Cuarenta y cinco; ¿Una locura?

3.6K 276 214
                                    

Unos toques en la puerta llamaron nuestra atención y tanto Rick como yo nos volvimos hacia ésta.

—Adelante —dijo mi representante.

La puerta se abrió de inmediato, revelando el rostro preocupado de mi madre que escaneó la estancia con sus ojos hasta dar conmigo.

—Cariño... —murmuró cubriendo su boca con su mano antes de acercarse a mí rápidamente.

—Hola. —Traté de sonreír, aunque más bien logré esbozar una mueca, pero no quería preocupar a mi madre más de lo debido.

Sin dudarlo ni un segundo mi madre se lanzó a mis brazos, provocando que mis labios se torciesen en una mueca por el dolor, pero no me quejé ni me aparté, al fin y al cabo, yo también necesitaba ese abrazo.

Al escuchar como la puerta se cerraba dirigí mi mirada hacia ésta, viendo a Justin junto a mi padre. Este último tenía aún peor cara que mi madre y tampoco vaciló a la hora de acercarse a mí, uniéndose a nuestro abrazo.

—Gracias a Dios que estás bien —dijo antes de dejar un beso sobre mi cabeza.

Un suspiro se escapó de mis labios y cerré los ojos por unos segundos, intentando retener mis lágrimas. Al volver a abrirlos los posé sobre Justin, que seguía junto a la puerta, observando la escena de brazos cruzados, y vocalicé un gracias con mi boca. Él esbozó una pequeña sonrisa y agitó su cabeza, queriendo restarle importancia a lo que había hecho.

Finalmente, mis padres se apartaron de mí, pero mi madre no demasiado y agarró mi rostro. Sus ojos me escanearon y pude notar como se detenían en mi cuello antes de volver a coincidir con los míos.

—Cuando Rick nos llamó ayer... —Suspiró volviéndose hacia mi representante, que estaba saludando a mi padre— Simplemente no podíamos terminar de creérnoslo. Era algo impensable que él...

—Ni le menciones, por favor. —Le pidió mi padre, interrumpiéndola.

Mordí mi labio inferior y nuevamente me volví hacia Justin, que ahora se encontraba a los pies de mi cama.

—Gracias por haber dejado que viniesen en el jet —dije provocando que se girase hacia mí.

Él negó con la cabeza y descruzo sus brazos.

—Es lo mínimo que podía hacer —Se encogió de hombros—. Por lo que me dijo Rick los vuelos que miraron no llegaban hasta la tarde. Además, creo que con lo nerviosos que estaban el poder saltarse las colas del aeropuerto y poder viajar solos les ha venido bastante bien —comentó con una pequeña sonrisa, mirando a mis padres.

—La verdad es que sí —Mi padre suspiró pasando una mano por su pelo—. No creo que hubiese aguantado todo el vuelo encajonado en un asiento.

—Pero bueno, lo importante ahora es que estamos aquí y no pensamos separarnos de ti hasta que te recuperes. —Me aseguró mi madre antes de dejar un beso sobre mi frente, arrancándome una pequeña sonrisa.

—¿Dónde vais a quedaros? —Los miré curiosa.

—Queríamos hacerlo en un hotel. —Empezó mi padre.

—Pero ayer hablé con Liv y se encabezonó en que lo hiciésemos en su casa —Me explicó mi madre—. Dice que allí tienen espacio de sobras para nosotros y que dadas las circunstancias piensa que es mejor que nos quedemos en la casa de alguien conocido y no en un hotel.

—Liv siempre sabe qué decir —comentó Justin algo divertido.

—Pues sí. —Sonreí levemente.

—¿Habéis desayunado? —Quiso saber Rick, dirigiéndose hacia mis padres.

—No. —Mi madre negó con la cabeza.

All These Years • jb [3]Where stories live. Discover now