Into The Nile; CHAENNIE

17. Maldito proyecto

-Suzy- dijo la reina ladeando su cabeza. -¿Por qué comes aquí sola? - pregunto. La mayor dejo su plato a un lado mientras soltaba un suspiro.

-Se me hizo muy ruidoso el harén- respondió tratando de darle una sonrisa. Los ojos rojos y sus sollozos repentinos hacían ver a la reina el problema. Por alguna razón Rosé sentía que Suzy es como ella. Desde que llegó al palacio ha visto el miedo en el rostro de la chica, la inseguridad y el terror que le causaba estar allí, le parecía una persona indefensa. - Pero estoy bien- aseguró. -Me gusta venir al jardín en la noche- explico, la reina la escucho atentamente manteniendo su sonrisa.

-¿Te gusta desafiar a los dioses entonces? - pregunto la menor soltando una risa, la mayor se unió negando. -¿Traes amuletos en todo caso? - cuestiono, la mayor negó.

-No creo que sea muy necesario si estoy dentro del palacio- argumento. La reina asintió gachandose para alcanzar el dobladillo de su vestido. Suzy la miro con curiosidad, vio como la menor tomaba uno de los amuletos que traía enganchados al vestido para pasárselo. -Su majestad...

-Tómalo- dijo Rosé. Suzy la miro con algo de inseguridad, el amuleto era hermoso, un Anj de oro con incrustaciones de esmeralda, una verdadera riqueza, jamás en su vida había estado cerca de algo tan valioso. -No te preocupes, tengo un montón de otros amuletos- agregó tratando de convencerla.

Suzy mantuvo su mirada en el objeto sin atreverse a tomarlo, sentía algo de incomodidad por la situación, ¿Por qué la reina estaba siendo tan buena con ella? Por años escucho a sus padres quejarse libremente de la gestión de los reyes, la mayoría del pueblo siempre odio al antiguo rey, mientras que la reina también era conocida por ser una mujer fría. Incluso Irene se quejaba de las gestiones del reino, por lo mismo se le hizo tan extraño cuando le dijo que vendría a trabajar al palacio.

Cada vez que lo recordaba le una furia la inundaba, cada vez que veía a la princesa Jennie su estómago se revolvía de solo pensar que por su culpa su hermana murió injustamente.

Ahora estaba frente a la reina y todo lo que decía su familia se le hacia una estupidez, Rosé era todo lo contrario a eso. Pero no podía evitar sentir algo de extrañeza, ¿Cómo podía confiar en un noble?

El tiempo que paso pensándolo la hizo no darse cuenta que la reina se había acercado a ella, al hacerlo se exaltó con sorpresa. Rosé soltó una risa abriendo sus ojos mientras ponía el amuleto a la altura de su pecho, con delicadeza y elegancia, Suzy se sentido extrañamente hipnotizada. La reina presiono el amuleto para fijarlo en el vestido y se alejó observándolo.

-Listo, ahora estarás más protegida- dijo dándole una sonrisa amplia a lo que la mayor le devolvió con algo de nerviosismo.

Los minutos pasaron entre un silencio cómodo para la reina e incomodo para la esclava. Suzy no podía dejar de maravillarse más con la chica que tenia a su lado. Era joven, hermosa y tenia un reino a su cuidado. Le hubiera gustado oír a sus padres hablar de la buena reina que tenían ahora.

-Rosé- habló una voz externa. Jisoo llegó al jardín luego de un rato rompiendo el mutismo. -Las chicas ya se están acostando, la princesa Sunmi llevo a los príncipes a su habitación y la princesa Jennie fue con la princesa Nayeon al patio privado- explico. Rosé gacho su cabeza con incomodidad mirando su regazo al oír lo último. Pero rápidamente negó como si sus pensamientos le estuvieran hablando, cada día parecía importarle menos. -Está bien, me iré en un rato. Puedes ir a tu habitación, Lisa debe estar esperándote- dijo dándole una sonrisa. Jisoo alzo ligeramente sus labios asintiendo.

-Lisa estará de guardia esta noche- dijo con tristeza, desde hace un tiempo que las cosas no marchaban muy bien. Por más que quisieran ambas tenían trabajos muy demandantes que no dejaban más que la noche para verse y en muchos casos ni siquiera era posible.