: 64 :

3.3K 520 228
                                    

Después de algunos meses siendo jefe, Taehyung entendió muy bien lo que Namjoon había sufrido. Tener que soportar quejas, traiciones, quejas, insultos, más quejas, más traiciones y muchas más quejas lo estaba dejando exhausto.

Sabía que no tenía el apoyo de la mayoría del grupo, el círculo interno que antes había pertenecido a Namjoon no estaba de su lado y nadie tenía consideración en expresar de manera abierta lo inconformes que estaban con todo lo que estaba haciendo como líder. Taehyung los tenía con él a la fuerza gracias a Changkyun, su relación con el grupo era bastante tóxica. Ni siquiera Jungkook le daba su apoyo lo cual, siendo honesto, lo ponía muy triste. El sexo entre ellos había desaparecido igual que el cariño y los apapachos.

—Huyamos —había dicho Jungkook en algún punto después de que la enorme guerra entre bandos contrarios se detuviera y empezaran rencillas un poco más fáciles de manejar—. No tienes porque hacerte cargo de algo que no te corresponde, deja que Yeji y Hoseok lo manejen.

¿Huir? ¿A dónde? Taehyung no tenía nada y estaba bastante seguro de que Jungkook tampoco tenía un lugar al cual pertenecer que no fuera ese. Namjoon y Seokjin habían desaparecido como si un agujero se los hubiera devorado. No habían tenido noticias de ninguno de ellos, ni siquiera sabían si seguían en Corea del sur, y Taehyung lo prefería de esa manera, no quería volver a verlos.

La única persona que había significado algo real, un verdadero hogar para Taehyung, ya no estaba y no creía volver a verlo jamás. Por el momento su único apoyo "real" era Changkyun y ni siquiera sabía a ciencia cierta el porqué de su lealtad. Supuso que algo tenía que ver el hecho de que jamás le negaba las armas que Changkyun le pedía. Había invertido la mayor parte del armamento que habían tomado de los grupos chinos en el muchacho y él le agradeció evitando que Jooheon y Jimin desertaran.

No había sido fácil, Jooheon y Changkyun casi habían terminado en el hospital con heridas graves. El primero se mantenía en su idea de no servir a nadie que no fuera Namjoon mientras que el segundo haría literalmente cualquier cosa que Taehyung le dijera. Todavía era algo abrumador saber que contaba con la lealtad incondicional de una persona, Taehyung siempre imaginó que Jungkook sería quien lo apoyaría de esa manera, pero resultó no ser así. Entre más tiempo pasaba siendo líder, menos amigos tenía.

—Jaebum robó dinero y desapareció —anunció Hoseok aquella tarde.

Taehyung lo miró con detenimiento, desde el hueco donde antes había tenido una mano hasta sus anteojos y cabello bien arreglado. Hoseok no era feliz sirviéndole, nadie era feliz con Taehyung al mando.

—Se estima que la cantidad que se llevó fue de...

—No me interesa la cantidad —lo interrumpió.

—Debería, son perdidas para tu negocio.

—¿Hubo heridos? —quiso saber Taehyung ignorando la última frase.

—No.

—Entonces no me importa la huida de ese cobarde.

Las cosas no habían mejorado mucho desde la caída de Yang y Wang. Aunque Taehyung se había hecho de la mayor parte del negocio de ambos, los otros asociados, hombres de honor que sirvieron a los difuntos líderes y clientes de los mismos no veían con buenos ojos que un coreano se hiciera cargo de los negocios. Las disputas no se hicieron esperar.

Taehyung se había adueñado del despacho de Namjoon y aún lo sentía como algo extraño y distante. Sentarse en esa silla, detrás de ese escritorio, enfrentando a esos hombres. Estaba bastante seguro de que algún día uno de ellos entraría por la puerta de esa estancia apuntando con un arma y le volaría la cabeza.

HOME » NJ•KVWhere stories live. Discover now