DEVÓRAME ⚽️ (Isagi Yoichi × OC) [Blue Lock]

54° GOL

Ariel comprobó en ese momento que Isagi se acordaba de cada palabra que había salido de su boca desde que se conocieron. Aquellos gestos eran una prueba, había recurrido a la pequeña charla que la chica le dio sobre Los Tres Monos Sabios, para llamar su atención y hacerla resurgir. Se levantó sonriente, sus latidos volvían a su estado normal, había estado perdiendo el tiempo pasándolo mal y más pérdida de tiempo sería rendirse ahora. Si tenía que ser derrotada, lo sería de pie.

- Pero este no es el caso, yo no voy a perder hoy. Yo nunca me equivoco.- con una sonrisa psicópata le mandó a Sae sus intenciones de seguir con el juego.

La patada de reinicio fue dada por un tipo de pelo largo rubio, pero poco le duró la gloria, como una ráfaga invisible, Ariel le robó el balón bastante fácil. Simplemente pasó por delante de él y se alejó hasta la esquina derecha. Sae empezó a ponerse nervioso, jamás vio a la chica jugar así de violenta, una violencia elegante, se dio cuenta que quizás aquella vez que jugaron, ella no jugó en serio. Eso lo cabreaba ya que significaría que lo subestimaba. Empezó a correr para intentar bloquearla en aquella esquina.

- ¡Eres repugnante!- le gritó cuando por fin llegó hasta ella.

No obtuvo respuesta, ya que Ariel se encontraba en estado de trance. Su cuerpo jugaba con el balón, mientras que su alma medía las dimensiones del campo, buscando un camino para abrirse paso. Era muy rápida, regateaba el balón como si fuera tan fácil como respirar, movimientos involuntarios que ni siquiera Sae podía seguir. Lo pasó usando un truco que le hizo reír a ella y al resto del estadio. Este truco lo suelen utilizar los gimnastas, tirar el aro por el suelo haciendo que vuelva hacia ellos como una mascota adiestrada. Pisando el balón con la punta y dejando el resto del pie caer hacia abajo bastante fuerte, hizo que este derrapase en la hierba. Sae creyó que lo mandaría a través de sus piernas y las cruzó, perdiendo el equilibrio y cayendo, pero la bola volvió a ella y salió pitando de allí. Jamás probó ese truco en el césped, ya que no era una superficie adecuada, pero gracias al ambiente húmedo, todo salió bien.

Cuando Ariel jugaba así, sólo buscaba diversión, todo lo hacía espontáneamente, probaba cosas nuevas aunque pudieran fallar. Exactamente como si no tuviera que vencer a nadie, como si estuviera totalmente sola allí, practicando, pasándoselo bien. Porque al fin y al cabo, el fútbol era un juego. Ella no era una profesional para nada, así que no tenía el deber de portarse como una persona adulta en la cancha, le gustaba hacer trucos y reírse, no paraba de sonreír tampoco.

Cada vez que pasaba a un jugador usando giros como el que usó contra Aryu aquella vez, el chico de pelo largo, gritaba entusiasmado desde el banquillo. La verdad es que sus gritos eran muy agudos y parecía una fan loca, Tabito no paraba de reírse de él. Tan pronto como Ariel se levantó, la tensión desapareció en el banquillo de Blue Lock. Anri y Bachira alzaban sus manos y las movían juntos, animándola, Ego sonreía y los chicos estaban eufóricos. Reo cargaba a Nagi de caballito y el peliblanco insultaba a los jugadores de las sub-20 como si fuera un padre enfadado, Baro tampoco se quedaba atrás, tenía que liberar su ira de alguna forma. Isagi no se movió del sitio a donde fue, pero Kunigami fue hasta él para hacerle compañía. Sus ojos azules la seguían, la acompañaban, creía que si dejaba de mirarla, su calma se iría y volvería a pasarlo mal. Sonreía sorprendido con las habilidades de la chica.

- Hasta aquí llegas, Diosa de pacotilla.- Shidou tenía la misma cara que ella, de psicópatas. Parecía estar en trance también, pero no era un problema, como en todo, existen trances de todos los rangos posibles y el de Ariel no iba a ser menos que el de ese chico.

- ¿A quién llamas Diosa?- Ariel se le pegó muchísimo, sus caras estaban muy cerca. Gracias a que Shidou andaba siempre encorvado, sus alturas eran parecidas.

- ¿No eras la gran Diosa del fútbol? Toda una farsa.

- Sí, es cierto, me acabo de dar cuenta yo también.- hizo como que intentaba hacer aquel truco con Sae otra vez y Shidou rió, así que no se separó de ella. Pero esta vez, no era el caso, el balón pasó entre sus piernas y ella se deshizo de él con un simple giro.- No soy un Dios, porque yo soy el Demonio.

Un Dios, por muy poderoso que sea, siempre tiene que acatar unas reglas, los dioses tienen moral y deber de hacer el bien. Un Demonio es todo lo contrario, es poderoso porque se salta esas reglas y hace lo que quiere, cuando quiere y a su manera. Estas criaturas una vez son libres de ataduras, nadie las puede parar, capaces de hacer cualquier cosa para conseguir su cometido.

Ahora, sólo le quedaba aquel muro de hierro, igual Sae le venía por el lado derecho y Shidou por el izquierdo. Por si se habían olvidado, era una 11 vs 1, así que por detrás también estaba bloqueada. Pero no tenía intenciones de retroceder, a estas alturas, no. Sonrió de oreja a oreja y aumentó la velocidad, Aiku estaba en frente. Empezó a temblar de nerviosismo al notar que ella no frenaba y aumentaba más y más, ¿tenía intención de atropellarlo o qué? Como efecto involuntario se posicionó con las piernas y brazos abiertos, como si fuera un portero, listo para saltar, ya que aquello se veía como tiro directo hacia arriba.

- Caíste en mis redes, Oliver.- Ariel aumentó aún más, mantuvo el balón cerca de sus pies y siguió.

A un metro de chocar con el chico, este se dio cuenta cuando ya saltó y lo vio todo a cámara lenta. Ella se tiró al suelo de rodillas, como si se tratase de una celebración de gol, estas se deslizaban por la hierba mojada. Rozando su espalda contra el suelo y manteniendo sus brazos pegados a su cuerpo, pasó por debajo de Aiku con el balón tocando sus rodillas. El arquero reaccionó a los movimientos de su defensa y mantuvo su atención arriba, así que cuando sus reflejos lo alertaron de que el peligro venía por debajo, ya era demasiado tarde. Ariel sólo tuvo que estirar una pierna para empujar el balón un poco más y este se enterró en la red, justo en el medio de la portería. 

LET'S GOOOOOOO