Capítulo 22.

996 107 18
                                    

Molly's Pov

No es que Bo me guste, por el contrario, siento un inexplicable rechazo hacia su persona. Pero…el cálido y húmedo contacto de sus labios sobre los míos me agradó de cierto modo, y cuando comenzamos a ampliar aquel beso me agrado aun más. 

Pronto sus manos se deslizaron por mi cuerpo, llegando hasta mis muslos los cuales separó haciéndose lugar entre mis piernas. 

— Quítate esto.

Susurro contra mis labios al tiempo que deslizaba sus grandes manos dentro de mi blusa, me bastó con oír aquello y sentir el roce de su mano en uno de mis senos para poner un freno a la situación. 

— Basta –dije poniendo mis manos en su pecho con la intención de alejarlo—vete, déjame en paz.

Por un momento pensé que se enojaría, temí que me obligara a hacer algo que no quiero. Sin embargo, no fue así, en silencio se puso de pie y salió de la habitación dejándome sola.
Inmediatamente una sensación de culpa me abrumo ¿cómo pude ser tan imbécil de caer ante ese cretino?

[…]

Dos días más tarde

En cuanto desperté,  tomé algo de ropa y me dirigí al baño. Últimamente Bo se la pasa mucho en la casa, así que hablaría con Lester para ver si podía salir un rato , así sea para caminar en círculos por todo este maldito pueblo, no me interesa. 

— ¿Me llevas contigo o no?
— ¿Le preguntaste a Bo?
— Te estoy preguntando a ti—le dije—tu hermano no tiene porque  controlar todo siempre, solo te pregunto si me quieres llevar contigo a dar siquiera una vuelta, nada más. 

Note como lo pensó unos segundos, hasta que finalmente acabo accediendo. Enseguida salí junto a él, esta vez no iría a levantar animales de la carretera—de otro modo no le hubiese insistido tanto en acompañarlo—,solo se daría una vuelta por el pueblo para arreglar y/o limpiar en caso de que sea necesario. 

— ¿Entonces eres la mucama de Ambrose?—cuestioné caminando junto a él.
— Y dime ¿ya te acostaste con Bo?—me pregunto, y me pare en seco al oírlo decir aquello—no me provoques—se encogió de hombros. 
— Tú y tu estúpido hermano deberían quitarse de la cabeza esa idea porque jamás pasara—garantice cruzándome de brazos, reanudando mi caminata—no veo la hora de salir de este apestoso lugar. 
— Oh vamos—lo oí decir—¿en verdad te desagrada Ambrose? 
— ¿Realmente me estas haciendo esa pregunta?
— Si, la noche de mi cumpleaños nos divertimos mucho—comento encogiéndose de hombros—y no te llevas tan mal con Bo y Vincent. 
— Eso no cambia el hecho de que me tengan secuestrada.
— Admite que a pesar de eso estás cómoda aquí.

No le dije nada. No es que este feliz de la vida aquí, pero soy consiente de que podría estar pasándola peor. 
Eso o ya desarrolle el síndrome de Estocolmo, una de dos.

El resto de la tarde charlamos un poco pero de otros asuntos, me contó algunas cosas de su infancia, sus padres, diversas anécdotas. 
Más tarde, para cuando regresamos a la casa note que estaba la cena ya servida, Bo esperaba por nosotros ya sentado y busqué a Vincent con la mirada, pero no estaba por ningún lado. 

— Era hora de que llegaran—comento Bo mientras tomaba sus cubiertos—siéntense de una vez que se enfriará la comida. 
— ¿Y Vincent?—me atreví a preguntar.
— No vendrá a comer, no quiere. 
— ¿Por qué no?
— No lo sé—me contestó Bo ocupándose de la comida en su plato.
— Iré a buscarlo—intente ponerme de pie, sin embargo él me tomo del brazo haciendo que me detenga—suéltame. 
— Que no te importe lo que haga mi hermano—me dijo viéndome con seriedad—ahora come, que se enfriará la comida. 

Guarde silencio para evitar una nueva discusión, solo esquiva su mirada y me enfoque en el arroz que había en mi plato.

Alrededor de veinte minutos más tarde levante los platos de la mesa con ayuda de Lester, Bo hizo lo de cada día, en cuanto termino de comer se levantó y fue a su habitación para preparar todo para tomar un baño. 
Usualmente cada noche nos encargamos juntos—Lester y yo—,de lavar los platos sucios, pero por esta vez lo deje solo. Aproveche la ausencia de Bo y me escabullí por el túnel bajo la casa, hasta el taller de Vincent.

Pude divisarlo a lo lejos, estaba sentado dibujando alguna cosa sobre su escritorio, mientras una figura estaba llenándose de cera a un costado.

— Hola –dije y él volteó a verme—quería saber si habías comido o si quisieras que te trajera alguna cosa.
Él me observo unos momentos y enseguida se volteó dándome la espalda una vez más. 

— ¿Estas enojado?—le pregunte.

Soy consiente de que él es parte de esta banda de maleantes, pero descubrí que no es tan malo como creí en un principio. A mi parecer era el peor de los tres y no es así, de hecho conmigo ha sido muy amable y la última vez que intento ser nuevamente gentil yo lo trate muy mal.

— Vincent—pronuncie dando unos pasos hacia donde él se encontraba—sé que hice mal al romper tu obsequio, tú no tenías la culpa de nada ese día pero…había discutido con Bo y por eso estaba tan enfadada—al terminar de decir aquello él se volteó hacia mi—lo cierto es que esas figuras que haces me encantan, eres muy talentoso—exprese con sinceridad, de hecho si pienso que posee un gran talento—nunca quise ser grosera contigo, ni romper la figura solo…lo siento.

Baje mi cabeza algo apenada, sin embargo pronto volví a mirarlo pues su silencio muchas veces me ponía nerviosa. Es extraño saber que te observan pero no dicen una palabra. 

— ¿me disculpas por lo que hice?

Asintió con la cabeza e inevitablemente sonreí, me daba gusto saber que había solucionado las cosas al menos con él. Aún en silencio y algo incomoda por su constante mirada sobre mi, voltee hacia mi costado percatándome de las pequeñas y diversas figuras de cera que habían sobre una pequeña mesa, eran de una persona bailando pero sin rostro , supuse que serían intentos de lo que fue esa figura final que me obsequió y yo estropee. 

— ¿Cuántos intentos te llevó hacer esa figura que rompí?—pregunte tomando una de ellas en mis manos, eran similares a la que me había llevado—de nuevo discúlpame, no sabia que te había llevado tantos intentos.

De nuevo Vincent guardo silencio,  de cualquier modo me acerque hacia donde él estaba sentado supongo que si le molestara ya me lo habría dejado saber.

— ¿Y qué dibu…? No inventes…

Solté percatándome de que era yo la del dibujo, solo que mejor, sin exagerar había dibujado una versión muchísimo mejor de mi.

Love and Death| [House of wax]Where stories live. Discover now