29. El odio de Taejoon

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Suzy se demoró en encontrar la biblioteca del palacio, y es que el lugar era un edificio enorme que se encontraba a uno de los extremos de toda la casa real. Al entrar allí quedó impresionada con la cantidad de libros que veía, el edificio era solo de un piso, pero tenía la altura de uno de cuatro, todo lleno de libros organizados en repisas de madera. Al instante vio como los discípulos de sacerdotes y algunos nobles estaban allí buscando libros, otros leyendo y otros tomando apuntes, seguramente estudiando. La chica estaba encantada con el lugar y ni idea tenia de como encontrar lo que la reina le había pedido.

—¿Disculpa? — preguntó una voz, la chica observó al discípulo que tenia en frente. —¿Estás perdida? — Suzy lo miro con desconfianza, pero manteniéndose firme. —Soy Jimin, uno de los discípulos del sumo sacerdote— explicó, Suzy se relajó asintiendo.

—Si, hola. Y si estoy perdida— admitió soltando una risa. —La reina me pidió los documentos de caridad— dijo. El chico comenzó a caminar hacia uno de los pasillos más recónditos mientras pedía que lo siguiera.

—Están por aquí— dijo apresurando sus pasos.

Suzy se tomó la oportunidad de observarlo con detención, era un joven alto, delgado, traía un alba blanca igual que todos los discípulos. Los rumores eran inquisitivos, Suzy sabia perfectamente que el chico vino con la princesa Jennie. El chico se detuvo en la mitad del pasillo para comenzar a escarbar en los muebles.

—¿El cambio a sido muy brusco? — preguntó iniciando su conversación.

—¿De qué hablas?

—Del cambio de ciudad, en los pasillos de palacio se habla mucho del gran sacerdote de Saqqara que acompañaba a la princesa— explico. Jimin le dio una mirada curiosa antes de seguir buscando.

—No ha sido mucho cambio, en Saqqara también pasaba todos los días en la biblioteca. Solo que aquí es enorme, como ya te habrás dado cuenta— dijo tomando una gran cantidad de hojas amarradas con una cuerda.

—Tienes que ser un sacerdote muy especial como para que la princesa de Egipto decidiera traerte a la gran Tebas— continuo la chica, el chico se sintió algo presionado con las palabras de la esclava, solo la estaba ayudando.

—La princesa Jennie es una gran persona— comenzó, Suzy trató de hacer lo posible por no bufar. —Ella me ayudó mucho en mi camino al sacerdocio, así como a mucha gente en Saqqara. La ciudad esta mucho más radiante ahora, nuestro rey tomo la decisión acertada al ponerla en ese cargo, todos en la ciudad la queremos— dijo revisando los papeles.

—¿Pero acaso no es ella la perturbada de la familia real? — preguntó Suzy, Jimin alzo su cabeza mirándola con enfado. —Eso es lo que he escuchado— se excusó. —En Edfú también decián esas cosas sobre la familia real...ya sabes...que el faraón era cruel incluso con sus hijos— concluyó con nerviosismo.

—Si, pero eso no es asunto de nadie, solo son meros rumores. La princesa Jennie no es perturbada, al contrario, le hace justicia a su rol como hija de Horus vivo y ahora hermana de este— concluyó entregándole unos papeles. —Aquí están los papeles de caridad que buscabas.

—Gracias— dijo tomando los papeles y mirando hacia unas grandes puertas que se encontraban al final del edificio. —¿Qué es ese lugar? — preguntó.

—Es el salón de la historia— dijo Jimin. —Allí están todas las escrituras reales— agregó haciendo que Suzy sintiera su labio temblar.

—Y...si la reina...me pidiera venir a buscar algo de allí...¿Tendría que pedirte ayuda? — preguntó con nerviosismo. Jimin soltó una risa negando.

Into The Nile; CHAENNIEWhere stories live. Discover now