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Estaban jodidos.

Es lo primero que pensó Yoongi mientras caminaba detrás de Yang a una distancia prudente. No tenía que girar hacia atrás para saber que Taehyung y Sehun estaban nerviosos, podía sentir la tensión emanando de ellos en oleadas. Pero debían mantenerse firmes y seguir el plan hasta las últimas consecuencias.

El casino, como todos, era viejo, demacrado y destartalado. Todo tipo de cosas ilegales se hacían en ese lugar, desde venta de droga, prostitución y hasta venta de órganos. El lugar parecía más bien un pequeño mercado de todo lo ilegal que se pudiera imaginar.

—Bienvenidos —sonrió Yang una vez que llegaron a su destino, una puerta de madera roja corroída.

Yoongi entorno la mirada al frente sin mostrarse preocupado justo cuando Yang empujó y abrió. Había una docena de personas esperándolos. El olor a tabaco fue lo primero que le llegó.

—¡Al fin! —Hyuna fue la primera en hablar dando un sorbo a su vaso de brandy—. ¡Quiero ser la primera en saludar al nuevo líder de la familia!

Ella se puso en pie y tres de sus hombres la siguieron, custodiándola.

—Tan hermosa como siempre —Yoongi sonrió y tomó la mano que le extendía la mujer para darle un suave beso sobre los nudillos.

Los ojos de Yoongi se movían por toda la habitación, alertas, intentando advertir los pensamientos de los presentes y sintiendo que se tensaba cuando notó un rostro familiar, pero al mismo tiempo desconocido. El padre de Jackson estaba sentado entre los otros líderes. Su rostro era inexpresivo y la mujer sentada a su lado mantenía la cabeza agachada. La madre de Jackson, pensó de inmediato y supo que las cosas iban de mal a peor. Yoongi sólo había visto a esos dos en fotografías, verlos frente a frente le daba un mal presentimiento, ¿qué demonios hacían allí?

—Entonces es cierto, ¿en verdad murió? —Jaebum no parecía preocupado ni mucho menos sorprendido, pero había algo de consternación en su voz.

—Fue atacado apenas llegar a su destino. Prácticamente lo destrozaron. Enviaré a alguien por sus restos, sin embargo no pueden moverlo de donde está por ahora. Al parecer ha caído en manos de la policía local —explicó Yoongi.

—¿Fue un tiroteo? —Hyuna frunció el ceño y regresó a su lugar—. ¿Qué armas usaron?

—Soviéticas... —Yoongi dejó un poco la frase en el aire.

Las miradas volaron, literalmente. Todos los presentes se observaron primero con asombro y luego con desconfianza. Estaba funcionando, empezaban a desconfiar unos de otros. Yoongi no tenía idea de cómo se le había ocurrido ese plan a Seokjin, pero debía darle el crédito, el muchacho había pensado en cada pequeño detalle. Incluso el decidir agregar lo de las armas soviéticas había sido un plus. Todos sospechaban que alguno de ellos, quien supuestamente había asesinado a Namjoon, ocultaba armamento.

—¡Ese es el chico del video! —comentó Hyuna apuntando por encima de la cabeza de Yoongi.

Taehyung sintió que su sangre se enfriaba para luego calentarse hasta el punto de sentirla hirviendo. Todas las miradas se concentraron en él.

—Es verdad —asintió Jaebum—. ¿La bestia te castigó muy duro?

No... Podía... Estar... Pasando...

Taehyung sintió su rostro caliente cuando incluso Yoongi y Sehun se giraron para esperar su respuesta.

Sentía la garganta reseca y los nervios a flor de piel, pero debía mantener la calma. Era en ese momento que debía recordar todo lo que le habían enseñado y entrar en su actuación. O quizá debía dejar todo a un lado ya que al parecer su fachada había sido descubierta. ¿Qué le diría Jimin en ese momento? ¿Seguir o desistir? Sentía que mojaría sus pantalones si seguía pensándolo demasiado.