Treinta y seis; No podía más

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Poco a poco fui abriendo los ojos, aunque rápidamente tuve que cerrarlos porque la luz incidió de lleno en ellos.

—Joder... —Me quejé.

—¿Blair? —Escuché decir a alguien.

Giré un poco la cabeza y volví a intentar abrir los ojos. Frente a mí se encontraban Rick y Nate.

—¿Qué ha pasado? —Intenté incorporarme del sofá en el que me encontraba tumbada.

—No te levantes. —Nate se acercó a mí y posó su mano sobre mi hombro, obligándome a tumbarme de nuevo.

—¿Qué ha pasado? —Volví a preguntar.

—Te has desmayado al bajar del escenario —Me explicó Rick acercándose a nosotros—. Al terminar la actuación has empezado a decir que no te encontrabas bien y si no hubiese sido porque Justin ha podido agarrarte a tiempo te habrías desplomado en el suelo.

Y entonces lo recordé todo. Los celos de Nate, la tensión con él a lo largo de la noche, la forma en que se había aprovechado de que no quería montar ningún numerito para besarme y tocarme sin que yo quisiera...

—Me has dado un susto de muerte, cariño. —Nate agarró mi mano y dejó un beso sobre el dorso de ésta.

Yo me deshice de su agarre disimuladamente y volví a mirar a mi representante.

—¿Cuánto tiempo hace de eso? —Quise saber.

—No más de cinco minutos, prácticamente te acabamos de traer aquí.

Yo asentí y tragué saliva.

—¿Podéis darme algo de agua? —Volví a incorporarme un poco sin que esta vez nadie me lo impidiese.

—Claro. —Nate asintió y se dirigió hacia la mesa que había a un lado, con varias bebidas.

—Yo iré a avisar al médico, está esperando fuera. —Me avisó Rick.

Le observé dirigirse hacia la puerta y cuando la abrió pude ver a Justin en el pasillo, apoyado en la pared que había justo delante. En cuanto se percató de que la puerta se había abierto alzó la cabeza y posó sus ojos sobre mí. Yo le sonreí levemente, queriendo tranquilizarle, pero enseguida Nate se puso frente a mí, tapando mi campo de visión.

—Toma. —Me entregó una pequeña botella de agua que había abierto por mí.

—Gracias —dije tras cogerla, para darle un pequeño trago.

Escuché la puerta volver a cerrarse y cuando Nate se apartó pude ver que Rick había vuelto a entrar al camerino, esta vez acompañado por un hombre de tez oscura. Llevaba una especie de bolsa deportiva con él y vestía una chaqueta azul marino con la estrella de la vida en el pecho, por lo que rápidamente deduje que era uno de los paramédicos que había visto en las ambulancias que había junto al escenario.

—Hola, Blair —Me saludó este último con una amplia sonrisa—. Soy Tyler. —Se presentó.

—Hola. —Le dediqué una pequeña sonrisa a la vez que le devolvía la botella a Nate.

—Dime, ¿cómo te encuentras? —Se interesó a la vez que acercaba una silla al sofá, para poder colocarse frente a mí.

—Pues la verdad es que aún estoy algo mareada —confesé.

—Bueno, eso es normal, lo importante ahora mismo es que descanses un poco, ¿vale? —Yo asentí— Bien, dime, ¿recuerdas algo antes de desmayarte?

—Algo —Le observé sacar una pequeña linterna de un bolsillo de su chaqueta—. Cuando he terminado la actuación he empezado a ver puntos negros y luego poco más.

All These Years • jb [3]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora