Treinta y nueve; El vuelo

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Conforme nos acercábamos a la pista, donde se encontraba el jet de Justin esperándonos para embarcar, mi nerviosismo iba aumentando. En primer lugar, porque sabía que en cuanto me subiese al avión estaría allí encerrada y no podría escaquearme de contarles a Rick y Caroline la verdad, mucho menos después de haberle prometido a Justin que lo haría. En segundo lugar, y a pesar de que Justin me había asegurado unas cien veces que no habría ningún problema, aún tenía miedo de que Nate se presentase allí e intentase retenerme de alguna forma, aunque Justin también me había prometido que con él delante aquello no sucedería ni en sueños. Sin embargo, desde mi desastrosa llamada con él no había sabido absolutamente nada de él y eso me preocupaba bastante.

—Blair —Justin posó su mano sobre mi muslo, provocando que apartase mi vista de la ventanilla para volverme hacia él—, ¿quieres dejar de mover la pierna? —preguntó medio en broma.

—Lo siento. —Suspiré e intenté mantenerme quieta.

—Todo va a salir bien. —Me animó.

—Eso espero. —Coloqué un mechón de pelo tras mi oreja y de nuevo dirigí mi mirada hacia la ventana.

Sentí como apartaba la mano de mi muslo solo para buscar la mía y entrelazar nuestros dedos, llamando mi atención una vez más. Miré nuestras manos sobre mi regazo y después me volví hacia él, que también me estaba observando.

—¿Confías en mí? —Enarcó una ceja.

—¿Todavía tienes que preguntar eso después de todos estos años? —Una pequeña sonrisa tiró de mis labios, contagiándole.

—Entonces estate tranquila. —Me guiñó un ojo y volvió a mirar hacia el frente.

Unos minutos después el coche se detuvo y pudimos bajar de éste. A unos metros de nosotros se encontraba el jet de Justin.

—¿Es el mismo de siempre? —Le pregunté cuando se acercó a mí junto a Esther, tras haber saludado a los dos trabajadores que ahora estaban sacando nuestro equipaje del maletero.

—No, acostumbro a cambiar de jet cada tres años o así —bromeó, ganándose un leve empujón por mi parte, haciéndole reír—. Sí, es el de siempre —Asintió metiendo sus manos en los bolsillos de sus pantalones—. Puedes subir ya si quieres.

—¿Tú no subes?

Él negó con la cabeza.

—Esperaré a Caroline y Rick, no creo que tarden en llegar —murmuró mirando a sus espaldas.

—No me importa esperar aquí contigo. —Le aseguré.

—No te preocupes —Agitó la cabeza—. Probablemente estarán aquí en unos cinco minutos o así —comentó ahora dirigiendo su mirada hacia su reloj de pulsera—. Hemos llegado algo antes de lo previsto. —Volvió a posar sus ojos sobre mí.

—Está bien, entonces os espero allí —Señalé hacia el avión—. Me llevo a Esther, ¿vale? —Me agaché para poder cogerla.

—De acuerdo. —Me dedicó una pequeña sonrisa.

Me encaminé hacia el jet y cuando terminé de subir las escaleras saludé amablemente al piloto, que esperaba junto a la puerta para recibirnos.

En cuanto me adentré por completo en la aeronave recorrí con la mirada el lugar. No se diferenciaba mucho del que Nate y yo teníamos, pero aún así una sensación de nostalgia me inundó por completo.

Noté como Esther se empezaba a revolver en mis brazos, algo nerviosa, así que la dejé en el suelo para que pudiese correr a sus anchas por allí y yo me dirigí hacia los asientos de cuatro, con mesa incluida. Dejé mi bolso sobre ésta y ocupé uno de los asientos que había junto a la ventana, desde donde podía ver a Justin conversando con uno de los trabajadores.

All These Years • jb [3]Where stories live. Discover now