35° GOL

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La alarma no había sonado, pero ya se encargaba Bachira de aporrear la puerta. Esos dos seguían durmiendo acurrucados, pero se habían cambiado de lugar, Yoichi tenía su cara hundida en los pechos de Ariel y ella abrazaba su cabeza roncando con la boca abierta. Él igual la abrazaba como si se fuera a escapar y soltaba sus babas por la piel pecosa de ésta. No se sobresaltaron hasta que fue el turno de aporrear de un Raichi bastante enfadado. Del susto, Ariel apartó la cara del chico de ella y subiéndose encima de él para posteriormente caerse de la cama escurriéndose como una serpiente sedada, se levantó como pudo para abrir la puerta.

- ¡Llevamos esperando dos horas en el campo a que aparezcas, maldita pelirroja!- gritaba el rubio.

La cara de Ariel era un cuadro, no escuchaba nada, ni entendía qué pasaba pero igual asentía, como cuando alguien te echa la bronca y sólo quieres que se calle y te deje en paz. La chica no era de tener resaca pero sí estaba muy cansada y no se acordaba de mucho, Isagi seguía durmiendo abrazando a la almohada esta vez y el grupo de chicos en la puerta no tardó en darse cuenta de su presencia.

- Así que, ahí estaba.- Chigiri sonreía.

Ella giró su cabeza, todavía asintiendo y se dio cuenta de lo que miraban aquellos chicos sonrientes.

- ¡Isagi! ¡¿Qué haces ahí?!- la verdad es que no se acordaba de nada. El chico por fin se irguió con la cara hinchada y el pelo hecho un nido de gaviotas, mirando a la puerta con un ojo cerrado y otro no.

- ¿Estoy soñando?- preguntó con la voz rasposa y Chigiri negó con la cabeza, aguantando la risa con sus labios.- Ah.

Se quedó un rato mirando la escena, nadie movió un pelo hasta que se dio cuenta de la situación. Ariel también empezó a unir puntos en su cabeza y recordó algo mucho más importante.

- ¡¿Ah?!- el Isagi tímido volvió.

- Entrenad vosotros solos, que ya sois mayorcitos. ¡Disculpadme!- se puso las primeras zapatillas que encontró por su cuarto y salió corriendo de allí.

- Veo que seguiste los consejos del cuervo.- decía Nagi.

- No es lo que parece.- se excusaba Isagi moviendo sus manos.

- Ajá...- los chicos se dispersaron dejando solo a aquel confuso chico en una calurosa habitación llena de botellas de alcohol vacías.

Por otro lado, Ariel corría como si estuviera compitiendo por ello, subió las escaleras y abrió la puerta de la habitación de su compañero que ya estaba entreabierta. Cuando aquel característico olor golpeó su cara, sonrió de oreja a oreja. Ni siquiera le prestó atención al hecho de que Ego estaba sentado en su futón comiéndose su tarta de cumpleaños. En lo único que se fijó, fue en su pelo, ese hombre siempre tiene el pelo liso, perfectamente peinado, incluso no se movía cuando dormía para tenerlo perfecto desde que se despertaba. Pero ahí estaba él, con su pelo todo despeinado y con una sudadera gris bastante grande, parecía hasta un veinteañero cualquiera. Ariel entró y cerró la puerta tras de sí.

- Tu pelo...- abría la boca y se agachó cerca de él para admirar su nuevo estilo.- ¿Ha estado buena la noche, eh?

- Cállate.

- Encima que no te estoy gritando por estar comiéndote mi tarta de cumpleaños, ¿me tratas así? Ah, cierto, ya tengo la pregunta para ti de hoy.- movía sus cejas y el hombre bajaba aún más su cara para no mirarla.

DEVÓRAME ⚽️ (Isagi Yoichi × OC) [Blue Lock] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora