Into The Nile; CHAENNIE

21. Tefnut

El abrazo apretado duro un rato, Jennie apretaba su agarre cada vez más a medida que pasaban los minutos. Sunmi parecía no despertar y pensar en perder a su hermana hacía que tanto Jennie como Chanyeol tuvieran un miedo horrible. Los dioses parecían poner cada vez más obstáculos en su vida. Sentían miedo y rabia, porque ambos sabían que Sunmi no estaba bien, aún así dejaron pasar el tiempo y paso esto. ¿Pudieron haberlo evitado? Jamás podrán saber con exactitud, quizás Sunmi no quería que fuera evitado.

Pasaba el tiempo, el sacerdote parecía cansarse de tratar y no obtener nada. El cuerpo de Sunmi seguía flácido en la misma posición. Jennie apoyó su frente en el hombro de Rosé queriendo de alguna forma evitar ver lo que pasaba. Mientras que Chanyeol solo miraba la situación sin moverse, no sabía qué hacer.

Rosé sintió el terror de la morena al instante, estaba mirando lo que pasaba y tenía horror. Sus ojos comenzaron a lagrimear sin intensión y apretó aún su abrazo a la princesa.

El sacerdote siguió insistiendo pese a ver que el escenario no era muy bueno. Pero cada que podía ordenaba que trajeran otra botella con alcohol más fuerte. La dama de Sunmi ayudaba como podía, estaba sujetando la cabeza de la princesa para mantenerla en alto, pero al igual que todos, estaba aterrada.

Chanyeol miró a Jennie y esta solo negaba en repetidas veces, el rey vio la situación del lugar, por primera vez se atrevió a levantar la cabeza y mirar a todos allí. Mucha gente estaba preocupada por la princesa, no podía dejar que otra persona que quería muriera. Se arrodilló ante la cama y puso su mano derecha sobre el menudo hombro de su hermana.

—Sunmi por favor...— pidió en voz baja. Las esperanzas bajaban con el paso de los minutos, el sacerdote estaba a punto de darse por vencido.

Jennie sentía su pecho doler con fuerza ante la situación, mientras escuchaba los gritos del rey. Estaba a punto de colapsar, si no fuera por el apoyo de Rosé probablemente ya se hubiera desmayado. Su respiración se atoró por unos minutos y su vista se bulo repentinamente.

Estuvo así un rato, viendo todo, pero sin oír lo que pasaba. Miro de frente a la reina quien le devolvió la mirada tragando duro.

—¡Traigan un lavatorio! — grito el sacerdote, en ese minuto la princesa volvió a la vida una vez más. Vio a la dama de Sunmi empujándola hacia el lado de Chanyeol mientras este acariciaba su hombro con un rostro más tranquilo. El sacerdote puso rápidamente el lavatorio frente a la princesa para que vomitara el veneno.

Jennie se soltó lentamente de Rosé para ir hasta la cama y quedar a un lado de Chanyeol. Todo su cuerpo se recompuso al ver que su hermana abría los ojos lentamente y se volvía a apoyar en su cama luego de lo sucedido. La chica soltó un gran quejido con respiraciones rápidas, mientras que trataba de recobrar la conciencia.

Esa noche fue particularmente difícil para la familia real, los sirvientes volvieron a sus camas. No sin antes esparcir la noticia por todo el palacio, Rosé volvió a su habitación pensando en que no podía dejar a sus hijos solos y menos que se enteraran de lo ocurrido. Jennie y Chanyeol permanecieron en la habitación de Sunmi abrazándola a más no poder, a su vez que el sacerdote prefiriera pasar la noche allí también en caso de que ocurriera algo.

Dentro de todas las dudas que existían, Jennie y Chanyeol prefirieron no decir nada por el momento, no querían que su hermana se afectara aún más.

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Al día siguiente, Rosé llegó al harén siendo recibida con todos los cuchicheos sobre lo que ocurrió con Sunmi, al instante los frenó y prohibió que se hablara de eso. Luego de eso, fue hasta el jardín del harén para ver un poco el estado de las flores y demases, el ambiente en el palacio quedó muy herido después de la noche que pasó. Desayuno sola en el comedor con los niños quienes no paraban de preguntar por sus tías y su padre.