43. Una reina rodeada de desgracia

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Rosé sentía que su pecho se cerraba cada vez más, comenzó a caminar por los pasillos sin tener muy claro a donde ir. Necesitaba decirle a Chanyeol y que saliera cuanto antes a buscar a su príncipe. Tenía otra idea en mente, ser ella misma la que saliera a buscarlo, sin armas ni soldados, ya nada le importaba.

Sus respiraciones la estaban apuñalando, porque cada vez que se imaginaba un mundo sin su príncipe era lo mismo que sentir que le era desgarrada el alma del cuerpo.


Ese día se cumplía un año exacto desde que Rosé había subido al trono, a su vez el primer año desde que Jennie se fue. Era un día triste, no sentía la necesidad de celebrar. Su mente y corazón seguían pensando en la princesa con la esperanza de que sus cartas fueras respondidas en algún momento.

Había sido un año muy bueno para Egipto, con Chanyeol habían logrado muchas reformas de las cuales estar orgullosos, además, Rosé se encariñaba cada vez más con los niños, le gustaba tenerlos cerca por qué la hacían olvidar todas sus obligaciones y penurias. Yeji la mantenía despierta debido a su enfermedad y Hyunjin la hacía reír cada vez que trataba de decir su nombre.

Ese día estaba sentada en el balcón de su habitación admirando el Nilo al igual que la decena de veces que lo había hecho esperando a ver volver una barca real desde Saqqara.

Sentía ganas de llorar y gritar, pero en ese momento, cuando escucho unos balbuceos incoherentes detrás de ella se le quito toda la pena que sentía. Al voltearse se encontró con el pequeño príncipe tratando de caminar hasta ella con ayuda de Jisoo, Hyunjin estaba empezando a aprender cómo hacerlo y verlo haciéndolo le llenaba el pecho de orgullo.

—¡Jinnie! — exclamó feliz haciendo una seña con sus manos animándolo a ir hasta ella. El pequeño al verla sonrió y trato de apresurar sus pasos.

Cuando finalmente la alcanzó, la reina lo tomó en sus brazos felicitándolo por sus nuevos pasos.


—¡Chanyeol! — gritó desgarradamente corriendo hasta el trono. El rey quien conversaba con Chaeyeon se alzó al verla e inmediatamente se levantó. Rosé parecía un muerto viviente, tenia los ojos abiertos en el miedo y sacudía sus manos con nerviosismo.

—¿Qué paso? — preguntó el rey tomando los hombros de la reina para calmarla.

—Es que... es que...Yeji vino y dijo...cuando estaban jugando en el patio los niños...— trató de explicarse mientras las lágrimas brotaban de sus ojos ahogándose.

—Roseanne, tranquilízate un poco, pediré que traigan una infusión de...

—¡Hyunjin no está! — gritó la reina. —¡No esta...estaban los niños...jugando en el patio cuando Yeji vino a mi habitación y dijo que no veía a Hyunjin y a Suzy! — dijo finalmente soltando respiraciones rápidas. Chanyeol la miro con duda y miedo por unos segundos, no sabia que hacer, hasta salir del trance se quedó mirando hacia el piso sosteniendo su respiración. —¡Tienes que hacer algo, manda a soldados a buscarlo, interroga a los sirvientes, pero encuentra a nuestro hijo! — gritó una vez más Rosé sujetando su pecho.

—P-pero...no entiendo, ¿Desapareció del patio con tú dama de confianza? — preguntó con un tono ronco, Rosé tragó duro sintiendo que la angustia se convertía en culpa. —¿Estás segura de que no están en algún lado del palacio? ¿Hace cuánto tiempo paso esto?

—N-no, no fue hace mucho— dijo cerrando sus ojos con fuerza. —Pero tengo un mal presentimiento.

—Si no fue hace mucho tiempo entonces deben estar por ahí, no te preocupes— le animó el rey. Rosé negó rápidamente insistiendo.

Into The Nile; CHAENNIEWhere stories live. Discover now