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—Eres taaaan gay —sonrió Jackson cuando atrapó a Jungkook viendo más de lo necesario a Taehyung.

—No sé de qué hablas —negó el pelinegro y desarmó su pistola con agilidad en solo unos cuantos movimientos antes de empezar a limpiarla.

—Claro —dijo Jackson con sarcasmo y desvió la mirada hacia Seokjin y Taehyung a quienes podía ver a través de la división de la cocina desde la sala del recibidor—. Creí que escaparían en cuanto Namjoon se fuera.

Jungkook también lo había creído así, pero al parecer ese par no tenían intensiones de marcharse en un tiempo. Empezaba a creer que tenían algo mal en la cabeza, ¿Qué clase de ser humano normal se queda en un lugar como ese, con personas como esas, en situaciones como esas? Solo un loco o un idiota.

—¿Síndrome de Estocolmo? —Jooheon interrumpió sonriendo al tiempo que limpiaba su propia arma y rellenaba los cartuchos. Sus dedos tocaban las balas como si les diera suaves caricias.

—Lo dudo —Jackson ladeó la cabeza—. Hay que follarlo —continuó girando hacia Jungkook—. ¿Te apetece un trío? Tú, el chico bonito y yo.

Jungkook soltó una carcajada ronca.

—Sabes que no me gusta compartir —mencionó—. Además, ese chico es... —su mirada se levantó justo cuando Taehyung volteaba para verlo.

El castaño llevaba tiempo buscando su atención o al menos eso parecía. ¿Su abuelo le habría dicho algo? Probablemente. El punto era que Taehyung seguía viéndolo cada vez que creía que Jungkook no se daba cuenta y luego agachaba la mirada cuando sus ojos se encontraban, justo como lo hizo en ese momento.

Jungkook apretó la mandíbula. Ese niño no tenía idea de lo que estaba haciendo al provocarlo con esas miradas inocentes. Jungkook no era una persona amable, podría tomarlo en cualquier momento sin importarle si se metía en problemas con Namjoon. Había crecido con la ideología de que podía llegar a tener incluso el mundo entero si se lo proponía. Las personas, hombres y mujeres prácticamente se le tiraban encima. Tener a Taehyung para su disfrute sexual no debía ser complicado, pero lo era, y no solo porque Namjoon podría molestarse. Es que Taehyung le provocaba una sensación que no le gustaba, así que prefería alejarse.

—Apuesto a que puedo llevarlo a la cama antes que tú —Jackson continuó, al parecer buscaba una reacción por parte de Jungkook. En pocas palabras, solo quería molestar.

—Haz lo que quieras, no me importa.

Jackson sonrió y se puso en pie, Jungkook sacó su cuchillo corto y lo encajó con fuerza sobre la mesita de la sala donde se encontraban. Jooheon arqueó una ceja y permaneció en silencio notando que Jungkook actuaba como si no hubiera hecho nada malo, con indiferencia. Jackson volvió a tomar asiento en el sofá muy lentamente captando la indirecta así como el resto de los presentes habían notado aquel arranque de agresividad. El movimiento había sido de advertencia, Jungkook podía llegar a ser un poco bipolar.

—Eres aterrador —exclamó Jackson.

—No tengo idea de lo que estás hablando —el pelinegro ni siquiera alzó la mirada.

—Claro.

Jungkook no tenía el apodo de "la bestia" por nada. Todos allí sabían que no debían meterse con él no solo porque tenía una gran puntería, fuerza y una agilidad impresionante sino también por su pésimo humor. Su carácter era imposible una vez que lograban sacarlo de quicio. Nadie podía con él y su personalidad de los mil demonios cuando se molestaba de verdad. Y mira que era fácil molestarlo.

—¿Qué haces? —Taehyung se acercó a ellos frunciendo el ceño—. No destruyas las cosas. Está mal, ¿sabes lo que mucha gente necesitada daría por tener una mesa como esa? Ahora debes arreglarla o comprar una nueva.

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