Treinta y dos; ¿Y si no estoy segura?

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24 de diciembre

El timbre resonó con fuerza en la casa, haciéndonos saber que los primeros invitados de la noche ya estaban allí.

—Ya voy yo —avisé a mi madre, que estaba terminado de colocar los últimos detalles en la mesa, junto a Nate.

—Vale, yo iré a comprobar qué tal va tu padre en la cocina.

Asentí de acuerdo con lo que me había dicho y rápidamente salí del comedor para dirigirme hacia la entrada y recibir a nuestros primeros invitados.

Una amplia sonrisa tiró de mis labios en cuanto abrí la puerta y vi a la pareja que se encontraba tras ésta y al pequeñajo que los acompañaba en su carrito.

—¡Hola! —exclamé prácticamente lanzándome a sus brazos, haciendo reír tanto a mi prima como a su marido.

—Yo también te he echado de menos —aseguró abrazándome con fuerza.

Hacía casi dos años que Chris se había casado con su novio, con el que apenas llevaba medio año por aquel entonces, casi causándole un infarto a sus padres. Sin embargo —para sorpresa de todos, a decir verdad—, parecía ser que las cosas entre ella y Mason iban de maravilla; de hecho, hacía unos diez meses habían ampliado un poco su pequeña familia, compuesta antes tan solo por ellos dos y la gata de mi prima.

—¿Qué tal estás? —Me preguntó Mason cuando me acerqué a él para abrazarle.

—Muy bien —Le aseguré con una sonrisa antes de dirigir toda mi atención hacia el cochecito—. ¡Pero qué chico más guapo! —Me agaché— Hola Aden.

El pequeño, que hasta ahora había estado entretenido con una especie de juguetes que había enganchados a su carro posó sus ojos, igual de marrones que los de su padre, sobre mí y sonrió, mostrándome los apenas seis dientecitos que tenía.

—Creo que de tanto hablar por FaceTimecontigo ya te reconoce sin problema —comentó algo divertida Chris.

—No me extrañaría —Reí incorporándome un poco—. Pasad que os vais a helar. —Los animé haciéndome a un lado.

—¿Dónde podemos dejar el carro? —Me preguntó Mason en cuanto se adentraron en la casa, mientras Chris se quitaba su abrigo.

—Ya nos hemos encargado de hacerle sitio en el comedor, pero si queréis dormirlo lo podéis dejar en el despacho de mi madre. —Señalé hacia el pasillo por el que se llegaba a aquella estancia.

—Creo que de momento será mejor dejarlo en el comedor —Me contestó mientras se agachaba para poder desabrochar las correas que sujetaban al niño al carro—, aunque probablemente en cuanto su abuelo le vea no le soltará ni un momento —comentó algo divertido, mirando a mi prima a la vez que cogía al niño.

—Entonces aprovecharé que todavía no ha llegado para tenerlo yo. —Hice un gesto hacia Aden.

—Claro. —Sonrió entregándome al pequeño de inmediato, algo que no pareció hacerle mucha gracia a Aden porque empezó a hacer algunos pucheros.

—Creo que no le gusto. —Torcí mis labios en una mueca.

—Le pasa siempre —Me tranquilizó mi prima—, le encanta estar en los brazos de su padre, pero hay un truco infalible. —Me mostró un chupete antes de metérselo en la boca a su hijo, relajándole al instante.

—Que guapo es. —Esbocé un pequeño puchero, acariciando su pelo castaño mientras él lo observaba todo con curiosidad y su madre le quitaba con cuidado la chaqueta que llevaba.

—Sí, se nota que ha salido a Chris —comentó Mason.

—Idiota —murmuró ella, con sus mejillas algo sonrojadas.

All These Years • jb [3]Where stories live. Discover now