Into The Nile; CHAENNIE

15. El deseo de la princesa Jennie

Como si fuera uno de los mejores días del ultimo tiempo, Rosé pudo sentir tranquilidad. Llevaba unos veinte minutos esperando a Suzy le hablará sobre lo que tanto le afectaba, no quería presionarla ni mucho menos. Permanecieron en un cómodo silencio a la espera de que una de las dos hablase primero.

Las lagrimas de Suzy se habían apaciguado, uno que otro sollozo salía de la chica, pero aún así Rosé jamás la obligó a hablar. La reina se dedicó a ver el cielo estrellado que tanto le gustaba, la noche atraía consigo una brisa fría que la hizo temblar un poco, pero permaneció en su posición.

—Aún no puedo saber nada de mi hermana— alzó la voz la mayor haciendo que la reina la mirara con una sonrisa para escucharla atentamente. —No he podido salir del palacio así que...no he tenido mucha información nueva— explico.

—No entiendo como es que no te ha contactado— dijo Rosé poniendo una mano en su mentón. Suzy soltó una ligera risa.

—Bueno, las cartas comunes suelen tardar meses en llegar— explico, Rosé abrió sus ojos con sorpresa. Era lógico pensar que cualquier carta que no fuera de un noble no llegaría a destino con rapidez. —Además...no todos sabemos escribir o leer...— comento en voz baja.

No era secreto que la educación en Egipto era solo para los nobles o para quienes si podían acceder a ella. Rosé ha tenido ideas sobre eso, pero incluso Chanyeol considera que es un extremo. El orden cósmico se vería afectado, o eso es lo que dirían los sacerdotes.

—¿Pero...ni siquiera tienes una pista de donde pueda estar? —Preguntaba la reina. Suzy asintió observando sus manos sobre su regazo.

—Ire...— se retracto inmediatamente al recordar las palabras de Taejoon. Aunque era absurdo, estaba frente a frente con la reina quien le estaba ofreciendo ayuda. —Quiero decir, mi hermana, vino a trabajar aquí a Tebas— soltó rápidamente. Rosé abrió sus ojos con sorpresa.

—Eso significa que debe estar en la ciudad— respondió con un poco de entusiasmo. Suzy miro a la reina unos segundos, quería decirle a la reina todo, pero por alguna razón temía de lo que podía pasar. Si su hermana fue juzgada como una criminal, quizás podrían hacer lo mismo con ella.

—Puede ser...

—Deberías salir a buscarla— la animo la reina. —Un día, el que quieras, me avisas y podrás salir sin preocuparte y cuantos días consideres necesarios— ofreció con una sonrisa. Suzy le devolvió la sonrisa para volver a caer en ese cómodo silencio.

Suzy aún no tenia un plan, no sabia que hacer estando allí, su plan al inicio era simple: venir a Tebas, encontrarse con Irene y trabajar con ella, pero todo se vio trucado. Ahora solo estaba allí esperando a que algún día su quería hermana mayor apareciera por algún lugar de ese horrible palacio.

Pensó que debería partir con la princesa Jennie, después de todo a causa de ella Irene murió. Por alguna razón le causaba una furia horrorosa saber quien era esa persona, verla sonreír como si nada estuviese pasando. Tomo la oportunidad, quizás podía sacar algo de provecho al tener un leve grado de confianza con la reina, y así poder obtener información de la princesa Jennie.

Se volteo a su lado para ver a la reina con su cabeza alzada y sus ojos cerrados mientras absorbía aire al igual que las plantas que las acompañaban. En ese momento Suzy juro ver y confirmar la belleza de la tanto se habla en las calles de Egipto, la hermosura de la gran esposa real. Esas palabras no eran suficientes para describir lo que es verlo frente a frente. Suzy tragó duro antes de gachar su mirada antes de verse estúpidamente afectada por haberla mirado por tanto tiempo.

—Las estrellas tienen historia— hablo la reina abriendo sus ojos sin bajar la cabeza. Suzy frunció el ceño, pero imito la acción de la reina y alzo su cabeza para ver las estrellas. —Estamos frente al Duat, sin embargo, esas doce estrellas siempre nos protegerán, o al menos al rey— dijo con una risa, Suzy igualmente rio. —Es el mundo celestial— agrego Rosé admirando todo. —¿Acaso seremos dignas de entrar allí algún día? — cuestiono.