36. Fiesta de Opet VI: Esa maldita cobarde

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Rosé sentía que cada vez quedaban menos espacio en sus pulmones, no sentía el aire entrar y su pánico la estaba inundando. Trataba de alzarse tomándose de las esquinas de la tina, pero la persona seguía empujando su cabeza contra el agua y se le hacía imposible salir.

En ese momento la reina vio pasar su vida frente a sus ojos, su pecho dolía como mil infiernos pensando en las consecuencias alarmantes, si moría, ¿Cómo quedaría el reino? ¿Cómo podrían vivir Hyunjin y Yeji sin ella? ¿Qué pasaría con Jennie? Era muy subjetivo pensar que los dioses la castigaban por algo, ¿Cómo podía ser posible que justo en el momento en que comenzaba a ser feliz nuevamente quisieran arrebatarle la vida?

En ese momento, ya nada más podía hacer o pensar, estaba todo en manos de los dioses.

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Suzy llegó hasta el despacho del rey lo más rápido que pudo, pero al llegar los guardias le impidieron entrar pesé a recalcar que tenía información y estaba siendo enviada por la reina. Al parecer el faraón se encontraba en una reunión importante y no podía ser interrumpido.

Nuevamente sintió rabia por no poder hacer nada, siguió insistiendo a los guardias, pero el tiempo comenzaba a pasar y la rabia se convertía en miedo. Incluso, aunque no lo quiera, temía por la princesa Jennie, sentía extrañeza al tener que preocuparse de ella, pero a pesar de eso y de todas sus razones para no preocuparse, es más, dejar a la princesa a su suerte y que algo muy malo le ocurriera no sonaba mal para vengar a Irene, ella ni siquiera hubiera tenido que hacer algo para concretarlo. Pero su racionalidad iba más allá de lo dicho por su hermana en un sueño, sus valores no eran esos, ¿Qué hubiera dicho su madre de ella si estuviera viendo sus intenciones? Incluso la misma Irene se decepcionaría de ella.

Por lo mismo, comenzó a gritar hacia las puertas cerradas provocando que los guardias siguieran insistiendo en que se fuera y dejara de hacer ruido. Luego de unos minutos, finalmente las puertas se abrieron dejando ver al consejero real.

—¿Qué es todo esté escandalo? — preguntó Taehyung mirando a Suzy.

—Le dijimos que el rey no podía recibirla, pero ella ha insistido— dijo uno de los guardias.

—¿Qué es lo que pasa? — preguntó el consejero. La chica soltó un quejido porque al fin la escucharían.

—Vi como la princesa Nayeon ponía algo en la comida de la princesa Jennie— dijo rápidamente. —Estay muy segura que ella es la responsable de que estuviera tantos días dormida— agregó. El chico abrió sus ojos con sorpresa antes de negar.

—¿Estás segura de lo que viste? Estás haciendo una acusación muy grave y en contra de una princesa— razonó Taehyung algo exhausto, como si la reunión de adentro no estuviera bien. Suzy estaba a punto de explotar.

—¡Estoy muy segura, por eso vine hasta acá! ¿¡Crees que hubiera venido hasta acá si no estuviera segura!? — gritó sintiendo su pecho subir y bajar. El chico la miró con los ojos abiertos al igual que los guardias. —Bueno, ya dije lo que tenia que decir, ahora iré a ver a la princesa Jennie. Espero que pueda comunicarle esto al faraón porque, es muy preocupante— concluyó carraspeando un poco antes de irse.

Luego de eso, fue rápidamente de nuevo hasta el lago sagrado, al llegar, sin embargo, se encontró con la princesa tirada en el piso mientras temblaba como si tuviera escalofríos. Se acercó rápidamente hasta ella levantando su cabeza y tratando de levantarla con sus fuerzas para llevarla a la enfermería.

—¿Q-quién eres tú? — preguntaba la morena cerrando sus ojos. Suzy solo negó mientras la hacia cargarse en ella levantándola.

—¡Guardias! — grito haciendo que la princesa frunciera el ceño. —¡Guardias! — repitió.

Into The Nile; CHAENNIEWhere stories live. Discover now