: 3 :

9.9K 1.4K 271
                                    

Seokjin empezaba a tener sus dudas. Sobre todo cuando fueron arrastrados al interior de un deteriorado salón que más bien parecía un cabaret de época antigua, con todo y el olor a madera corroída. Taehyung parecía aturdido cuando aquel hombre le pasó una mano por la cintura y siguió empujándolo a través de un extenso corredor.

—Dijiste que no tendríamos que hacer pornografía... —le recordó Seokjin con incertidumbre.

—Tranquilo, niño bonito —el desconocido intentó tranquilizarlo—. No harás nada que tu culo no pueda soportar —dijo y soltó una carcajada como si fuera gracioso.

Seokjin lo tachó de grosero y vulgar casi de inmediato. Estaba convencido de que se habían metido en la boca del lobo. Lo comprobó cuando fueron llevados hasta una extraña habitación donde una docena de hombres vestidos y maquillados de mujer se movían con rapidez en medio de una marea de perfumes, aerosoles y aceite de bebé.

—¡Conseguí a otros dos! —anunció la persona que había llevado al par de chicos.

—Gracias al cielo~ —una voz masculina extrañamente más ladina respondió. Un hombre altísimo apareció luciendo una peluca rubia y una cantidad excesiva de maquillaje—. Hoy tenemos muchos clientes privados y no somos suficientes, chicas —suspiró—. ¡Preparen a estas niñas~!

—¿Nos están confundiendo con mujeres? —preguntó Taehyung, acercándose al oído de Seokjin quien ya empezaba a considerar la idea de dar la vuelta y salir corriendo.

Sin embargo, no tuvo tiempo de reaccionar siquiera cuando un grupo de esas mujeres ya lo estaban tomando y alejando de Taehyung.

—¡Pero que piel tan hermosa! —gritó una de ellas, escandalizada.

—¡Este de acá tiene buen culo! —chilló alguien más y se escuchó la voz de Taehyung quejándose de fondo.

Seokjin intentó voltear en busca de su amigo, pero no logró ver nada. Aquellas personas lo obligaron a usar un horrible vestido rojo de encaje que se transparentaba en el abdomen. Lo colocaron frente a un espejo para empezar a maquillarlo en tiempo récord. Seokjin no estaba seguro de cuantas manos lo manosearon, hasta que por fin pudo verse en el reflejo y casi se va de espaldas cuando un rostro desconocido le devolvió la mirada. La base del maquillaje no era de su tono por lo que parecía una naranja. Llevaba sombras rojas, plateadas y negras sobre los párpados, delineador grueso y mal aplicado, labial color negro y como veinte kilos de rubor.

La carcajada de Taehyung lo hizo salir del trance. Volteó hacia su amigo quien enfundado en un apretado vestido rosa pastel. Llevaba una capa de maquillaje más sencilla, pero seguía viéndose tan extraño como el mismo Seokjin. Taehyung tenía los ojos llenos de sombra púrpura y daba la impresión de que alguien le había dado un puñetazo. Sus labios brillaban bajo capas y capas de labial platinado y llevaba una peluca verdosa que lo hacía parecer un brócoli.

—¡Te ves horrible, Jinnie! —se burló el menor.

—No estás en posición de decir eso —contraatacó Seokjin.

Taehyung esbozó un puchero y asintió en acuerdo al tiempo que se enroscaba un mechón de cabello verde brócoli en el dedo. No se le veía tan preocupado o incómodo como Seokjin se sentía.

—¡Los clientes de la habitación tres llegaron antes! —gritó alguien de la multitud.

De pronto todo mundo empezó a chillar y correr de un lado a otro.

—¡Rápido, ponte esto y esto! —dijo alguien y le entregó una peluca negra a Seokjin junto con unas zapatillas.

Taehyung recibió unas similares y se las colocó de inmediato aumentando una cabeza de alto. El menor se movió como si hubiese usado tacones toda su vida. Seokjin dudó antes de imitarlo, intentando acomodar la peluca lo mejor que pudo. Sintió la necesidad de rascar su cuero cabelludo casi al instante.

HOME » NJ•KVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora