Extra; La espera

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—Justin, ¿y si lo dejamos para otro día? —Le propuse, dejando sobre la cama en la que estaba sentada las instrucciones de la cuna.

—No, hace semanas que tendría que haberla montado —Frunció el ceño, concentrado en atornillar una de las partes—. Sales de cuentas mañana mismo. —Me recordó volviéndose hacia mí.

—Sí y pienso dar a luz en el hospital, no en Malibú así que estoy segura de que esto puede esperar o quizás podríamos pedirle a los chicos que lo hagan. —Miré hacia la puerta que daba al pasillo, desde donde se escuchaba perfectamente el ruido de los obreros.

Una de las primeras cosas que había querido hacer Justin cuando nos enteramos de que estaba embarazada había sido hacer obras en la casa de Malibú para poder ampliarla. La casa estaba bien para nosotros dos y aunque de momento podíamos apañárnoslas con la cuna que él mismo estaba montando en nuestra habitación era evidente que con el paso del tiempo nuestra hija necesitaría su propia habitación cuando decidiésemos pasar allí el fin de semana o el tiempo que fuese. Por suerte, en la parte delantera de la casa había espacio de sobras para añadir al menos un par de habitaciones. De hecho, habíamos venido a Malibú precisamente para supervisar como iban con la reforma.

—No, lo quiero hacer yo. —Su entrecejo se arrugó aún más e inevitablemente sonreí.

—Cielo, sabes que la niña no sabrá quien la ha montado, ¿verdad?

—Pues ya me encargaré yo de decírselo —murmuró de nuevo centrado en su tarea, haciéndome reír.

—Está bien, si quieres se lo diré yo misma, pero vámonos ya, por favor —Le pedí de nuevo—. Estoy bastante cansada y....

—¿Te encuentras mal o algo? —Me interrumpió, volviéndose de nuevo hacia mí, examinándome de arriba abajo.

—Estoy bien Justin, pero el vuelo de mi madre no tardará en aterrizar —Le recordé—, sería un detalle estar en casa cuando Jordan la traiga. —Enarqué una ceja.

—Está bien —Cedió finalmente soltando un suspiro y se levantó—, pero mañana mismo volveré.

—Eres un maldito cabezota. —Negué con la cabeza.

—Solo quiero que estemos preparados para todo. —Se justificó y se acercó a mí para ayudarme a levantarme.

—Y me parece genial, de verdad —Le sonreí y llevé una mano a su mejilla, acariciándola—, pero cielo... la niña ni siquiera ha nacido y aunque lo hiciese mañana mismo no la traeremos aquí hasta que las obras estén bastante más avanzadas.

—Bueno, puede que tengas razón en eso —admitió.

—Como siempre. —Sonreí y él agitó la cabeza.

—Anda, ¿no estabas cansada? Vámonos ya.

Asentí conforme y tras despedirnos de los obreros salimos de la casa para subirnos a nuestro coche y poner rumbo a Los Ángeles.

—¿A qué hora llegaba el vuelo de tu madre? —Se interesó Justin.

—Creo que aterrizaba en una media hora —comenté tras comprobar la hora en el salpicadero del coche—, de todas formas, me avisará.

—Bueno, nos da tiempo a llegar a casa sin problema. —Asintió él.

—Sí, pero me apetece darme una ducha y ponerme ropa algo más cómoda antes de que llegue ella y eso.

—¿Estás muy cansada? —Me miró curioso.

—Bastante —admití soltando un largo suspiro—, por las noches se nos revoluciona. —Sonreí posando una mano sobre mi ya abultadísima barriga.

All These Years • jb [3]Where stories live. Discover now