All These Years • jb [3]

Treinta; Confiar

Justin's POV:

Esbocé una pequeña sonrisa al llegar al final del camino que conectaba la entrada a la parcela con la casa y ver que el coche de Blair aún seguía allí. Había llegado a tiempo.

Detuve mi coche junto al suyo y antes de bajarme de éste cogí, con cuidado de no derramar nada, el pequeño soporte cartón en el que llevaba un par de cafés y la bolsa de la pastelería por la que había pasado de camino. Como pude, cerré el coche y me dirigí hacia la entrada de la casa.

Al adentrarme en ésta fui recibido por un completo silencio y al mirar a un lado y otro me di cuenta de que no había ni rastro de Blair por allí. Dejé todo lo que había traído en la encimera de la cocina y recorrí el pasillo que conectaba la entrada de la casa con la habitación. La puerta de ésta se encontraba abierta, así que enseguida pude ver a Blair durmiendo en la gran cama que había en el centro de la estancia, acurrucada entre las sábanas. Esbocé una pequeña sonrisa y me crucé de brazos a la vez que me apoyaba en el marco de la puerta, observándola.

Fue una sorpresa encontrármela allí la noche anterior, pero lo que desde luego no me esperaba era que terminase llorando. Desde un primer momento había deducido que algo no iba bien, había algo en la actitud de Blair que me desconcertó bastante y enseguida deduje que todo aquello quizás tenía relación con lo sucedido en el set de su videoclip unas horas antes, algo que comprobé en cuanto se vino abajo ante la mención de Nathan.

Inevitablemente solté un suspiro al recordar aquello y negué con la cabeza, volviendo a fijar de inmediato mis ojos sobre ella. Según Blair, la cosa no había ido más allá de una pelea bastante fuerte y aunque había insistido en eso había algo en mí que no me dejaba terminar de creerme aquello del todo. Aún así, decidí creerme lo que me decía —o al menos hacer ver que me lo creía— y dejar correr el asunto. Durante el resto de la noche ninguno de los dos había vuelto a sacar el tema, yo había intentado distraerla y ella también había tratado de mantener su mente ocupada de cualquier forma posible.

Y sé que quizás puede llegar a sonar egoísta o dar la sensación de que me había aprovechado de que ella y Nathan no se encontraban en su mejor momento, pero realmente había sentido una especie de acercamiento entre nosotros, como si volviésemos varios años atrás, cuando estábamos juntos. Ayer por la noche para mí no existió nada más; mientras la escuchaba tocar la guitarra, mientras intentaba enseñarme a bailar porque yo me había puesto a hacer el tonto solo para lograr subirle el ánimo o cuando habíamos estado componiendo juntos, solo estábamos nosotros y nada más importaba.

Pero como todo, la noche tuvo que acabar y yo tuve que dejar a Blair aquí sola. La idea no me entusiasmó demasiado porque no quería dejarla sola sin saber si estaba bien del todo, pero entre la insistencia de ella por quedarse allí y no volver a casa —algo que me alejó aún más de creerme su versión de lo sucedido con Nathan— y el hecho de que solo había una habitación, no me quedó otra que terminar aceptando. Sin embargo, aquello no hizo que dejase de preocuparme y, por eso mismo, nada más levantarme había venido, no sin antes pasar a por unos cafés y unos rollitos de canela de la pastelería favorita de Blair. No sabía si al llegar ella se habría ido ya a Los Ángeles, pero afortunadamente no había sido así.

Blair empezó a removerse entre las sábanas y desde donde estaba pude escuchar el suspiro que soltó a la vez que cubría sus ojos con su antebrazo.

—Buenos días, bella durmiente —dije en tono de broma, sobresaltándola y provocando que se incorporase de golpe.

—Justin... —susurró mi nombre con algo de sobrealiento a la vez que apartaba algunos mechones de su rostro.

—¿Estás bien? —Alcé una ceja, mirándola divertido.