: 15 :

8.2K 1.2K 131
                                    

Seokjin veía sus pertenencias con duda. Sabía que lo mejor era salir de esa casa, Namjoon estaba a punto de regresar. Debía tomar a Taehyung y huir. Debía, pero...

—Qué estúpido —suspiró.

No podía creer que a esas alturas siguiera dudando. ¿Acaso era idiota? Por supuesto que era pregunta sarcástica. Se dejó caer sobre la cama justo cuando la puerta de la habitación se abrió y Taehyung entró como un torbellino. Estaba pálido, con ojos desenfocados y manos temblorosas. Seokjin se incorporó de un salto.

—¿Qué pasó? —preguntó preocupado.

—Es... Está... Afuera hay... Oh por dios... —Taehyung apuntaba hacia la puerta sin poder terminar de hablar. De hecho, parecía estar a punto de vomitar.

Seokjin se puso en pie y salió corriendo en busca de una explicación. No tardó en dar con la fuente de todo. La mayoría de los habitantes de la casa estaban en la entrada principal hablando en voz baja, sus miradas eran tensas.

—¿Qué pasó? Taehyung está muy alterado —quiso saber, pero nadie le prestó atención.

Apretando los labios se acercó a Jungkook con decisión.

—¿Qué ocurre? —insistió.

—No estorben —la voz de Jungkook era un rugido.

Seokjin retrocedió, el pelinegro parecía preocupado. Un mafioso preocupado nunca era buena señal.

—¡Es ella! —se escuchó el grito de Taehyung desde la parte superior de la casa—. ¡Ve afuera! —continuó sujetándose los labios para evitar que temblaran.

Seokjin no entendía nada así que caminó hasta la puerta principal y echó un vistazo hacia afuera. Retrocedió casi tan pronto como había llegado, su espalda chocó contra la pared sintiéndola helada al toque. La imagen estaba impresa en su memoria y dudaba que fuera a desaparecer pronto.

—Es... —jadeó reuniendo el valor para seguir hablando—. Ella es la hija de nuestra casera.

Todas las miradas se desviaron hacía él.

—¿Qué? —Jackson estaba incrédulo, sus ojos recorrieron a sus compañeros en un instante.

—Ella tenía casi seis meses de embarazo, algunas veces iba a cobrar la renta de cada mes. No puede ser ¿Qué pasó? —sentía las lágrimas en sus ojos, pero no las dejó salir. Debía mantenerse en calma.

Buscó a Taehyung con la mirada. Si el menor lo veía romperse entonces él se desmoronaría también. Necesitaba ser fuerte, al menos frente a Taehyung.

—Contacten a Namjoon, dupliquen la seguridad, investiguen de dónde vino ese paquete. Seguro el repartidor sabe algo, ya sabes cómo sacarle la información —Jungkook dijo esto último dirigiéndose a Changkyun. El chico le devolvió una sonrisa enfermiza y asintió—. Ustedes, vengan conmigo —continuó con una expresión escalofriante en el rostro. Apuntó a Seokjin y Taehyung antes de agregar:— ¡ahora, ya!

Los cuerpos casi chocan unos contra otros cuando todos empezaron a moverse al mismo tiempo para hacer lo que se les había ordenado. Jungkook detuvo a Jackson en el camino para acercarse lo suficiente y decirle al oído.

—Tenemos un soplón.

Seokjin pudo escucharlo apenas un poco cuando iba subiendo las escaleras. No se detuvo y fingió no haber escuchado eso, pero notó la intensidad en la mirada de Jackson. Era como si se negara a aceptarlo y aún así sabía que era verdad.

Jungkook se alejó y tomó del brazo a Seokjin para apresurarlo hasta que finalmente llegaron a la parte superior. Tomó a Taehyung con la otra mano y los encaminó hasta la habitación de éste último. Ambos permanecieron en silencio viendo al pelinegro acercarse a todas las ventanas para revisarlas y luego correr las cortinas hasta dejar todo en penumbras. Jungkook se movió como depredador por toda la estancia recorriendo cada esquina, recuadro y pelusa antes de empezar a cuestionar:

—¿Hablaron con alguien de aquí sobre su antigua residencia?.

Negaron.

—¿Alguien de aquí se les acercó y preguntó sobre cosas personales?

Un 'no' de nuevo.

Jungkook los analizó con intensidad como si sospechara que mentían.

—Tú —apuntó a Taehyung— tú hablas demasiado, ¿estás seguro de que...?

—¡¿Por qué querrían hacernos daño a nosotros asesinando a una conocida?! No tenemos asuntos con la mafia, ni siquiera éramos cercanos a ella y tampoco... —Taehyung ahogó un grito cuando Jungkook lo silenció estampando el puño contra la lámpara de noche, despedazándola.

En ese momento lo único que el castaño podía pensar era en que les echarían la culpa por la lámpara rota y la deuda que tenían con Namjoon aumentaría.

—¡Tienes asuntos con la mafia desde que decidieron quedarse aquí! —rugió el pelinegro tensado la mandíbula—. Es obvio que alguien habló sobre ustedes con nuestros enemigos. Esto es un juego de niños para ellos, solo quieren molestar a Namjoon haciéndole ver que ahora ellos también saben sobre ustedes.

Seokjin comprendía un poco a lo que Jungkook se refería. Si esos "enemigos" se habían enterado del ataque en el auto y lo preocupado que había estado Namjoon en aquel momento entonces era obvio que quisieran "asustarlo". Si pudieron asesinar a una chica con la que apenas y tenían contacto entonces era evidente que se trataba de una advertencia enferma. Iban a golpear donde doliera.

Quizá Namjoon no debió haber tomado tan intensamente el ataque en el auto. Aunque no cabía duda que se había molestado más que nada por lo herido que había terminado Sehun, pero no importaba, sus enemigos habían visto una debilidad. Namjoon se había preocupado por un par de chicos ajenos a su grupo. En pocas palabras: significaban algo para él.

Seokjin quiso abofetearse al sentir que sus mejillas hormigueaban ante sus propios pensamientos. No es como si Namjoon lo quisiera o algo así, solo quería acostarse con él y seguro en cuanto lo lograra ya no le interesaría mantenerlo cerca. Por el momento Seokjin era "importante" de alguna manera para el moreno. Podía ser solo un capricho sexual, pero en el fondo le gustaba la idea de ser "especial".

—¿Qué pasará ahora? —Taehyung estaba temblando de nuevo, pero su gesto era decidido— ¿podemos ayudar?

Jungkook arqueó una ceja.

—No te esfuerces, no serás de ayuda de todos modos y solo estorbarás —negó el pelinegro—. Escucha, ambos escuchen —Jungkook parecía haber olvidado que Seokjin también estaba presente—. Necesito que hagan todo lo que les pido sin cuestionar, ¿podrán hacerlo?

—No tenemos opción —Seokjin suspiró resignado.

—Sabes que sí, Jungkookie —dijo Taehyung a su vez.

Ambos amigos se lanzaron una mirada confundida ante sus respectivas respuestas.

—Por ahora me haré cargo de todo hasta que Namjoon regrese. Lo mas importante es que deben desconfiar de todos, y cuando digo de todos es de todos —Jungkook hizo un movimiento señalando todo el lugar.

—¿Crees que uno de los que vive aquí está con los hombres malos? —Taehyung abrió la boca con asombro. Sus ojos eran los de un niño atrapado en una película de acción que acaba de descubrir una pista increíble.

El pelinegro sintió el deseo de abrazarlo. Ese chico idiota era todo un caso de ingenuidad extrema, ¿acaso no notaba que todos en esa casa eran "hombres malos" también?

—Solo no hablen demasiado con nadie y no pasen mucho tiempo a solas con nadie tampoco —se limitó a responder—. No creo que intenten nada, esto solo fue un aviso. Como lo dije antes, están jugando. Quieren alterar a Namjoon para hacerlo perder la calma.

Seokjin se tensó. Namjoon ya tenía suficiente presión con ser el jefe de una mafia a tan corta edad como para tener que manejar todo eso también. Y de nuevo se recordaba a sí mismo que no debía sentir tanta empatía por un sujeto como él.

—¿Cómo descubrirás quién es el traidor? —quiso saber Taehyung, su curiosidad resultaba demasiado intensa algunas veces.

Seokjin sintió un escalofrío cuando Jungkook sonrió. No era una sonrisa amable. Era cruel, fría, digna de un asesino. No dio una respuesta verbal, pero no es como si la necesitara. Encontrarían al traidor sin duda, y el método para eliminarlo no sería agradable.

HOME » NJ•KVWhere stories live. Discover now