Capítulo 17.

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 — ¿Qué diablos hiciste?—pregunto la otra muchacha presente observando con horror la situación—¡eres un maldito demente, tú lo mataste!

Bo ni siquiera pudo decir palabra alguna, aquel otro muchacho se le aventó encima dándole puñetazos, mismos que desde luego fueron devueltos por el mecánico quien en cuanto a peleas tenía experiencia y de sobra.

— ¡fue todo por culpa tuya!

Jane se le aventó encima a Molly, quien no quería herirla, desde luego que no pero tampoco quería ser golpeada porque si. 
Como pudo se la quitó de encima y corrió hacia la puerta, pensó en huir, aquella era su oportunidad. Sin embargo en cuanto diviso aquella figura alta y de cabello largo aproximándose a lo lejos, supo que no podía hacer más que intentar ayudar. 
Había dos grupos de dementes, el primero la mantenía cautiva pero no la lastimaban y el segundo quería matarla. No era muy difícil tomar una decisión y escoger de que lado ponerse.

— ¡Apresúrate!—le grito a Vincent.

Este—bastante confundido—, apretó el paso. Entre tanto, Molly regresó dentro e intentó golpear al atacante de Bo, no obstante fue detenida por Jane quien se le arrojó encima, tomándola con fuerza del cabello haciendo golpear fuertemente su cabeza contra el piso.

En cuanto Vincent entro se encontró con aquella escena poco agradable, su hermano estaba en el suelo siendo golpeado por aquel extraño. No lo dudo, ni siquiera tuvo que pensarlo, él simplemente camino hacia el castaño y atravesó su garganta con aquella cuchilla que era en definitiva su arma favorita. 

Pronto volteó para encargarse de Jane, sin embargo esta –quien se espantó y se puso alerta al verlo entrar—,lo golpeo con una vara de hierro en el rostro dañando su máscara, y haciendo que este trastabille un poco por el impacto y la sorpresa. 

Aprovecho aquel momento para volver a atacarlo, sin embargo fue Molly quien se lo impidió sosteniendo aquella vara, comenzando a forcejear para tratar de quitársela.

— ¡suéltala,  maldita idiota!—grito Jane.

Aquello fue lo último que la pelirroja dijo. Puso toda su atención en Molly y bajo la guardia con Vincent, por lo que este aprovecho aquello y la atravesó con su cuchillo tal y como había hecho con su acompañante. 

Después de aquel enfrentamiento el silencio reinó por completo, pero apenas unos minutos. En cuanto Vincent se aproximó a su hermano para asegurarse de que estuviese bien, este casi que lo aleja a patadas y Molly al presenciar aquello no pudo guardar silencio. 

— Oye ¿qué te pasa?—le pregunto con molestia—solo esta tratando de ayudarte ¿podrías ser un poco más amable?
— No te metas niña—fue todo lo que Bo contesto.
— Me meto, si, porque pudieron haberte matado de no ser por la ayuda de tu hermano—replico la blonda—sé un poco más agradecido. 

Bo la observo con fulminante seriedad y camino hasta ella, con cierta dificultad a decir verdad, pero se aproximó y le ordeno que se subiera de inmediato a la camioneta. 

Molly no hizo más que obedecer a regañadientes. De por si detestaba a aquel tipo, y ahora ver como trataba a su propio hermano, quien había arriesgado su vida para salvarlo hace poco menos de cinco minutos, simplemente le generaba más rechazo.

Para cuando estuvieron todos en la casa, ninguno la llevó hasta la habitación. Le permitieron quedarse allí, luego de todo lo ocurrido supieron que ella no se iría, por lo menos no ese día.

Bo se dirigió directo al baño,  se daría un baño y enjuagaría bien sus heridas. En cuanto a Vincent, fue directo hacia la cocina para hurgar entre los cajones y tomar una cuchara.

Molly lo observaba con detenimiento, también curiosidad, no entendía bien que es lo que iba a hacer hasta que lo vio tomar una vela para calentar la cuchara en ella, ahí se percató. 

— ¿Quieres que te ayude?

Le pregunto al verlo algo incomodo tratando de quitarse el cabello del rostro para poder pasar aquella cuchara caliente sobre la máscara tratando de arreglarla.

— Déjame hacerlo. 

Se aproximó quedando a solo unos centímetros de él, tomo la cuchara , la calentó un poco y con cuidado fue desplazándola por las partes rotas de aquella mascara.

— No hay chance de que derrita de más la cera y te queme ¿o si? Porque no quiero quemarte—comento haciendo una mueca, aunque no obtuvo respuesta alguna, él se mantenía en silencio—ya casi esta.

Informo dando los últimos toques. Sobresalía un borde pero luego de unas cuantas pasadas pudo moldear la cera, consiguiendo que quede bien. 
Estaba realmente concentrada en ello, tanto que no se percato de que Vincent tenía su mirada clavada en ella. Observaba con detenimiento sus movimientos, cada pequeña mueca que hiciese, al tiempo que se preguntaba porque es que estaba ayudándole.

— ¿Qué diablos hacen?

Pregunto Bo observando aquella escena con cara de pocos amigos.

— Vincent hay mucho trabajo por hacer, ve a ocuparte de los cuerpos –le indicó—y tú sirve de algo, ayúdame con esto.

Señalo esta vez a la rubia, quien giró los ojos y se aproximó para sentarse en el sofá junto a él y tomar aquel botiquín de primeros auxilios en sus manos.

Vincent se marchó acatando las órdenes de su hermano, por lo que Bo y Molly quedaron solos. Daba igual de cualquier modo ya que el enmascarado era de pocas palabras, la mayoría del tiempo era como si no estuviese presente.

La joven tomó un trozo de algodón, lo humedeció con alcohol y comenzó a limpiar las heridas de su captor. Tenia un corte en la mejilla y unos cuantos más pequeñitos en su labio inferior. Su ojo estaba comenzando a tomar un color oscuro, pero no había heridas alrededor así que obvio esa parte del rostro.

— Te lo mereces—hablo Molly en cuanto lo vio hacer las primeras muecas ante el ardor—de cualquier modo, gracias, supongo.
— ¿Disculpa?—él sonrió un poco burlón.
— Gracias por “salvarme" de ese infeliz –repitió haciendo comillas con sus dedos—digo, sé que es tu trabajo pero pudiste dejarlo atacarme y no fue así, entonces…
— Entendí—musitó Bo observándola detenidamente—¿porque te ruborizas?
— Por nada, cierra la boca—contesto ella bajando la mirada, comenzando a guardar el alcohol y el algodón en botiquín.
— No me digas—se carcajeo—¿te gusto?
— No…
— Digo, no me sorprende pero...no creí que lo demostrarías tan rápido.
— Cállate. 

Irritada y también algo avergonzada por la situación, se puso de pie saliendo lo más pronto posible de la visión de aquel hombre, quien se recostó en el sofá sonriendo con satisfacción al confirmar sus sospechas.

Love and Death| [House of wax]Where stories live. Discover now