46° GOL

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Después de una derrota, las críticas y amenazas hacia los jugadores del equipo perdedor, suelen durar dos o tres días, pero el odio hacia las decisiones de los entrenadores y seleccionadores, jamás se borra. Al igual que pasar la pelota al compañero indicado o no, las sustituciones y las órdenes de los entrenadores, pueden sentenciar la jugada o incluso todo el partido. Cuando estás en medio del campo corriendo de un lado para el otro, si cometes un error, te puedes respaldar en el cansancio, mientras que alguien que ha estado todo el tiempo sentado observando, con unas simples palabras, puede joderlo todo. Nadie tiene todo el gran peso del equipo y los aficionados en sus hombros, como el entrenador. Cuando el líder cae una vez, todo el mundo que le sigue, lo hace también y no volverá a ser respetado de la misma forma.

Todo eso le pasaba por la mente a Ariel en ese momento, veía como su equipo lo pasaba mal y la balanza estaba destruida. Necesitaban darlo todo en lo que quedaba de partido, ese dúo de Shidou y Sae, era todavía más peligroso de lo que se había podido imaginar, pero algunas de las mejores armas de Blue Lock, estaban en su recta final. A Chigiri no le quedaba energía, no quería que se sobrecargase y Niko se golpeó el tobillo fuerte, aunque hiciese como si no pasase nada, se notaba su cara de dolor con cada paso. No podía dejar que esas lesiones llegasen a más, tenía que sacarlos de allí, pero, ¿qué se suponía que debía hacer? Ego estaba desaparecido, no estaba preparada para tomar una decisión así de importante ella sola, ¿quizás él la estaba probando? No era momento de intentar darle lecciones de vida a la chica, aunque ella sabía que Ego no pretendía ganar aquel partido y quizás no había vuelto porque ya lo había dado por vencido, después de escuchar que Shidou había salido al campo.

No era justo. Dejar a Blue Lock como el hazme reír de no sólo un país, sino del mundo entero. La sub-20 era capaz de seguir marcando una y otra vez hasta que pitasen final de partido. Sí, como decía el “lagarto”, muchos clubs querrán firmar con los chicos, pero, ¿y los sentimientos de estos? ¿Qué pasa con el ego del que les hablaron? ¿Qué pasaba con el proyecto de Ariel para formar a su sucesor, el próximo Dios del fútbol? ¿Qué pasaba con los sueños de los chicos? Jugadores como Rin, jamás superarían una derrota como esta, demasiado doloroso para su orgullo.

- No puedo dejar que esto acabe aquí.- se levantó y pidió tiempo a los árbitros, hizo llamada con su teléfono mientras miraba las caras de los chicos que esperaban en el banquillo a por una oportunidad de salir.- Reo, tu turno de brillar, no me falles.

El chico abrió los ojos con un particular brillo en estos y asintió, se levantó y empezó a quitarse el abrigo para estirar un poco.

- ¿Sí? ¿Ariel?- una voz masculina se escuchó a través de la línea telefónica.

- Prepárate, sales al campo en cuatro minutos. No quiero rechistes.- ella hablaba seria, esperando no estar tomando la decisión incorrecta.

- Si me quejase a estas alturas, sería un loco. Estoy allí en un minuto.- colgó y Ariel se dirigió al portero para que sacase a Chigiri y Niko.

Niko salió de la pista cojeando sin rechistar, él sabía que estaba en su límite y creía haber dado lo mejor de sí mismo. Se sentía algo apenado, pero orgulloso de haber llegado hasta allí. Por el contrario, el pelirrojo venía con las lágrimas mojando su cara y mezclándose con su sudor, con un brazo por encima de Isagi que le ayudaba a caminar.  

- Chigiri, si tienes que tomarla con alguien, saca tu odio contra mí, no contra el enemigo, ni tu equipo y por su puesto y lo más importante, nunca contra ti mismo.- dijo Ariel cuando pasaba por su lado.

- No, has hecho lo que debe hacer una entrenadora, jamás te odiaría. Estoy frustrado porque te prometí que no pararía de correr aunque muriese y no he podido cumplir eso.

- Hay muchas formas de morir y darlo todo hasta último momento como has hecho hoy, es una de ellas. Ahora confía en que tus compañeros te devuelvan a la vida, descansa.- Ariel sonrió e Isagi lo llevó hasta un asiento, al lado de Raichi, quien estaba algo enfadado por no ser uno de los sustitutos.

- Reo… ¿Y el otro sustituto?- preguntó Isagi pasando por al lado de ella.

- Como me dijo, ahí está.- levantando su cabeza, señaló la puerta con su barbilla.

Kunigami salía acomodando todavía sus guantes y su pelo naranja y puntiagudo brillaba aún más debajo de las luces de los focos blancos.

- No… No puede ser…- Isagi iba a dar su primer paso para ir a abalanzarse contra aquel chico pero la mano de Ariel lo sujetó con fuerza en su pecho.

- Isagi, vuelve a tu posición. No es momento de llorerías, ahora solo quiero que marquéis gol.

Él asintió y sin dejar de mirar a su amigo zanahoria, volvió a su posición. Kunigami hablaba con Ariel mientras estiraba y ella le decía algo al oído y este asentía. Era algo surrealista para el resto del equipo de Blue Lock verlo allí y también para un chico con antenas que juró haberlo eliminado tiempo atrás.

- Qué raro… Juraría haber enterrado a esa zanahoria hace tiempo…- hablaba Shidou entre dientes mientras sonreía.

- ¿Nos debemos preocupar?- preguntó Aiku.

- Qué va, es insignificante. Un héroe más muerto que Iron Man.

- Creo que me acabas de hacer spoiler.- Aiku lo miró mal de reojo.

- ¡Ups! ¡Lo siento!- rió un poco.

- Iron Man es fuerte, pero murió por los suyos, patético.- Sae se acomodaba las calcetas.

- Exacto, si sigue con esa misma mentalidad, será más que fácil pisotearlo.- Shidou sonreía.

- Cuánto os odio.- Aiku volvía a su sitio con una sonrisa de medio lado, aunque por dentro estaba algo dolido después de que le estropeasen el final de la única película de Marvel que le quedaba por ver. 




dónde putas se habrá metido el ego

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dónde putas se habrá metido el ego

DEVÓRAME ⚽️ (Isagi Yoichi × OC) [Blue Lock] Where stories live. Discover now