DEVÓRAME ⚽️ (Isagi Yoichi × OC) [Blue Lock]

38° GOL

- ¡¿Me quieres explicar qué te pasa?!- Ariel lo llevó hasta el comedor para hablar con él más en privado.

- ¡Sólo quiero ganar! ¡Ese es mi ego!- se señalaba así mismo.

- ¡Sí! ¡Tú y todos tienen ese ego! ¡Pero algo te pasa! ¡No eres el Isagi de antes! ¿De dónde viene esa agresividad ahora, eh?

- ¿Estás de broma? Sólo intento dar lo mejor de mí, ¡este es mi fútbol! ¡Déjame jugar a mi manera!

- ¿Enserio? ¿Así juegas tú? Ahora me entero. ¿Tu fútbol? ¿Qué razón tienes para jugar así de desesperado?

- Buff...- el chico daba vueltas por el sitio, nervioso con las manos entrelazadas en la nuca.

- ¡Isagi Yoichi, contéstame!- ella tensaba su mandíbula.

- ¡La razón eres tú! ¡¿Es que no lo ves?! ¡Me gustas y no puedo dejar que alguien que te haya hecho daño se salga con la suya! ¡Mi fútbol, mi ego es para vencer a Itoshi Sae y vengarte!

- ¡Joder!- negó con la cabeza.- ¡Eso no es un ego! ¡Eso es una excusa! Mi relación con Sae no te importa, tu ego sólo puede y debe ser contigo y para ti. ¡Por eso se llama ego!

- ¡Sí que importa! ¡Sí que me importa, porque nosotros tenemos...!

- ¡¿Tenemos qué?!

- Nosotros tenemos algo.- dijo decidido pero ella rio.

- ¿Algo? ¿Qué hay entre tú y yo?- sonreía incrédula.

- D... Dormimos juntos... Y... me dijiste que te interesaba.

- Me interesa tu fútbol. Bueno, me interesaba, ya no veo a ningún rival en ti, puedo pisotearte cuándo y cómo quiera. En cuanto a lo otro... Sólo estaba jugando contigo.- rio fuerte.- Estaba borracha, si me hubiera encontrado a otro chico en el pasillo, me lo hubiera llevado a la cama igualmente.

- Pero... Yo...

- ¿Qué? ¿Te sentías importante? ¿Qué tenías que salvar a la princesa indefensa? Ni soy una princesa ni estoy indefensa. Que te entre en la cabeza, yo no me fijo en perdedores como tú.

Ella se acercaba y las palabras que decía se clavaban como puñales en el corazón de Isagi. A este último se le resbaló una pequeña lágrima y sus labios empezaron a temblar.

- Deja de llorar, inútil y ve a entrenar.- esta vez lo dijo bastante seria, como una intimidante capitana de la marina.

- Sí, entrenadora.- su voz tembló y no más dicho esto, se giró sobre sus pies y salió de allí con la cabeza alta.
Pocos metros fuera de allí, comenzó a llorar como un bebé, mordía su mano para no gritar y se agachó para acurrucarse en una esquina. Dentro del comedor, no fue para nada diferente. Ariel lloraba con la cabeza alta, repitiendo frases en su cabeza, intentando convencerse de que había sido lo mejor para el chico y su carrera profesional.

- Si es lo correcto... ¿por qué duele tanto?- sus piernas flaqueaban y tuvo que tomar asiento.

- Ariel-chan...- Anri se sentó a su lado y la iba a abrazar cuando la pelirroja levantó la mano parándola.

- Estoy bien.- se secó las lágrimas y volvió a tensar la mandíbula, sonriendo como podía.

- Me pidió Ego que te diga que te pases por la sala de control para recoger los últimos informes para esta última semana de entrenamiento...- la informó no muy segura.