Noventa y nueve; Primer intento

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—Hey —Justin me saludó en cuanto abrí la puerta—. No llego tarde, ¿verdad?

—No, tranquilo. —Le sonreí y le di un beso rápido antes de hacerme a un lado para que pudiese entrar a la casa.

Milo, que había llegado a la puerta incluso antes que yo, no dudó en empezar a saltar alrededor de Justin, que se agachó de inmediato para acariciar su barriga, como a él le gustaba.

—Rick está en el comedor, preparando la videollamada. —Le indiqué cuando se incorporó de nuevo.

—Pues vamos —Cogió mi mano para empezar a andar—. ¿Tú estás bien? —Me miró curioso.

—Mhmm —Asentí, de nuevo esbozando una pequeña sonrisa—. Creo que me ha venido bien hablar con Laura esta mañana —admití.

Habían pasado ya cinco días desde el aniversario —por llamarlo de alguna forma— de lo ocurrido y aunque las pesadillas habían persistido al principio, llevaba ya un par de noches durmiendo bien.

—Me alegra oír eso —Me sonrió—. ¿Crees que te dejarán hacer lo de la entrevista? —preguntó volviendo a ponerse serio.

—No estoy segura —Suspiré—. O sea, no me han dicho que me vean mal, pero tampoco que esté estupenda.

—Bueno, teniendo en cuenta lo del jueves es normal que no estés en plena forma. —Me recordó cuando llegamos frente a la puerta del comedor.

—Ya... ¿Crees que si me dicen que no podría hacerla más adelante?

—Ya lo veremos, ¿vale?

Yo asentí y él me sonrió de nuevo antes de abrir finalmente la puerta.

—Hey, Justin. —Rick se levantó al vernos entrar.

—¿Qué hay? —Mi novio se acercó a él y se dieron un corto abrazo.

—Pues preparándolo todo —Miró el portátil—. Cuando quieras podemos empezar. —Ahora dirigió su mirada hacia mí.

—Cuánto antes mejor, ¿no?

—Claro. —Asintió.

Rick colocó el portátil de forma que los tres pudiésemos estar frente a él y en cuanto estuvimos todos sentados inició la videollamada, por lo que apenas unos segundos después en la pantalla aparecieron mi psicóloga y mi psiquiatra.

—Buenas tardes —Las saludó Rick—, muchas gracias por haber hecho un hueco para la reunión.

—No hay problema. —Sonrió Laura y la doctora Cowden asintió conforme con ella.

—Bueno, ya sabéis de qué trata esto —continuó mi representante—. Las dos habéis hablado con Blair y nos gustaría saber vuestra opinión profesional sobre le tema de la entrevista. No querríamos dar este paso sin saber si ella está preparada. —Me miró y yo le dediqué una pequeña sonrisa de agradecimiento.

—Claro, para eso estamos —Asintió mi psiquiatra—. ¿Quieres empezar tú? —Le ofreció a Laura.

—Oh, no —Negó con la cabeza—. Hazlo tú, no importa.

—Muy bien —Mi doctora cogió varios papeles que tenía sobre su escritorio y les echó un rápido vistazo—. Es innegable que ha habido un claro avance, irte a Canadá te sentó muy bien, lo pude ver cuando hablamos unas semanas después de que os trasladaseis —admitió arrancándome una sonrisa.

—Gracias, la verdad es que creo que me precipité un poco a la hora de volver a Los Ángeles a finales de verano —confesé—. La prensa me agobió demasiado y mi ansiedad empeoró. Estar en Canadá me ayudó a recuperarme y como allí la prensa estaba más calmada... —Me encogí de hombros— La verdad es que fue una idea genial irnos. —Me volví hacia Justin, que me sonrió y entrelazó nuestros dedos por debajo de la mesa.

All These Years • jb [3]Where stories live. Discover now