Capítulo 41.

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— Despierta Molly, anda—dijo Demian.

La noche anterior en cuanto llegaron Demian hizo unas llamadas dando aviso a las autoridades que habían encontrado a su hermana, luego de acercarse el oficial a cargo y unos cuantos agentes, les hicieron varias preguntas sin embargo Molly no hablo. Jamás negó ni confirmo nada de lo que su hermano y cuñado dijeron. 
Esa mañana iría nuevamente el comisario y también la visitarían sus padres, por lo que bastó solo un llamado de su hermano para que abriera los ojos , sabía que tendría un día muy largo.

— Mamá y papá están aquí.

Dicho eso salió del dormitorio. Molly se levantó, fue hasta el baño para lavarse la cara y cepillar sus dientes y luego salió hasta la sala para encontrarse con sus progenitores, mismos que no dudaron en abrazarla de forma efusiva en el segundo en que la vieron. 

— Mi niña, no sabes cuánto te extrañe—sollozo Gwen aferrándose a aquel abrazo.
— Y yo a ustedes má, los extrañé mucho.

La blonda no pudo evitar llorar, realmente los había echado muchísimo de menos, sin mencionar que sentía mucha culpa de haber tratado de evitar ese reencuentro la noche anterior.

— El comisario está viniendo—informo Demian revisando el mensaje en su celular—tomara tu declaración—observo a su hermana. 
— Iré a darme un baño, enseguida regreso. 

Rápido la joven fue de regreso a la habitación, tomo un pantalón que había quedado de la ultima vez que estuvo allí , una blusa y una sudadera que pertenecía a su hermano. Se dio un baño rápido y cuando salió,  el comisario ya se encontraba ahí. 

— Buen día—musito ella acercándose con cierta inseguridad.
— Buen día –saludo el comisario—bueno, asumo que sabrás el porque estoy aquí. 
— Para interrogarme. 
— Para tomar testimonio de donde estuviste, con quien—aclaro el hombre—si recuerdas algún rostro, alguna dirección …
— No recuerdo nada, lo siento. 
— Molly—pronunció Demian—esta mintiendo…ella sabe quienes fueron, sabe muy bien donde estaba, solo que le lavaron el cerebro ¡no sé que le pasa!
— Calma—lo regaño su padre—cariño –le hablo esta vez a su hija, acercándose para sentarse a su lado—cielo, es importante que digas todo lo que recuerdas. No sé que haya pasado allá pero lo que hicieron esta mal, ellos te secuestraron, te apartaron de nosotros…debes hablar para que los atrapen y ya no vuelvan a apartarte de nosotros.

Molly oía a su padre con atención. En parte sabia que tenia razón y lo correcto era hablar, pero no podía delatar a aquellos hombres que en los últimos meses se habían convertido en su familia, era así, había generado un vínculo tan grande con ellos que no podía permitirse flaquear y decir algo que pudiese comprometerlos. 

— Yo sé dónde y cómo encontrarlos—hablo Demian, recibiendo de inmediato una mirada de espanto por parte de su hermana—Mitchell y yo estuvimos allí, y sabemos quiénes son los sujetos.
— No…no, ustedes no saben nada.
— Entonces debería hablar con ustedes—dijo el comisario—y Molly, pondremos un psicólogo a tu disposición—noto la seriedad en ella por lo que desvió la mirada hacia sus padres—cuanto antes comience mejor, necesita aclarar su mente y disolver cualquier tipo de vínculo que haya creado con sus captores. 
— No hable como si no estuviera aquí—se quejó la muchacha—soy adulta, no una niña pequeña. Si digo que no recuerdo nada es porque no lo recuerdo, lo que Demian o Mitchell puedan decir no tienen que tomarlo en cuenta porque quien estuvo allí fui yo, solo yo sé donde y con quien estuve.

[…]

Habían pasado dos días en los que Bo estaba notablemente desesperado, si bien ya estaba en su casa con sus hermanos tenía miedo , si Molly había huido probablemente había entregado su ubicación a la policía lo cual era un peligro para ellos, de cualquier modo sintió un poco de relajación cuando nadie apareció al día siguiente. 

Conocía como trabajaba la policía y si supieran su ubicación y todo lo que hicieron durante estos años, ya tendría armado un operativo en todo Ambrose.

— ¿Saldrás?—pregunto Lester—¿irás por ella?
— Si –respondió Bo—es claro que  aún no hablo, quizá ni siquiera llego a su casa aún. 
— Pues en los alrededores no esta, ayer la buscaste y no pudiste hallar nada.
— Cuida la casa—le dijo tomando sus llaves –vigila a Vincent, en cuanto la encuentre regresaré aquí. Regresare aquí con ella. 

Salió de allí, subió a la camioneta y emprendió camino fuera de Ambrose, dispuesto a regresar en compañía de ella si o si.

Por otro lado, en Baton Rouge, Molly estaba siendo interrogada pero ahora por su padre. 

— No insistas más papá, no voy a decir nada.
— ¿Por qué diablos no?—cuestiono con exaltación mientras levantaba la voz—fueron ellos ¿verdad? 
— No sé de quiénes me hablas. 
— De los Sinclair—espeto, su hija ni siquiera se inmutó, no quería hacer siquiera una mínima mueca que lo hiciera dudar—intentaron matarlos, y si tú estabas en Ambrose entonces…
— Ellos están muertos.

Nick soltó un suspiro lleno de frustración y tras dar unos pasos, se aproximó para tomar asiento junto a ella.

— ¿Qué te hicieron? –cuestiono observándola directamente a los ojos—¿te amenazaron acaso? ¿De eso se trata? –cuestiono, pero ella negó con la cabeza—¿Por qué los estas protegiendo entonces? 
— Papá….—dudaba si decirle la verdad o no, no sabia si era conveniente o no—por favor olvidemos esto, ya estoy aquí, estamos juntos nuevamente, es lo que importa ¿no? Por favor, no demos más vueltas al asunto…
— Te buscamos durante meses, la policía te busco hasta debajo de las piedras –mascullo Nick—dime si fueron ellos—Molly volvió a negar con la cabeza—entonces iré yo mismo a ese pueblo maldito y lo haré explotar si es preciso, pero de que acaban muertos, acaban muertos. 

Decidido se puso de pie, sin embargo se detuvo al oír las palabras de su hija.

— Papá por favor no…papá—lo llamo, su voz se entrecorto entre el miedo y la angustia –papi por favor no los lastimes, por lo que más quieras solo déjalos en paz…por favor.
— ¿Que estas diciendo?
— Ellos no son como crees, no …te juro que no. Me cuidaron todo este tiempo, pude haber muerto hace unos días y quienes me salvaron la vida fueron ellos—expuso poniéndose de pie, para este entonces sus ojos ya estaban derramando lágrimas—por favor…no los lastimes, no digas nada al comisario, por favor papá.

El señor Jones la miraba con horror pero también con pena, no podía entender ni creer que su hija esté prácticamente suplicándole para mantener a salvo a aquellas personas que él tanto odiaba. 

Love and Death| [House of wax]Where stories live. Discover now