10° GOL

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- ¡Isagi no estás en lo que estás! ¡Espabila!- el nombrado se levantaba con pesadez del suelo después de haber recibido un balonazo en toda la cara, su nariz sangraba un poco.

- ¿Estás bien?- Kunigami lo ayudaba.- Ve a echarte agua, estás sangrando.

El chico sólo asintió y se encaminó hacia el vestuario. Se limpió y se taponó la nariz con algo de algodón. Se apoyaba en el lavabo con sus manos y miraba su reflejo en el espejo de cerca. Tenía algunos granos y unas ojeras hasta el suelo, más ahora la nariz roja y todo el pelo sudado y algo sucio, se podría decir que no era su mejor día. Se encontraba desmotivado, no encontraba la forma de darle uso a sus ojos como dijo su entrenadora y eso le estaba bajando todavía más su autoestima. Además había visto a aquella chica por la mañana cómo salía de su habitación con un vestido blanco corto de tirantes y no lo quería admitir, pero se le había bajado la presión. De pensar así pasó a enfadarse de una forma un tanto irracional, no comprendía por qué tenía que escucharla cuando ni siquiera sabía quién era, quizás no sepa ni jugar al fútbol y se está burlando de él. Parecía una niña rica, hija de algún presidente de algún club de fútbol y está aquí para pasar el tiempo y ligar.

Isagi no era del tipo de persona que juzgan sin conocer, ni tampoco del que habla o piensa mal de la gente aunque le caiga mal, pero cuando algo no cabía en su cerebro y no encontraba una razón racional para sus sentimientos, se enfadaba. Se enfadaba sobre todo consigo mismo, pero lo soltaba al resto de personas a su alrededor, para librarse de culpas. Cogió una toalla pequeña de mala gana y volviendo al entrenamiento tocó la alarma de la cena, así que básicamente se dio la vuelta para ir al comedor. Había sido una mierda de día para sí mismo, pero en cuanto al juego en equipo, todos habían mejorado bastante, mañana era el partido y estaban listos para afrontarlo.

Todos se sentaban en las mesas y Bachira se quejaba a Isagi por no esperarlo para empezar a comer. Él se disculpó, se tenía que empezar a calmar, el problema era suyo y quizás de… ella. Ariel cruzaba las puertas con una sonrisa y una bolsa de tela en las manos, dio algunos tumbos y eso la hizo pararse para quitarse los tacones altos que llevaba. Suspiró con cara de placer máximo cuando sus pies descalzos tocaron el suelo fresco.

- Santa Claus recién llegó, amigos.- pasó por al lado de Bachira y le dejó unas cajas de galletas de chocolate, se fue a otra mesa a repartir cosas que le habían pedido.

- ¿Galletas?

- ¡Mis favoritas! ¿Quieres?

- Quizá más tarde.- Isagi sonreía.

- Y esto para ti, ojos lindos.- la chica lo abrazó por detrás y le puso la revista que pidió al lado de la bandeja. Isagi pudo sentir el olor potente a alcohol, mezclado con perfume masculino y no era muy difícil intuir lo que había pasado.

- No me llames así.

- ¿Así cómo?- ella se sentaba al lado mirándolo de cerca sonriendo.

- Eres mi entrenadora o al menos eso es lo que dice Ego, ya que no pareces servir de mucha ayuda. Sé más profesional, me llamo Isagi y ya.- él no la miró. Todo el mundo calló y Ariel sentía como caía de su trono de poder.

- ¿Quieres que sea más profesional? Bien.- cogió aquella revista y las cajas de galletas de las manos de Bachira y se los llevó hasta un cubo de basura. Los tiró y cogió un paquete de tabaco que guardaba debajo de su falda entre las medias y prendió fuego a uno y lo volvió a tirar dentro. Se fue sin más, segundos después, humo salía de aquel cubo y la alarma de incendios se activó, dejando sordos a la mayoría y empapados, por los aspersores de seguridad. Salieron como pudieron y se quedaron sin poder terminar de cenar.

DEVÓRAME ⚽️ (Isagi Yoichi × OC) [Blue Lock] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora