All These Years • jb [3]

Cuarenta; Mentiras

—¡Hola! —Una sonriente Faith nos recibió en cuanto abrió la puerta.

—Hey. —Liv fue la primera en acercarse a ella para saludarla con un abrazo antes de adentrarse en la casa.

—¿Qué tal? —Le pregunté al imitar la acción de mi mejor amiga.

—Bien, ¿y tú? —Se interesó apartándose un poco de mí— ¿Ningún mareo después de lo que pasó ni nada? —Enarcó una ceja.

—No, no, estoy... —Suspiré y esbocé una pequeña sonrisa— Estoy bien —Le aseguré—. Aún así mañana pediré una cita al médico para que me hagan un análisis, solo para tranquilizar a Rick y a mis padres.

—Bueno, nunca está de más —Se encogió de hombros y se hizo a un lado—. Pasa, anda.

—¿Has preparado ya la comida? —Le pregunté al adentrarme al pasillo, percibiendo el olor que llegaba desde la cocina.

—Sí, estará lista en unos cinco minutos o así. —Me aseguró ella tras cerrar la puerta.

—¿Y qué es? —La miré curiosa.

—Unas brochetas de cerdo con un adobado que me enseñó a hacer una compañera y algo de arroz de acompañamiento. —Me explicó.

—Suena bien. —Sonreí.

—Faith, ¿necesitas que pongamos la mesa? —Liv se asomó desde el comedor.

—Sí, por favor —Nos pidió—. Yo tengo que sacar las brochetas del horno.

—Tranquila, dejo el bolso y ahora me pongo a ello.

—Gracias. —Nos sonrió antes de meterse en la cocina.

—Yo iré a por los vasos. —Me avisó Liv, señalando hacia la cocina.

—Claro, ahora iré yo a por los cubiertos y eso.

Tal y como les había dicho dejé mi bolso sobre el sofá, junto al de mi mejor amiga y me uní a ellas en la cocina justo cuando Liv ya salía de ella.

—Huele de maravilla. —Le aseguré a Faith, que acababa de abrir el horno.

—Espero que sepa igual —bromeó.

—Seguro que sí. —Le guiñé un ojo y saqué de uno de los cajones los cubiertos.

Aproveché también para coger el servilletero y me lo llevé todo al comedor, donde Liv ya estaba poniendo los vasos sobre la mesa.

—¿Dan se ha quedado con los niños? —Le pregunté mientras doblaba las servilletas.

—Solo con Harper, Alex ha ido a comer a casa de un amigo suyo. Le pasaré a recoger más tarde, probablemente cuando me vaya de aquí o no sé. —Se encogió de hombros.

—Así que Harper tiene a papi para ella sola —comenté con una pequeña sonrisa, contagiando a mi amiga.

—Estaba encantada —aseguró cogiendo las servilletas que yo acababa de doblar para colocarlas junto a los vasos—. O sea, no es que no le guste pasar tiempo conmigo, pero es que tanto ella como Alex están menos con Dan, así que les encanta cuando pueden pasar tiempo con él. Por no hablar de que a Dan también se le cae la baba —bromeó haciéndome reír.

—Lo entiendo —Asentí y distribuí los cubiertos—. ¿Están listos para ser hermanos mayores y compartiros? —La miré algo divertida.

—Bueno, aún nos quedan unos meses para que terminen de hacerse a la idea —Se encogió de hombros—. Pero la tía de Dan les ha regalado un libro a cada uno sobre lo de ser hermanos mayores.