20. Lugar seguro

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Lisa llevaba un rato custodiando las puertas de la princesa Sunmi, había sido un rato normal, desde que el rey y Jennie salieron nadie más había pasado por el pasillo, solo un par que otros sirvientes. Trató de hacer caso omiso al mal sabor que le dejo la mirada de Sunmi hace un rato, estaba sola en la puerta por el momento mientras Seulgi, que le había pedido ser cubierta, arreglaba unas cosas fuera del palacio.

Luego de unos quince minutos justamente volvió su compañera, la chica corrió rápidamente hasta el lado izquierdo de la puerta saludando a Lisa que estaba en el lado derecho.

—Hola, ¿Pasó algo importante mientras no estaba? — pregunto mientras arreglaba su espada al lado izquierdo de su cadera.

—Nada interesante, no pasa ni una mosca por aquí— dijo Lisa soltando un suspiro. —La princesa Sunmi me pidió que nadie entrara a su habitación— continuo, Seulgi frunció el ceño. —Ni siquiera sus damas. Quieres estar a solas— la mayor desvió su mirada hacia las puertas como si sintiera algo extraño en todo esto. Lisa se acerco a ella para susurrarla al oído. —La verdad es que hace un rato vino el rey y la princesa Jennie, al salir ambos estaban muy extrañados, no sé qué habrá pasado quizás tuvieron una discusión— dijo para alejarse y volver a su puesto.

Seulgi solo tragó duro mirando con duda las grandes puertas.

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Cuando Jennie volvió a la habitación de la reina, se encontró con la linda imagen de sus sobrinos jugando con Rosé en una de las alfombras del lugar. Nayeon aún seguía allí mirando a los tres hasta sentir su presencia de nuevo.

—¿Tan poco se demoró? — preguntó Rosé sin levantar la cabeza. Jennie asintió pesé a que no la veía y con extrañeza se sentó de nuevo en su silla.

—¿Estás bien? — preguntó Nayeon. Jennie asintió no muy convincentemente, la actitud de Sunmi la había dejado algo dolida, sabia que algo extraño estaba pasando con ella, pero por alguna razón ahora sintió como su pecho se encogía al despedirse de ella. —Oye— volvió a hablar la chica. —¿Segura que estás bien? — pregunto nuevamente.

—S-sí, es solo que...hoy a sido un día muy extraño— contestó para volver su mirada a los planos.

Rosé miró con extrañeza la situación, si bien la incomodidad suya no había cesado al volver a ver a la princesa entrar, sentía curiosidad por su estado. Así que volvió hasta la mesa de trabajo sentándose frente a Jennie, esta vez fue la princesa quien no levanto la cabeza, pues su mirada estaba fija en los planos sin hacer nada.

—¿Pasó algo con Sunmi? — se atrevió a preguntar Rosé mirando a la princesa. Jennie sintió que el dolor de su pecho cesaba un poco al oírla por lo que rápidamente negó dándole una corta sonrisa.

—Nada realmente— aseguró entregándole unos papeles. —Continuemos con el trabajo su majestad— pidió. Rosé tomó los papiros con algo de duda. Mientras que Nayeon miraba a Jennie tratando de entender que le pasaba.

Como si los minutos fueran un infierno Rosé continúo dándole leves miradas a Jennie, la princesa solo se mantenía haciendo su trabajo sin importarle el resto, se veía alterada, sus escritos estaban más desordenados.

—¿Quieres jugar perro y chacales conmigo? — pregunto de repente una vocecita chillona. Jennie alzó su cabeza por primera vez en mucho tiempo y vio a Yeji extendiendo su mano hasta Nayeon. Soltó una ligera risa mirando a su sobrina.

—Esta bien, pero que conste que no soy buena jugando— respondió la princesa de Nubia levantándose para hacia la alfombra. Jennie siguió con su mirada la escena y pudo ver como Hyunjin seguía jugando con el pequeño arco que le había regalado, eso alivio en algo su dolor. Luego volvió su mirada a la mesa nuevamente y se encontró de lleno con los ojos avellanas de Rosé, la miraba insistentemente como si la estuviera analizando.

Into The Nile; CHAENNIEWhere stories live. Discover now