12. Fiesta en el harén

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El corazón de Rosé palpitaba con exageración, luego de las palabras dichas por Nayeon. No pensaba que algo así podía llegar a suceder. Se levantó de la cama para comenzar a caminar de lado a lado mientras mordía sus uñas con impaciencia. Se detuvo para mirar a la estatua de mediana estatura del dios Amón que yacía sobre un mueble, alzo sus brazos mostrando la palmas al dios creador de todo.

—Gran dios, tu que eres el más grande de todos, por favor ayúdame con esto— rogó para volver a sentarse en su cama.

Debía ser el medio día, el sol estaba en su punto, pero la reina aún no se decidía a salir de su habitación. Luego de un rato de haber partido los príncipes, una hora después, apareció Nayeon hablando sobre lo mucho que le había gustado volver a ver a la princesa Jennie.

Rosé sintió la incomodidad al instante, como si un fuego interno se hubiera encendido de la nada.



—...Hace mucho que no la veía— comentaba Nayeon sentándose a un lado de la reina en la cama. Había venido a verla y Rosé solo la escuchaba mientras sujetaba su cabeza.

—¿Ah sí? — preguntaba la reina.

—Incluso esta muy guapa— comento la mayor haciendo una sonrisa ladeada. Rosé alzo su cabeza rápidamente para verla con los ojos abiertos, relamió sus labios cambiando su vista al piso. El dolor paso a ser más grande al oírlo. —Sabes...cuando éramos pequeñas Jennie siempre miraba a las sirvientas— comento riendo. —Nunca me lo dijo, pero me di cuenta sola— agrego soltando un lánguido suspiro. —Ahora ambas somos mayores y su horrible padre ya no está— dijo jugueteando con sus piernas. —Nunca me cayo bien, aunque mi padre decía ser su mejor amigo— continuo.

Rosé hacia lo posible para ignorar el horrible sentimiento que tenía, sus ojos picaban por alguna razón. No podía llegar a imaginarse un escenario en el que Jennie y su amiga Nayeon estén juntas frente a sus narices.

—Voy a tratar de estar más cerca de ella— anuncio la mayor con una sonrisa. Rosé le dio una ligera sonrisa antes de tragar duro.




Como si una maldición cayera encima de ella, sentía un profundo terror. Si pudiera nunca saldría de su habitación.

En eso estaba, dando vueltas por el lugar de un lado a otro cuando Jisoo entro al lugar.

—Rosé, Taehyung me dijo que el rey quiere una fiesta en su harén para esta noche— dijo mirándola con curiosidad. —¿Pasa algo?

—Eh...no ,no. Estoy caminado un poco para moverme— dijo plantando una sonrisa en su rostro. —Chanyeol quiere una fiesta, bien, manda a las esposas que se preparen— ordeno pasando sus manos por su pijama con nerviosismo.

—El rey quiere que todo su harén este allí— dijo Jisoo. —Sirvientas también— concluyo. Rosé cerro sus ojos con fuerza.

—Bueno, entonces has que salgan temprano de sus labores y que se preparen para la noche. Dile a mi madre que prepare las comidas festivas y que los músicos preparen algo. Yo no podre ir a supervisar, ¿Puedes hacerlo tu? — pidió con ojos suplicantes. Jisoo frunció el ceño.

—Y-yo...¿Rosé, esta todo bien? — pregunto acercándose a ella. —Sé que quizás...lo de la princesa Jennie...

—Nada de eso— la corto la reina. —Estoy enferma, me siento mal y no puedo ir— dijo rápidamente volviendo a su cama. —Has que Jiwoo busque unos trajes de baile que quedan en las bodegas para las sirvientas y las esposas ya saben cuál usar— continúo acomodándose en el lecho y tapando su cabeza con la sabana. —Voy a dormir— anuncio. Jisoo soltó una ligera risa.

Into The Nile; CHAENNIEWhere stories live. Discover now