18° GOL

2.1K 280 6
                                    

- Ven.- ella daba palmaditas en el asiento a su lado.

El chico se quedó en el sitio no muy seguro.

- Es una historia larga, te vas a cansar, ven.- sonreía cansada y asistiendo despacio.

Al final hizo caso y se sentó a su lado, dejando las muletas juntas apoyadas a un lado.

- Mi nombre real es Ariel, me lo pusieron en el orfanato en el que viví hasta los catorce años. Me abandonaron nada más nacer, en la puerta de una iglesia, sin nombre, sin identidad, así que como era pelirroja, me compararon con la sirenita de Disney y me llamaron así. Oficialmente debería haber adoptado el apellido del nombre del orfanato, pero fui adoptada y mi padre adoptivo quiso ponerme su apellido, aunque no lo suelo usar mucho, mi nombre es Ariel Ego.

- Espera… ¿Ego? ¿De Jimpachi Ego?- Marvin abría sus ojos y buscaba su mirada.

- Sí.

- ¿Ese tío es tu padre?

- Adoptivo, padre adoptivo, ¿por qué te sorprendes tanto? ¿Por qué creías entonces que trabajamos juntos?

- Sois una pareja rara, pero de cierto modo conectáis siendo amigos, ¿cuántos años tiene Ego?

- Ojalá lo supiera, es algo tabú para él, pero no parece tan mayor.

- Ya, es un tío extraño.

- Y que lo digas…

- Espera, ¡¿y me has estado mintiendo todo este tiempo?! ¿Por qué?

- No me gusta que la gente sepa de mí, voy cambiando mi nombre con cada trabajo, aquí soy Luna, pero en Japón soy Eris.

- ¿Y soy tan insignificante para ti como para ser parte de “esa gente”?- el moreno fruncía el ceño.

- ¿Por qué te crees que estoy aquí? ¿Qué he cogido un avión y viajado durante doce horas para decirte cómo me llamo en realidad e irme? Quiero que confíes en mí, jamás tuve un amigo de verdad y no sé que hacer.

- La confianza no se basa en que me cuentes todos tus secretos y problemas, confiar en alguien es estar cómodo y cuando te sientas mal, que pueda reconfortarte con sólo estar ahí. Si no sientes eso conmigo, quizás no sea el indicado…- sonreía apenado.

- Marvin, tú eres como mi hogar, donde esté tu presencia, aunque sea en medio de un bosque embrujado, ese sitio será mi hogar. Eres de las pocas personas que crean esa sensación en mí, como Ego, Pedro, o…

- Eso ha sido muy bonito de tu parte, ¿pero quién es la otra persona?- su cara cambió drásticamente, se acercaba pillín a ella.

- No estoy segura de eso, así que no lo diré…

- Anda, venga, dímelo.- se acercaba más sonriendo.

- ¿No decías que no hacía falta que te lo contase todo?

- Pero si te gusta alguien y no se lo cuentas a tus amigos, está mal.

- ¿En serio?

- Ah, entonces, es verdad que te gusta alguien.- movía sus cejas.

Ella hizo una mueca y empezó a molestarse.

- ¡No es momento para eso!- cruzó sus brazos.

- Es cierto que estás cambiada, normalmente me contestarías algo ingenioso y me dejarías por los suelos sin saber qué contestar.- se dejó de acercar y volvió a sentarse normal.- No sé qué  magia tendrán esos japoneses, pero han domado a la indomable.  

- A mí nadie me ha domado ni me domará.- cruzó sus piernas y sus brazos e hizo un puchero.

- ¿Estás segura?

Abrió la boca para rechistar, pero recordó ese momento en el comedor con Isagi y un rubor le subió hasta las mejillas. Seguía siendo egoísta y muy rebelde, pero a la vez ese chico le hacía querer ser débil para que la protegiese y la mimase, era otra forma de control, pero esta vez, el otro jugador tenía más ventaja. Ella no negaba sus sentimientos, sabía muy bien, que se estaba enamorando de ese chico, pero todo era tan nuevo que no sabía como reaccionar sin hacer daño a nadie. Sabía que Isagi Yoichi había hecho algo, que la hizo tener que cambiar y eso le gustaba, le parecía interesante y divertido. Pero para eso necesitaría ayuda de alguien que la conociese antes de todo el trauma del vídeo y del trabajo con Ego.

- ¡Ja! Lo sabía, la leona ahora es una gatita. Una pelusa.

- Marvin te doy cinco segundos para correr.- él no lo pensó dos veces y cogió las muletas y salió pitando. Pero segundos después que saliese de los baños ya la chica los agarraba por el torso, abrazándolo por detrás, no muy brusco ya que podía caer y hacerse más daño.

- Es la primera vez que me abrazas así, es lindo. Creo que no tardaré a acostumbrarme a esta Lun… Ariel.- rio bajo.

- Marvin.

- ¿Mmm?

- ¿Estamos bien?- hablaba bajo con la cara enterrada en la espalda del chico.

- Siempre lo estuvimos, el día de la llamada, me pasé y lo siento, estaba agobiado porque seguramente no seré titular en la próxima Copa del Rey, por culpa de la maldita lesión…

- Oh, lo siento, Marvin.- alzó su cabeza y éste la miraba por encima de su hombro.

- Me molesta, pero no pasa nada. Como decía una antigua maestra que tuve, “mientras puedas seguir jugando al fútbol, que es lo que verdaderamente te hace feliz, ¡a la mierda las copas de bronce bañadas en pintura dorada!"- le sonrió.

- Está buena la frase, debió de ser una fantástica, estupenda, increíble maestra.- parpadeaba rápido mientras se ponía a su lado.

- Sí que lo fue.- se miraron sonrientes por un tiempo.

- Bueno, volvamos, que tengo ganas de seguir molestando a Ramos.

Sergio Ramos y Ariel nunca se llevaron bien. 

DEVÓRAME ⚽️ (Isagi Yoichi × OC) [Blue Lock] Where stories live. Discover now