50° GOL

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Rin intentó retroceder, pero era demasiado tarde, su hermano no le iba a dejar. Ambos se miraron a los ojos, iris de colores muy parecidos, pero pupilas que derramaban sentimientos totalmente diferentes. Ese chico tenía miedo, ese no era al ego que aspiraba, no entendía la jugada que estaban haciendo esos dos y sólo por eso, lo estropeó todo. Su odio lo había hundido, si quería llegar a ser alguien, tendría que jugar para sí mismo, no para demostrarle nada a nadie y menos a los que no se preocupaban por él. Ya era tarde, no podía salir de allí, sus piernas comenzaban a doler y su mente estaba por rendirse.

- ¡Mira quién es el estúpido ahora! ¡Sal de aquí, yo me encargo, pestañitas!- Baro empezó a bloquear a Sae por un lado y lo empujaba.

Rin abrió sus ojos sin entender lo que estaba pasando, ¿lo estaba ayudando? ¿Por qué él? Baro le gruñó otra cosa y este se puso en marcha hacia el centro, obedeciéndole. Había podido escapar con el balón, pero tenía la mente en blanco, no sabía qué hacer, se estaba desmoronando. ¿Y ahora qué? Él lo había echado todo a perder, la estrategia de Isagi y Bachira seguramente ya no era suficiente. Isagi… Lo buscó con sus ojos y sus miradas se encontraron. En ese momento se dio cuenta, justo como le pasó a Nagi momentos antes. Las llamas azules de los ojos de Isagi no le pedían nada, sino que se lo ordenaban, como una orden divina irrefutable. Tenía que hacerle llegar el balón.

- ¡Cuervo!- Rin sabía que no tenía unas piernas capaces de hacer un pase tan largo, así que buscó algo de músculo por allí cerca.- ¡Haz que llegue a ese flacucho!

- ¡Hey! No me metas prisa ahora, pestañitas compulsivo.- Tabito la atrapó con ayuda de su rodilla izquierda y corrió para huir de Shuto.

Isagi y Bachira llegaron a su arco, volvieron a parar con un pie y empezaron a correr algo más lento, por el mismo camino, de vuelta. Parecían que estuviesen haciendo una carrera de resistencia. Bachira reía de vez en cuando e Isagi permanecía serio. Cada uno tenía su forma de concentrarse, cada trance es único. Tabito no poseía un tiro tan exacto como el de Sae o Kunigami, pero Isagi se las arregló para hacerse con esa bola. Poco tardó en mandársela a Bachira.

Los demás se centraron en bloquear a los delanteros y mediocampistas que leían los pases de los dos amigos. Como Baro con Sae, se dejaban la piel en esos bloqueos, el que lo tenía más difícil seguramente, era Kunigami con Shidou, pero llegados a este punto, preferiría morir a dejarlo pasar. Shidou también estaba haciendo un gran esfuerzo, pocas energías le quedaban ya y la única que rebotaba en su interior era la sed de sangre. Estaba suprimiendo sus impulsos agresivos, ya que sabía que si los dejaba escapar, sería como mínimo una tarjeta roja y su expulsión sería lo mismo que perder.

- Isagi, lo conseguiste.- Ariel lo seguía con la mirada, justo Bachira pasaba en frente controlando el balón.- Te falta el toque final. Hazme saber que eres digno, ojos lindos.

El nombrado por fin giró su cabeza y miró a su compañero desde la lejanía, Bachira tenía el balón y esa mirada le comunicaba que si se lo pasaba una vez más, probablemente sería la última. El chico sonriente lo sabía mejor que nadie, su compañero sería capaz de marcar ese gol, pero a la vez él mismo quería marcar el suyo propio. Estaba en una encrucijada, era su momento de elegir, todos en su equipo estaban de parte de Isagi, todos habían sacrificado su gol para permitir aquel inminente milagro. ¿Sería él capaz de callar a su ego para salvar su pellejo? O, quizás, ¿él podía salvar la situación también con sus propias manos? No, no podía. Además, se lo pasaba mejor dribleando. Bachira le dedicó una sonrisa a su amigo y con precisión, pateó el balón a su dirección.

DEVÓRAME ⚽️ (Isagi Yoichi × OC) [Blue Lock] Where stories live. Discover now