24° GOL

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Cuando los chicos llegaron de cenar, ella ya estaba durmiendo con un cuenco de fideos sin terminar al lado de su almohada, se había tapado hasta el cuello y dormía como un feto igual que Bachira, pero su dedo no estaba en su boca.

- No hagáis mucho ruido.- ordenó Rin, que se metió en su cama.

Los demás lo imitaron sin mucho que decir, sólo Bachira deseó las buenas noches e Isagi le sonrió como respuesta. El último se sentó en el filo de su cama mirando a la chica, sus pies estaban a centímetros de su cara y se mantuvo un ratito así observando cada detalle de ésta. Ahí se dio cuenta que se había cortado el pelo y que había sido un tonto por no percatarse antes y no haberle dicho algo. Le quedaba bien a su parecer, aunque incluso calva estaría guapa. Su rostro lucía relajado y su boca estaba algo abierta, dejando algunas babas en la almohada, el chico sonrió ante esto. Su mano también estaba relajada en la almohada aunque algunos de sus dedos parecían temblar un poco, debía estar soñando con algo movido. "Qué manos más pequeñas y lindas quiero enlazar mis dedos en ellas, parecen suaves". En ese momento, alguien por fin apagó las luces e Isagi se sobresaltó al verlo todo negro de repente. Casi como un reflejo se metió a la cama por fin y se tapó con las sábanas.

Algo se lograba a ver en esa habitación con las luces led azules de emergencia. Bachira hablaba en sueños y Aoshi roncaba bajo, a veces Rin se ahogaba con su propia saliva y tosía. Aryu parecía no dormir allí, era totalmente silencioso. E Isagi parecía que le habían metido polvos pica pica dentro del pijama, no paraba de dar vueltas. Estaba nervioso y seguía pensando en cosas al azar, pero lo que más pasaba por su cabeza era algo como: "¿y si hago como que me caigo de la cama y así puedo dormir con ella?". Hundía su cara en la almohada negando con la cabeza, "ese no es un plan factible, podría despertarla a ella y a todo el mundo". Ahora se preguntaba si estaba bien pensar esas cosas, era su entrenadora después de todo, él no quería dormir con ella, eso era mucho, sólo quería tocar su mano. Aquellas manos tan chiquitas, cabrían dentro de la suya... Ahí perdió su paciencia y su cordura. Fue acercándose al filo de la cama lentamente acostado bocabajo, la miró y parecía dormir plácidamente, extendió su brazo, pero no llegaba. Medio cuerpo lo tenía ya fuera de la cama, con un pie se aguantaba en el suelo y con la otra mano agarraba las sábanas del colchón para no caer. Volvió a hundir su cara en la almohada y sus dedos empezaron a buscar. Segundos después la encontraba, las yemas tímidas de sus dedos palpaban cuidadosamente la mano de Ariel y ésta empezó a cerrarse. Como si se tratase de los cuernos sensibles de un caracol, la mano se cerró tímidamente ante el tacto ajeno y fue la oportunidad de Isagi de apresarla con suavidad. Tenía razón, las manos de la chica cabían en las suyas, pero no eran muy suaves, parecían tener cortes y estaban rugosas, estaban trabajadas, algo comprensible en alguien que hace mucho ejercicio. El chico sonrió, su corazón latía al ritmo de una canción que desconocía pero que sonaba en su cabeza y su título podría ser algo parecido a "felicidad extrema". Sonrió y sonrió hasta que se quedó dormido.

Ariel se despertó tarde, como siempre, aunque se sorprendió a sí misma, todavía era la hora del desayuno, pero ya no había nadie en la habitación, ni siquiera Bachira. Se irguió para quedarse sentada en el colchón y bostezó. Por un momento pareció experimentar una sensación extraña, su mano derecha estaba cerrada como las de un bebé cuando duerme, la abrió y la miró extrañada. No había nada raro, era sólo una mano, su mano, pero esa mañana parecía diferente, especial, como si hubiera tocado un pedazo de cielo. Un escalofrío la hizo temblar y despertarse del todo, se levantó y salió de la estancia hacia el comedor, pero a medio camino se acordó que dejó los fideos sin acabar de la cena y volvió para terminárselos, estaban fríos, secos y duros, pero los fideos no se tiran.

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- Bachira, mírame, mira mis labios: "Wednesday", no "Wineday", eso en todo caso sería día del vino.- la chica tenía una paciencia infinita para enseñar, pero no iba a mentir que aquellos tipos eran realmente estúpidos y le estaban tocando la vibra sensible.

Se encontraban en la sala de estudios, creada especialmente en aquella tercera selección para aprender los dos idiomas más relevantes para el fútbol: inglés y español. Ariel aprovechó que Rin también sabía inglés y le encargó a Aryu y Aoshi, repartiéndose así el trabajo. Obviamente el chico se negó pero ella lo ignoraba. Se sentaban en una mesa redonda llena de libros y cuadernos de escritura. Isagi se había colocado unos auriculares y se centró en su audición, tenía una cara de estreñido. El ambiente estaba tan cargado que Ariel fue al baño y cuando volvió Rin daba de hostias a Bachira por haberle lanzado un avión de papel a la cabeza. La chica mandó al alto al rincón de los castigados, literal le obligó a sentarse en una esquina de la habitación y mirar a la pared, cosa que le ayudó en desestresarse un poco. Aunque Bachira le hacía fotos para reírse de él y poder chantajearlo en un futuro, Ariel no hacía nada porque le divertía y más si era el hermano de su ex, se comportaba como una niña pequeña con las venganzas pero no le importaba mucho.

- ¿Cuánto tiempo debemos estudiar más?- Isagi dejaba los auriculares encima de la mesa y se apoyaba hacia atrás con sus brazos como si hubiera escalado el Everest y sólo había escuchado una conversación inglesa de tres minutos.

- Al menos hasta que todos los equipos terminen la segunda selección y estén a vuestro mismo nivel.

- ¿Entonces ellos no estudiarán?- Bachira cruzaba sus brazos molesto.

- Los últimos no.- canturreó Ariel mientras daba palmaditas a Rin en su cabeza para levantarle el castigo.

- Es injusto...- Aryu sacaba su lengua ya que se la había mordido como unas cincuenta veces intentando pronunciar una frase cualquiera del libro.

- Seguro solo tardarán un par de días más, tienen que jugar con el equipo del mundo para ser evaluados.- abría una botella de zumo de naranja.

- ¿No juegas con ellos?- preguntó Isagi.

- No, hay otro jugador para que me sustituya, un francés, es bastante amable el tipo.

- ¿Y por qué no juegas tú como hiciste con nosotros?

- ¿Tengo que volvértelo a repetir? Creía que eras inteligente Isagi, de verdad, pero últimamente no coges las cosas. No me separaré del rey de la cancha, no me interesa un plebeyo, sólo jugaré contra el mejor.- ella lo miraba profundamente a los ojos, él tragó saliva.

- ¿Y quién es el mejor?

Ariel parecía que iba a hiperventilar. "¿Este chico de verdad es así de idiota o se está burlando de mí?", pensaba. Su cara pasó de ser de confusión a de molestia, suspiró y apretó sus puños con ganas de gritarle y se levantó.

- Yo me voy a matar.- salió de la habitación.

- Eres muy bobo, Isagi.- reía Bachira.

- ¿Qué? ¿Por qué?- realmente no se daba cuenta de nada.

Rin lo miraba callado con cara de asesino.


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DEVÓRAME ⚽️ (Isagi Yoichi × OC) [Blue Lock] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora