Capítulo 19.

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— ¿Qué es esto? ¿Nosotros trabajando y ustedes teniendo una fiesta aquí?—se quejo Bo, mientras se quitaba el saco-¿puedes creerlo?—rio volteando a ver a Vincent, quien permanecía quieto en su lugar—apaga esa maldita música. Algunos trabajamos muy duro hoy, debemos descansar. 

Dicho eso fue directo hacia su dormitorio. Lester y Molly hicieron lo mismo, sin embargo esta última recibió un poco de ayuda de Vincent para llegar al dormitorio ya que se tambaleaba bastante. 

Una vez que la hizo recostarse en la cama, la cubrió con una manta y salió de allí permitiéndole descansar.

[…]

— Demian despierta –hablo Mitch mientras lo zarandeaba un poco—despierta de una vez.
— ¿Qué…? ¿Qué ocurre?

Le pregunto este un poco confundido, mientras aún con los ojos cerrados, se aferraba a la almohada.

— Tu padre llamó—le dijo—es sobre Molly.

En el momento que dijo aquello, los ojos del rubio se abrieron con sorpresa y se incorporo en la cama dispuesto a escuchar el resto.

— Hay un sujeto, creo que en realidad son varios—comenzó Mitchell—no estoy seguro, pero creo que contactaron a la policía para brindar información sobre lo que ocurrió aquel día.
— ¿Quién se la llevó?—pregunto velozmente el muchacho.
— No se sabe aún, pero lo averiguaran—aseguro el pelinegro—está nueva información quizá ayude más de lo que creemos.
— ¿Y si no?—pregunto ahora un fastidiado Demian—hay recompensa ¿qué tal que sea un grupo de mocosos que inventa una historia solo por dinero?
— No tiene porque ser así—replico su pareja—descuida amor, esta vez estamos cerca. La encontraremos.
— Eso espero.

Susurro Demian, fundiéndose luego ambos en un necesitado abrazo. El joven Jones no la pasaba para nada bien con todo lo que estaba aconteciendo, el temor de perder a su hermana crecía más y más. El no saber que estaba pasando con ella, donde se encontraba y con quien no lo dejaba ya ni siquiera pensar. Tenia que encontrarla pronto, a como de lugar.
A la mañana entrante en Ambrose estaban los hermanos Sinclair desayunando, mientras que Molly apenas salía de ducharse. Después de haberse cambiado y dejar la ropa sucia en la lavadora—como hacía cada día—, fue hasta la cocina para disponerse a desayunar junto a los demás. 

Estaba muy tranquila ocupándose de su tazón con yogurt y frutas, cuando se percato de aquellas tres miradas puestas fijamente en ella.

— ¿Qué?—les pregunto sin entender.
— Lo siento—sonrió Lester, que estaba sentado frente a ella—aun tratamos de acostumbrarnos a que tenemos una nueva integrante en la familia.
— Lester tiene razón—intervino Bo, que estaba sentado junto a la chica—es como si tuviéramos otra Jonesy.
— Ja ja que gracioso, abuelo—replico la blonda entrecerrando los ojos —de cualquier modo, no integro esta familia, ustedes me secuestraron ¿se te olvida?—pregunto ella devolviendo su mirada hacia Lester.
— Bo tiene la culpa, él se encapricho contigo,  nosotros solo lo ayudamos.
— Muy bien, andando—hablo rápidamente Bo, mientras se ponía de pie—aún queda trabajo por hacer, debemos aprovechar el día. 

Dicho eso se marchó en compañía de Vincent, se mostró un poco incómodo ante los dichos de su hermano sin embargo prefirió no decir nada, en su lugar terminó huyendo de la situación.

—  Y bien—suspiro Molly en cuanto estuvo a solas con Lester—¿Cómo la pasaste anoche?
— Muy bien—este le sonrió con amabilidad—gracias por eso.
— No fue nada—Molly le sonrió de vuelta—creo que fue bueno para ambos, tú necesitabas celebrar tu cumpleaños y yo necesitaba divertirme un poco así que….—hizo una mueca y se puso de pie—como sea, lavare esto antes de que don gruñón regrese y empiece con sus gritos.

Lavo bien aquel tazón y la cuchara que había utilizado, en cuanto termino se dirigió de regreso hacía su dormitorio. Apenas entro noto aquel pequeño bulto en la cama y al aproximarse su rostro fue demostrando grata sorpresa.

Sujeto en sus manos aquella rosa hecha de cera y no pudo evitar sonreír. Jamás había visto alguna, es decir si, pero no tan bien hecha. Se veía muy delicada, en verdad se veía real, si no fuese porque al tacto se notaba que era cera tranquilamente pudo convencerse de que era una rosa verdadera. 

— Vincent…

Leyó al dorso de la figura, misma que dejó en la mesita de noche y tras ordenar su cama, salió rumbo a la sala nuevamente.

— Hey—le habló a Lester—¿me harías un favor?
— Claro, dime.
— ¿Me llevarías con Vincent?—pregunto e inmediatamente una pícara sonrisa se formó en los labios de aquel hombre.
— ¿Te gusta Vincent?—rio divertido—creí que era Bo quien te gustaba.
— No…
— ¡vaya! Si que va a molestarse cuando lo sepa—comento haciendo una mueca.
— No me gusta Bo, tampoco Vincent—aclaro Molly tomando seriedad—solo quiero ir para hablar un momento con él, eso es todo.
— Sígueme. 

Ambos fueron hacia la antigua habitación del padre de los muchachos, y bajaron por aquel pequeño túnel que habían creado para llegar hasta el taller de Vincent.

— No le agrada mucho que lo interrumpan durante su trabajo—le aclaro Lester—si eres breve, mucho mejor.

En cuanto llegaron a aquella habitación, Molly divisó como el de cabello largo trabajaba en una figura humana e internamente rezó porque no fuese realmente un humano lo que estaba debajo de aquella cera.

— Oye –hablo Lester y su hermano se volteó a verlo—quiere hablar contigo. 

Vincent quedo estático en su lugar, a decir verdad imaginaba porque ella estaba ahí pero tenía cierto miedo por lo que pudiera decirle. En cuanto a Molly, estuvo relajada hasta que vio a Lester regresarse por el camino que hace solo segundos ellos habían hecho.

— Uhm…solo quería decirte gracias por la rosa—hablo finalmente la muchacha—es muy linda.

Esbozo una pequeña sonrisa en señal de amabilidad, sin embargo el silencio de su contrario generaba solo más nerviosismo en ella.

— Lamento haber interrumpido tu trabajo, Lester me dijo que no te agrada eso , pero quería agradecerte el gesto—explico haciendo algunas muecas—¿estas molesto?

Vincent negó con la cabeza.

— ¿No hablas?—le pregunto—digo, creí que quizá no me hablabas porque no te agradó, no porque no pudieras…—nuevamente reino el silencio—será mejor que me vaya—susurró un poco avergonzada—nos vemos en la cena.

Dicho eso dio media vuelta para poder regresar a la casa y brindarle a Vincent la privacidad que necesitaba. 

Love and Death| [House of wax]Waar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu