Capítulo 38.

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 —Mitch ¿quieres conducir tú?—pregunto Demian.
—Claro—respondió este mientras dejaba su teléfono en la guantera del coche—lo lamento, debí haberte dicho de cambiar hace una hora, me distraje con el celular.

Demian le sonrió en señal de restarle importancia, ambos estaban ya en camino a Ambrose. De hecho,  estaban a hora y media de llegar, luego de empacar lo necesario y cargarse de algunas armas por si acaso, emprendieron camino y no les faltaba nada para llegar. 

Recorrerían Ambrose de principio a fin, estaban dispuestos a encontrar a Molly a como de lugar. 

[…]

Caída la noche, Bo se encontraba sirviendo la cena. Había salido del pueblo un poco más temprano, y había comprado pizza.
La dejo en la mesa y no tardó en percatarse de la ausencia de Molly en la mesa, por lo general siempre estaba ayudando a Lester a poner los platos o cosas así, pero esta vez no era así. 
—¡Molly, la comida está servida!—grito Bo, suponiendo que esta se encontraba en su habitación –Vincent ve por Lester, dile que venga a comer. 

El enmascarado se puso de pie y camino hasta la habitación de Lester, probablemente se encontraba arreglando alguna cosa, o más bien acumulando, le gustaba conservar lo que encontraba en la carretera. Claramente no todo, pero lo que pudiera servirle iba a parar a su habitación, cada día al llegar a casa se ponía a guardar y reacomodar todo.

—¿Y Molly?

Cuestiono Lester una vez que se presento y no divisó a la blonda sentada a la mesa, y en ninguna parte de la cocina y sala a decir verdad. 

—En su habitación ¿no?—pregunto Bo, enarcando una ceja—¡niña! ¿Qué esperas?—grito pero no obtuvo respuesta.
—No estaba en su habitación –informo Lester.
—¿Qué?—pregunto Bo tornándose más serio.
—Salió hoy temprano, creí que ya había vuelto –comento su hermano menor.

Bo soltó un bufido, dejo todo lo referido a la cena y salió rápidamente de la casa. Tenia dos opciones: había escapado o le había ocurrido algo. Cualquier opción era mala por lo que se dio prisa para tratar de localizarla lo antes posible. 

Por otro lado, la joven Jones estaba apenas abriendo los ojos. Sus párpados pesaban, su cabeza dolía, aún así lo primero que vino a su mente fueron recuerdos de lo ocurrido una media hora antes. 
Estaba un poco aturdida por lo ocurrido con Vincent, se sentía extraña y en gran parte tenía una cierta sensación de culpabilidad que no se podía quitar, y que tampoco comprendía pues no había hecho nada que ameritara tener aquel sentimiento.

Salió fuera de la casa y cuando lo noto estaba en medio del pueblo caminando sin ningún rumbo en específico, solo caminaba para poder distraerse y pensar en otras cosas además de Vincent.

Vio a un grupo de muchachos en la gasolinera, nadie estaba con ellos por lo que no lo pensó mucho. Después de todo , si se aproximaba a hablar con ellos y advertirles el peligro que corrían, nadie jamás lo sabría, solo ellos. 

Apretó el paso para llegar a ellos, y se detuvo en seco al verlos arrojar una piedra contra la puerta, haciéndola trizas. No demoraron en comenzar a entrar tomando todo lo que pudieron, entre tanto Molly retrocedió tratando de ser lo más cautelosa posible, ya había cruzado caminos con unos maleantes y dentro de lo que cabe, salió bien. No podría salir bien una segunda vez, al menos no era probable por lo que se convenció de que tenia que alejarse lo antes posible de aquel grupo. 

Volteo con la intención de salir corriendo, y fue allí cuando se topó con aquel rubio de aspecto y mirada desafiante. La observo de pies a cabeza y sonrió peligrosamente.

—Dulces sueños linda…

Enseguida le arrojó un golpe con el puño cerrado, y fue tan fuerte que bastó para hacerla caer inconsciente al piso.
Estaba ahora en la casa de cera, aquellos maleantes encontraron el establecimiento abierto y no dudaron en entrar y usar aquel sitio como una especie de guarida. Molly los oyó hablar, sin embargo estaban a una distancia considerable, la suficiente como para que ella pudiese librarse y huir sin ser vista, pero primero necesitaba precisamente liberarse de las sogas atando sus manos y sus pies. 

Le costó, sin embargo estuvo casi a punto de soltarse cuando escuchó la voz de aquel sujeto rubio que la había golpeado. 

—Hola linda—sonrió con claro cinismo—¿pensabas soltarte? 
—¿Quién eres? ¿Qué quieres?—pregunto rápidamente la joven Jones, forcejeando cuando él se le acercó—¡no me toques! ¡no me toques o te arranco los dedos, aléjate de mi!—amenazo cuando esté extendio sus manos hacia ella .
—Aguarda, cálmate un poco –rio—solo quiero que tengamos un poco de diversión tú y yo.
—¡Aléjate!

Con sus pies aún juntos alcanzó a patearlo y alejarlo. Aun así, aquel tipo no se dio por vencido.

—Dime –hablo encendiendo un cigarrillo—¿vives sola?—cuestiono, ella solo guardo silencio –no encontré una maldita alma en este pueblo horrendo ¿estás tú sola aquí?
—¿Qué es lo que vinieron a hacer aquí? Si buscan dinero no hay, no hay absolutamente nada así que pueden irse.
—Pues…si hay más muñequitas como tú ahí afuera, entonces creo que nos quedaremos una buena temporada aquí—sonrió tocando sus piernas.
—Tú no sabes –dijo Molly—no tienes idea de quiénes viven aquí, acabarán muertos…todos ustedes—aseguro.
—¿Ha si? –cuestiono el rubio apagando el cigarro contra el suelo—cuéntame más mientras te lo hago. 
—¡No! ¡suéltame!

Grito, aquel sujeto deshizo el amarre de sus pies mientras que sus amigos la sostenían facilitándole las cosas. Aunque Molly intentase patalear no podía impedirlo, solo pudo gritar y rogar porque alguno de los Sinclair pudiese oírla. 

Bo se encontraba recorriendo el pueblo entero tratando de localizarla cuando los gritos lo alarmaron, por lo que no lo dudo, emprendió camino velozmente hacia la casa.
En tanto a Vincent  y Lester, oyeron desde el primer grito. La casa quedaba muy cerca de su hogar, el pueblo estaba vacío, ellos no tenían siquiera televisión, el primer grito pudieron oírlo como si proviniera de su propio sótano. 

Desde luego salieron armados, en cuanto entraron se encontraron con Bo peleando con dos de esos sujetos, por lo que Lester no titubeó en intervenir a ayudar a su hermano. 
Vincent por su parte, solo pudo ver como trataban de violar a Molly y no lo dudo, saco sus cuchillas y fue directo hacia aquel rubio. No le dio tiempo, lo atacó por la espalda y clavó ambas cuchillas en los costados de su cuello, basto con hacer un poco de presión para que su cabeza se desprendiera por completo.

—¡mierda!—exclamó el otro sujeto que trato de abusar de la blonda—¡maldito enfermo!
Saco una navaja de su chaqueta y se aventó sobre Vincent, cayendo ambos al piso. Enseguida se apartó y pudo verse sangre escurriendo de aquella navaja, le había dado, lo había herido y Molly no lo soporto. Actuó bajo el impulso y la rabia, camino hasta el escritorio que servía de cierto tipo de recepción del lugar, tomo una lámpara arrancando rápidamente los cables y la estrello contra la cabeza del atacante de Vincent. Enseguida aquel tipo cayó al suelo y al poco tiempo la sangre comenzó a brotar de su cabeza.

Love and Death| [House of wax]Where stories live. Discover now