56° GOL

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Kento Chou, sacó y se alejaba hacia el centro del campo, casi pisando la línea que limitaba el territorio. Iban a centrar sus números en la defensa, al fin y al cabo es lo que tenían que hacer, ya que no tenían que meter goles. Si creaban un muro irrompible sin descuidar sus posiciones, podrían parar a aquella máquina de golear. Shuto también se negó al consejo de Sae, pero este último sabía que si lo arrinconaba, sería capaz de hacerlo.

Ariel estaba que podría echar fuego por la boca como un dragón, hacía tiempo que no se sentía así de eufórica. Como su gran show, estaba destripando su originalidad y dejaba jugadas más críticas para el gran final. Fuese cual fuese el resultado, no decaería en esos últimos diez minutos. Se acercaba al balón, los únicos que se desprendían de aquel muro era Sae, Shidou, Shuto y el chico que poseía el balón, Kento.

El chico cuando la vio aproximarse sonriente, se la pasó a Shuto con algo de miedo. Entonces ésta cambió la dirección, sólo seguía el balón, no le importaba quien lo tuviese, se haría con él. Shuto no quería que se la robara otra vez, eso lo hundiría, así que buscó la escapatoria de pasársela a Sae. Cuando este recibió la pelota se la devolvió al chico, este se la volvió a pasar y Sae volvió a enviársela. Lo estaba presionando, obligando a hacer lo que él quería. El chico rubio no tuvo otra que hacer un pase largo para Shidou.

El insecto la paró con la rodilla y echó una mirada al frente, Ariel no era la única que iba a por él. Sae llegó antes hasta él y con su poderoso dribleo, le robó el balón a su compañero. Ahí Ariel entendió sus intenciones y paró en seco, volviendo a donde se encontraba Shuto. El pestañitas largas senior, no se lo pensó dos veces y le volvió a pasar el balón al pobre delantero rubio. El estadio entero se sumía en un ambiente de confusión. ¿Qué pretendía Sae?

Shuto al ver que no tenía escapatoria corrió como nunca con el balón, huyendo, parecía una persecución de dibujos animados, pero esta vez, Tom se encargaría de atrapar a Jerry. Y así pronto terminó Shuto, acorralado en una esquina, ya no tenía a donde correr. Podía ver la silueta de Sae por detrás de ella, desde la lejanía su mirada le recordaba que no tenía otra opción. Apretó su mandíbula.

- Lo siento.- murmuró el chico antes de abalanzarse sobre ella.

La empujó con su hombro derecho como si estuviera jugando fútbol americano y la derribó. En vez de pasar por encima y seguir con el balón, Shuto le pisó la rodilla, haciendo como si fuese un acto involuntario, un accidente y pateó el balón hasta Shidou. El chico de las antenas no hizo ademán en atrapar la pelota y se fue fuera.

La rodilla de Ariel se había salido, las botas de fútbol son muy duras, más la fuerza del pisotón y los tacos, hicieron que sus huesos se desencajaran. Se sentó gritando del dolor. Los árbitros aunque no participaban en aquel juego, pitaron por inercia. Isagi y Ego no pudieron contenerse y salieron corriendo en su ayuda. Allí Ariel ya empezaba a llorar aguantando su rodilla. Ella misma no podía creer por lo que estaba pasando, no lloraba por el dolor, lloraba por la impotencia y la ira. Sae se había pasado, sabía de más que eso había sido cosa suya, él era inteligente, aprendió de ella como manipular a la gente. Entre la conmoción y el dolor, no escuchaba nada, veía unos ojos azules muy lindos que la miraban angustiosos y un lagarto cuatro ojos que intentaba levantarla para llevarla a algún sitio. "No, yo no puedo irme a ningún lado. No debo, tengo que seguir, todavía queda tiempo. Tiempo para jugar."

Se deshizo de los agarres y con su puño empezó a golpear el hueso salido de su rodilla. Cada golpe era una lágrima y un grito de dolor. En el último golpe sintió que algo volvía a encajar, el dolor no se iba, pero la articulación ya estaba acomodada para volver a funcionar bien. Una cámara de noticias internacionales lo había grabado todo y ahora también como la pelirroja se levantaba sola, sin ayuda, apartando a los paramédicos, árbitros y compañeros. Cuando puso sus pies en la hierba de nuevo, el estadio rugió al unísono, los comentaristas se volvían locos y más cuando volvió a caminar. Su cara era de completa ira y un aura de fuego rojo se arremolinaba en su presencia. Obviamente le seguía doliendo y mucho, pero lo que más necesitaba ahora mismo, mucho más que atención médica, era patearle el culo a ese infeliz.

- Espera.- una mano en su hombro la detuvo, un hombre calvo y bajito se posicionó en frente.- ¿Crees que puedes seguir? Una lesión así si no se trata y encima se carga, te dará más problemas a la larga.

- Lo sé, soy entrenadora y por eso mismo necesito seguir jugando aquí y ahora.

- Está bien, esa es tu decisión. Nosotros cómo árbitros también hemos tomado la nuestra, eso ha sido de una tarjeta roja en adelante, no vamos a dejar que este juego siga sin un penalti, al menos.- el hombre sonaba sincero y ella asintió.

- No me importa, sólo quiero jugar.

- Prepárate para el penalti, no lo falles.

- No lo haré, señor.- el hombre le dio unas palmaditas en el hombro, animándola y se retiró para avisar sobre la decisión.

Ella caminaba algo coja, lo que sentía en la pierna era un dolor punzante, parecía que algún tendón no volvió a su sitio y la estaba matando. Se le quedó las marcas de los tacos en la carne, algo de sangre salía de las heridas. Shuto no fue eliminado, la culpa ya se encargaría de martirizarlo. Sae al verla de pie de nuevo, se dio cuenta de cual tonto había sido, pero ya era muy tarde para disculparse, tenía que seguir jugando. Ego agarraba de la camiseta a Isagi, para que no fuese hasta Shuto a meterle unas cuantas patadas y lo llevó de nuevo al banquillo.

Lo que se haría normalmente en un partido tras una falta grave, sería un tiro libre directo, pero al ser un equipo de un solo jugador, era ridículo obligarle a hacer algo como eso, sin respaldo alguno. Así que fue un tiro penal, sólo ella y el portero, todos los jugadores se situarían a dos metros de su espalda.

Allí estaba, en frente del balón, su pierna dominante estaba herida y ella no solía entrenar tiros directos, ya que siempre jugaba sola. No era desconfianza lo que sentía pero sí algo de preocupación, quería intentar hacer algo nuevo, no sabía si con esa lesión podría salir bien.

- Sólo aguanta el dolor, Ariel.- susurró para sí misma cuando el árbitro hizo sonar su silbato.

Respiró hondo, echando el aire por su boca, se puso en marcha. Se alejó un poco y luego empezó a correr para golpear el balón. En estos tiros directos, si no es un gol, el balón necesita golpear a otro jugador para que el partido pueda seguir normalmente. En el caso de que rebotara contra un poste, sería tiro para el otro equipo. El portero de la sub-20, Gen Fukaku, estaba en el centro, Ariel tenía libre los lados y por encima de su cabeza. Un gol tan fácil, no entraba en sus planes. Cuando pateó el balón, siguió corriendo hacia la esquina izquierda del arco. El objetivo de la trayectoria de aquel balón que parecía moverse a la velocidad de la luz, estaba en la frente de Gen, pero éste se curvó un poco a milisegundos de ser parado. Bastó con que el portero saltara un poco para golpear el balón con su cabeza hacia arriba. Lo que sentenció aquel gol, fue la leve curva que moldeó la chica en su tiro, esta hizo que en vez que la pelota saliera recta, lo hiciese hacia la izquierda. Con sus dos piernas saltó y con su roja cabeza, pegó al balón. Este entró a la red, por esa esquina.

Antes de que ella cayese al suelo, la gente gritaba de emoción.




ariel tiene arsenal pa cargarse a cualquierala cancioncica de la world cup en la multimedia, porque es un temazo

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