11. ¿Eres amiga de la reina?

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—Oye...— dijo Chanyeol en dirección a Jennie mientras miraba al grupo de personas que venían con Jennie. —¿Quiénes son estas personas?

Jennie masticó con rapidez para ir hacia las personas que parecían estar esperando casi una hora. Y es que con todo el revuelo por su llegada casi se le olvida la presencia de esos seres.

—Querido hermanito— comenzó la princesa. —Estas personas son sirvientes muy fieles que tuve cuando llegué a Saqqara. Algunos me ayudaran a seguir con la gobernación de mi ciudad desde aquí y otros los traje para que formen parte de este palacio— explico acercándose a uno de los chicos y sujetar su hombro. —Este muchacho, Jimin— lo presentó. —Es un gran discípulo del sumo sacerdote de Saqqara, me pareció buena idea traerlo para que forme parte de los alumnos del sacerdote de aquí— término por decir dándole una sonrisa al chico antes de mirar a su hermano.

—Me parece muy bien— dijo Chanyeol. —Si es tu elección, solo puedo confiar en tu instinto— termino por decir.

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A la mañana siguiente, Rosé despertó con un gran dolor de cabeza. Su llanto y desvelo repercutieron en un malestar real. En la noche pasada, fingió estar dormida cuando llegaron los príncipes para no preocuparlos, su rostro estaba repleto de lágrimas y con la ayuda de Somin, quien se quedó con ella hasta altas horas de la noche consolándola, logró hacer que los pequeños fueran directamente a su habitación sin hacer preguntas.

Llevo su mano a su cabeza tratando de retener el dolor, vio a Jisoo a los pies de su cama mirándola con el ceño fruncido.

—Buenos días— saludó entre quejido. Jisoo hizo una corta reverencia.

—Buenos días su majestad— respondió. —Somin me dijo que se sentía algo mal, así que le pedí al sacerdote que le hiciera una infusión— dijo apuntando a la mesita de noche a un lado de la cama. Rosé asintió quitando las sabanas de su cuerpo para sentarse a la esquina del lecho. Anoche claramente su malestar era mentira y quizás como método de ayuda Somin le dijo eso para que su padre la cubriera de alguna forma. —¿Te levantarás? — pregunto. —Si te sientes mal puedo ordenar que traigan tu desayuno hasta acá.

Rosé levanto una ceja observando hacia el balcón antes de voltearse, unos voces chillonas salían de la habitación contigua dejando ver a Hyunjin y Yeji conversando a gusto con Jiwoo.

—¡Mamá! — exclamaron ambos acercándose a ella. En instantes Rosé dejo de lado su dolor para plantar una sonrisa en su rostro.

—¿Cómo amanecieron? — pregunto la reina con suavidad.

—¡Bien! — respondió Yeji haciendo que Rosé soltara una risa.

—Le estábamos diciendo a Jiwoo lo genial que es nuestra tía Jennie— dijo Hyunjin provocando que Rosé sintiera la incomodidad de nuevo.

—Oh...¿Y qué les pareció haberla conocido? — pregunto tragando duro. Ambos niños comenzaron a narrar todas las historias que Jennie les había contado con emoción, el corazón de la reina parecía doler pero soportaba todo viendo las sonrisas de sus hijos.

—...Y me prometió que me enseñaría a tirar al blanco— termino por decir Hyunjin. —Pero dijo que tenía que ser más grande así que lo hará en un par de años.

—A mí me dijo que me enseñaría a cómo ganarle a Hyunjin en todo— dijo Yeji. —Así como ella con papá— Rosé volvió a reír pasando sus manos por las cabezas de ambos.

—Bueno, será mejor que vayan a comer. Tienen que ir a la escuela— anuncio la reina dandoles un beso a cada uno en sus mejillas.

—¿Tu no iras con nosotros? — pregunto Hyunjin. Rosé lo miro unos segundos antes de desviar la mirada hacia Jisoo.

Into The Nile; CHAENNIEWhere stories live. Discover now