Capítulo 6.

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—¡No!—la voz de Bo los hizo detenerse a ambos—es mía.

Sonrió con malicia mientras caminaba hacia ellos, en cuanto estuvo cerca se aproximó a la chica con quien forcejeó unos segundos, hasta que—bastante harto—, le arrojó un golpe dejándola inconsciente. 

La cargo en sus brazos y comenzó a caminar de regreso a casa junto a sus hermanos. 
Desde luego que estaba furioso con lo sucedido, de cualquier modo no la mataría, al menos no por ahora. Estaba interesado en dejarla con vida algún tiempo más y en caso de tener que asesinarla, quería tener él ese “privilegio”.

[…]

— No sé dónde estén pero por nada del mundo busquen a Bo, él está atrás de todo esto al igual que el sujeto de la casa, hagan lo que hagan no lo busquen. 

Demian termino de escuchar el mensaje de voz de su hermana y guardo  su teléfono en el bolsillo de su pantalón. 

— ¡maldito bastardo!—gruño entre dientes.
— ¿Qué sucede?—le pregunto su primo.
— El tipo de la gasolinera –contesto el joven Jones—esta confabulado con el tipo de la máscara, ambos hicieron esto.
— ¿Cómo lo sabes? ¿qué…?
— ¡Molly me lo dijo!—grito el rubio— me dejo un mensaje, no sé como pero descubrió que ese tipo es parte de esto.
— ¿Y ahora qué hacemos?—cuestiono Wade.
— Ir a buscarla ¿no?—intervino Mitchell—¿continúa en el pueblo?
— No lo sé, no mencionó nada pero asumo que si , de otro modo habría venido hasta el auto –dijo Demian escribiendo un mensaje en su teléfono—le diré que nos encuentre a la entrada del pueblo, sino esta allí entonces me adentrare a buscarla.
— Eso puede ser muy arriesgado Demian…
— Es mi hermana –soltó con seriedad—no pienso abandonarla,  de aquí me voy con ella o simplemente no me voy.

Mitchell no dijo mucho más, entendía perfectamente su reacción, de hecho su hermana aún continuaba dentro de aquel pueblo y si regresaban, con suerte las hallarían a ambas.

— De acuerdo, andando.
— Tú no—dijo Demian girándose para ver a su primo—alguien debe pedir ayuda. Ten—le entrego las llaves de su auto—sal de aquí y avisa a las autoridades.
— Demian…
— ¡Ve!—ordeno en prácticamente un grito—contacta a mi padre, dile absolutamente todo y tráelo a él y a la policía aquí, por favor. 

El pelirrojo asintió con la cabeza y tras darle un último abrazo a ambos, tomó las llaves y se marchó. 
Su objetivo ahora mismo era ser lo más rápido posible, sabia que si demoraba más de la cuenta su familia podría morir y no lo permitiría.

En cuanto a Mitchell y Demian se armaron de unas fuertes ramas, era lo único que tenían para defenderse por el momento así que las utilizarían hasta encontrar algún arma real. Una vez listos caminaron de regreso al pueblo.

[...]

Media hora había transcurrido, Bo se encontraba terminando su cigarro mientras observaba con detenimiento a la joven inconsciente en su habitación.

En parte esperaba que despierte, sin embargo también la veía porque le agradaba hacerlo. Tal vez estaba demasiado cansado, tal vez no tenía otra cosa mejor que hacer, por aquel pequeño momento lo único que llamaba su atención era estar sentado en el suelo, recargado sobre la puerta, fumando un cigarro y viendo a aquella muchacha, grabando en su memoria cada detalle de su rostro, por lo menos las partes que no cubrían su cabello. 

De a poco esta comenzó a despertar, soltó un quejido en cuanto se movió y comenzó a maldecir al percatarse del sitio en el que estaba y que sus manos y pies estaban nuevamente atados. 

— ¡Suéltame maldito!—grito observando con rabia al mecánico, que apenas sonrió ante su comentario.

Molly soltó un grito de desespero y rabia ante el cinismo de aquel tipo, forcejeó aún más consiguiendo lastimar sus muñecas, de igual modo no le importo, solo quería liberarse. 
Había estado tan cerca, realmente creyó que conseguiría escapar.

— Te has portado mal—soltó Bo poniéndose de pie para caminar hasta donde ella estaba—¿sabes que podría matarte ahora mismo, no?—le pregunto poniéndose de cuclillas para sujetarla con fuerza del rostro.
— Adelante –mascullo ella con lagrimas en los ojos, Bo soltó una risa.
— Aún no –susurro aproximando su cara hasta la de ella—tengo otros planes para ti.

Las últimas palabras prácticamente las susurro. Se inclinó dejando un beso en la frente de la blonda, quien se removió en su lugar con la intención de alejarlo—fallando miserablemente, a decir verdad—, y luego se puso de pie disponiéndose a salir del cuarto.

— Dulces sueños, muñeca. 

Sonrió con absoluto cinismo y cruzó la puerta, poniéndole llave después. Esta vez se aseguraría realmente de que ella no escape. 

Love and Death| [House of wax]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora