All These Years • jb [3]

Setenta y cinco; La sentencia

Blair's POV:

Dejé la bolsa con la que había cargado desde el coche encima de la isla de la cocina, junto a la que Justin acababa de dejar allí.

—Ni siquiera he puesto un pie en Los Ángeles y Scooter ya me está pidiendo que nos reunamos —murmuró Justin mientras tecleaba en su móvil.

—Te echará de menos y querrá verte lo antes posible. —Me burlé.

—Bueno... ¿puedes culparle? —Se señaló y yo agité la cabeza antes de empezar a sacar la comida de las bolsas.

—Va a ser raro. —Aquel comentario se escapó casi sin querer de mi boca.

—¿El qué? —Justin me miró tras cerrar la nevera, de donde acababa de sacar una jarra de agua.

—El no tenerte por aquí —Me apoyé sobre el mármol de la isla—. Me he acostumbrado a quedar contigo estos días y ahora... —Me encogí de hombros.

—¿Y tú te burlabas de Scooter? —Se metió conmigo.

—Eres un caso. —Agité la cabeza y traté de girarme para continuar con lo que estaba haciendo, pero Justin lo impidió al sujetarme la mano.

—Que es broma, preciosa —Sonrió burlón y se acercó a mí, rodeando mi cintura— Pero un poco de menos si me vas a echar, ¿no? —Ladeó la cabeza.

Ni te lo imaginas.

Solté un suspiro y apoyé mis manos sobre su pecho.

—Pero si ya sabes la respuesta. —Sonreí levemente.

—Ya, pero me gusta escucharlo de tu boca —admitió, logrando ampliar mi sonrisa.

—Pues claro que sí, tonto —confesé—. Mucho —dije logrando arrancarle una sonrisa.

—Y yo a ti, preciosa. —Se acercó a mí para besar mi frente.

Un nuevo suspiro se escapó de mis labios y me aferré con fuerza a él, dejándome embriagar por su perfume.

—Gracias por lo que has hecho por mí.

Justin se separó un poco de mí y me miró algo curioso, probablemente sin entender a qué venía mi comentario.

—¿El qué?

—Todo lo que has hecho estos días —Me encogí de hombros—. Dejar que el cumpleaños se hiciese aquí, quedar conmigo estos días para ayudarme a despejarme un poco...

—Lo dices como si lo hubiese hecho por obligación —bromeó.

—Ya sé que no ha sido así —Negué con la cabeza—, pero te lo agradezco de todas formas. No es que me pase la vida encerrada en casa aquí, pero... ha sido agradable salir un poco más y hacer algo distinto.

—Pues me alegro de haberte ayudado, aunque solo haya sido un poco —admitió.

—Créeme, ha sido mucho.

Necesitaba que supiese lo mucho que me había ayudado.

Él volvió a sonreír y acarició mi mejilla

—Ya sabes que aunque no esté aquí puedes llamarme cuando quieras, ¿verdad? —Me recordó.

—Lo sé. —Asentí.

Volvió a sonreírme e intentó apartarse de mí, pero sujeté su camisa con algo más de fuerza impidiéndoselo.

—¿Qué pasa? —Me preguntó extrañado.

Le miré callada, recordando la conversación que había tenido con mi psicóloga el día anterior e intentando darme ánimos para dar el paso, pero al final terminé suspirando.