7. Seth

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—¿No tienes alguna idea de donde pueda estar o con quién? — pregunto Rosé posando una mano sobre el hombre de Suzy. La chica volvió a negar sintiendo como sus ojos picaban, estaba a punto de explotar en llanto frente a la reina. —¿Otros parientes o amigos? — volvió a preguntar, Suzy negó una vez más. La reina soltó un suspiro pensando en que hacer, le dio una mirada a Jisoo quien le dio una sonrisa ladeada apuntando con su cabeza a Suzy. —Bueno si ese es el caso, creo que puedes quedarte en el harén, pero solo permanecerás como sirvienta— explico. —No podrás ser esposa, ni dama de confianza, al menos hasta que demuestres algo si como un grado desempeño.

Suzy alzo su cabeza con una sonrisa en medio de sus lágrimas y con austeridad se atrevió a levantarse de la banca para arrodillarse ante los pies de Rosé, la reina quedo impávida antes eso, aún le causaba mucha incomodidad ver situaciones como estas.

—Muchas gracias su majestad— dijo la chica con la cabeza gacha. —Prometo que no la defraudaré— agrego soltando un sollozo. Rosé le dio una cortar sonrisa aún si la chica no la estaba mirando.

—No tiene que preocuparte— contesto la reina haciendo una seña para que se levantase del suelo. —Ahora ve al harén con las demás, hoy comenzarán sus labores— dijo con un tono tranquilizador. La chica asintió y rápidamente hizo una reverencia antes de irse por el pasillo devuelta al harén.

Jisoo se acercó a Rosé luego de ver la situación, sabía que la reina era una persona con mucho talento y respeto por su papel de soberana, pero sabe también, que Rosé aún sigue aterrada por lo que pueda pasar. Al igual que hace cinco años, la menor sigue teniendo en su mirada una pequeña gota de terror.

—¿Estuvo bien lo que hice? — pregunto Rosé. Jisoo soltó una carcajada.

—¿Por qué estaría mal? — respondió. Rosé solo se limitó a soltar un suspiro mirando en la dirección por la que Suzy se fue.

—No lo sé, las reglas del harén no permiten traer personas civiles...

—Rosé, la reina eres tú, tú haces las reglas ahora— contesto Jisoo dándole una sonrisa tranquilizadora. —Las reglas de la antigua reina no tienen por qué seguir estando vigentes— continúo. Rosé le devolvió una sonrisa aun no muy convencida.

Luego de esa conversación, la reina volvió a su coraza de reina nuevamente, volvió hasta el harén para ver cómo se desarrollaban las nuevas chicas en sus tareas. En el lugar había mucho movimiento, más del normal, vio a Somin y Jiwoo entre toda la multitud, parecía ser que la mayor le discutía por algo a lo que Jiwoo simplemente asentía riendo. Rosé soltó una risa al verlo, antes de acercarse hasta ellas.

—¿Por qué nadie está reverenciando a la reina? — pregunto Jisoo con tono fuerte mirando a las chicas del harén quienes inmediatamente gacharon su cabeza al notarlo. Rosé trago duro al ver la situación, a veces deseaba poder pasar desapercibida, recibía reverencias todos los días, uno menos iba a compensarlo todo.

—¿Sabes por qué no lo hacen? — dijo Somin cruzando se de brazos. —Es por culpa de Jiwoo— la menor abrió sus ojos con sorpresa.

—¡Somin! — reclamo. —¿Qué estás diciendo? — pregunto mirando a Rosé con temor. La reina solo soltó una risa negando.—S-su majestad, es mentira. Lo que pasa es que deje a las sirvientas alistando sus camas para ir a los trabajos, entonces vino Somin a visitarme y...

—No tienes de que preocuparte— dijo la reina tranquilizándola. —Sé que no es verdad— agrego dándole una mirada a Somin. —¿Qué fue lo que paso?

—Lo mismo de siempre su majestad— respondió Jiwoo.

—Si me dieras una respuesta ya no sería "lo mismo de siempre" — rebatió Somin. Jiwoo rodo sus ojos negando.

Into The Nile; CHAENNIEOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz