18. La angustia de Irene

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La noche caía y en el harén las cosas estaban relativamente bien. No ha habido peleas últimamente. Y gracias al día de descanso las templanzas estaban pacificas por el momento. Suzy se alistaba para dormir, había estado en el jardín nuevamente y por un ligero momento tuvo la esperanza de que la reina volviera a unirse a sus noches de pensamientos. Instancia en la aprovecha de mirar a las estrellas y ver si en alguna de ellas Irene le daría las respuestas a sus dudas. Se despidió de Yeri como todos los días y se fue a su cama, su lugar era muy acotado dentro del lugar, dormían todas las chicas sobre unas colchonetas de plumas, aunque según lo dicho por mujeres más adultas del lugar, la anterior reina jamás les dio algo cómodo para dormir.

Se recostó sobre su colchoneta tapándose con la sabana de lino hasta el cuello. Miro el cielo del harén mientras escuchaba los ruidos de las demás que se alistaban para dormir. Aún no tenia idea de que hacer, quería saber que le paso a su hermana, por supuesto que sí, pero ¿Qué podía hacer? El hecho de pedirle a la reina ser educada pudo ser incluso su causa de muerte.

—La reina...— susurro ligeramente mientras pasaba su mano por el amuleto que Rosé le había regalado. Lo ha utilizado todo el día, lo resguardo entre los pliegues de su vestido para que ninguna chica intentara robárselo, no era común ver a esclavas con cosas tan lujosas. Y de a poco en más fue cayendo en el mundo de los sueños.



—Despierta...— hablaba una voz aguda. —Suzy despierta, ya es muy tarde— dijo nuevamente. La chica que recién comenzaba a despertar, llevo su mano a sus ojos al notar el brillo del sol.

Al caer en cuenta de la realidad se dio cuenta que ya no estaba en el palacio, estaba en Edfú, en su cama, en su casa. Su respiración se atoró, se volteo a ver a los pies de la cama en donde Irene la veía con un ceño enfadado, estaba pálida, más bien blanca, usaba un vestido blanco completamente mojado, su peluca negra vacía y empapada de igual forma, su maquillaje corrido, como si hubiera ido a nadar en el Nilo.

—¿Irene? — preguntó con desesperación. La chica seguía mirándola con furia, como si fuera si peor enemiga. Suzy por su parte se alegró de verla allí y se levanto de la cama al instante para ir a abrazarla. —P-pero...tu no estabas...— trato de explicarse. Irene solo la miro sin cambiar su ceño. —¿Qué pasa? — pregunto.

—¿Qué haces en ese lugar? — pregunto con una voz de ultratumba. —¿Por qué te fuiste al palacio? — continúo mirando hacia el pecho de la chica aumentando su furia, tomo el amuleto que tenía allí y arrojo al piso. —¿¡Por qué estas con las personas que me asesinaron!? — pregunto aumentando su rabia, Suzy apenas pudo hablar, trago duro al ver el amuleto en el piso. —Si no vas a hacer algo por mi será mejor que te vayas— agregó.

—¿P-pero...que puedo hacer yo...

—¡Vengarme! — grito. —¡Eso es lo que puedes hacer, véngame! — agregó. —Esas personas me mataron sin motivo y ahora tu harás lo mismo con todas ellas— dijo. Suzy abrió su boca con sorpresa mientras sentía que el corazón se le saldría del pecho.

—Pero el antiguo rey ya está muerto...

—¡Todos allí son culpables! — grito nuevamente alzando sus manos que aún goteaban como si siguiera estando en el agua. Suzy pudo notar un gran anillo de oro puesto en uno de los dedos de su mano. Se acerco hasta ella para poder leer las letras que tenia escritas, lo poco y nada que sabía sobre el alfabeto pudo divisar una J y dos E. —Has lo que te digo— mando. —Has lo que debiste haber hecho hace mucho tiempo— concluyó.



La chica saltó en su cama al despertar y caer en la cuenta que seguía en el palacio, llevo una mano a su pecho tratando de tranquilizarse. Estaba muy impresionada por su sueño, aún más por la petición de su hermana. Una de las chicas que dormía a su lado le pregunto si estaba bien a lo que asintió para volver a recostarse.

Into The Nile; CHAENNIEWhere stories live. Discover now