oh, de acuerdo —Asentí comprendiéndolo—. De todas formas, tengo el estómago algo revuelto —admití.

—Es algo normal, no te preocupes. —Nuevamente me dedicó una sonrisa tranquilizadora antes de salir de allí.

—No creo que sea precisamente por la anestesia —murmuré para mí misma, a pesar de que me acababa de quedar sola y sabía que nadie podría escucharme.

Solté un largo suspiro y recosté mi cabeza contra la almohada, fijando mi mirada nuevamente en el techo de aquella habitación.

Flashes de todo lo sucedido en las últimas veinticuatro horas invadieron mi mente: el viaje a Malibú, el casi beso con Justin, aquella especie de confesión por parte de ambos cuando habíamos vuelto a casa de Faith... y Nate.

Mis ojos se cerraron con fuerza al recordar lo ocurrido en la que era nuestra casa y un escalofrío recorrió mi columna vertebral a la vez que los latidos de mi corazón se aceleraban. Aún podía sentir sus dedos sobre mi cuello y los golpes en mis costados.

Un nudo empezó a oprimir mi garganta y me obligué a mí misma a respirar profundamente, intentando recordar las indicaciones que me había dado una enfermera justo antes de la operación, cuando Rick me había contado todo lo que había pasado.

"Ahora estás a salvo. Estamos contigo", repetí varias veces aquellas palabras de mi representante en mi mente.

Poco a poco noté como iba relajándome y las ganas de llorar empezaron a disiparse, al igual que la opresión que sentí en el pecho. Sin embargo, cuando quise llevar mi mano a mi rostro para restregar mis ojos me percaté de que mis manos aún temblaban un poco.

La puerta volvió a abrirse y al girarme vi a la misma enfermera de antes, siendo acompañada por las dos doctoras que me habían atendido.

—Hola —Una de ellas me saludó con una sonrisa y se acercó de inmediato a mí—. ¿Cómo te encuentras?

—Algo atontada todavía. —Le confesé lo mismo que a la enfermera.

—Bueno, eso es totalmente normal —Me aseguró—. Ahora necesitarás descansar para recuperarte.

All These Years • jb [3]Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora